Ivy
Subí al bus y me senté en un asiento cerca de la ventana. Desde aquí puedo ver las calles pasar mientras siento la emoción de partir a una nueva vida. Me espera una nueva ciudad, nuevos amigos, un nuevo trabajo. Y por supuesto, estoy emocionada por conocer Berlín. Me dirijo hacia el apartamento que alquilé hace una semana mientras compraba lo necesario para mí viaje hacia Alemania.
No sabía qué comprar, pero nada que una llamada a mamá no pudiera solucionar. Ella y mi hermano son esas personas que están para mí a pesar de todo. Siempre me han apoyado en toda decisión que he tomado. La verdad si me van a hacer mucha falta, espero poder venir a visitarlos en vacaciones.
Mi habitación es un desastre, tengo todo regado porque empacar no es lo mío. Mamá siempre me ha reprochado eso y sé que es algo que tengo que cambiar sobre mi pero por más que lo he intentado no lo he logrado.
•••
Finalmente, el día de mi partida llegó y abordé el avión con destino a Berlín. Mientras observaba desde la ventanilla cómo nos alejábamos de Colombia, no podía evitar sentir un nudo en el estómago. Sin embargo, esa sensación se mezclaba con una fuerte determinación y entusiasmo por lo que me esperaba al otro lado del océano.
Después de horas de vuelo, aterricé en Berlín. Respiré profundamente antes de recoger mi equipaje y dirigirme hacia el lugar donde me esperaba mi nuevo trabajo. Mientras caminaba por las calles de la ciudad, me sentía como si estuviera en un sueño. Mis pensamientos se centraban en las posibilidades que se abrían ante mí.
Al cabo de quince minutos llegué al imponente edificio donde se encontraba la empresa que me había contratado.
Al entrar, fui recibida por una amable recepcionista que me indicó que subiera al último piso para reunirme con el jefe. Mientras subía en el ascensor, mi mente divagaba entre expectativas y nerviosismo.
Al llegar al último piso, las puertas del ascensor se abrieron y caminé hacia la oficina del jefe. Al entrar, mis ojos se encontraron con los suyos y en ese momento reconocí a Dereck, mi ex amigo. El mismo que solía burlarse de mí y menospreciar mis logros.
—Dereck —susurré con incredulidad mientras él me miraba con una sonrisa retorcida en los labios.
—Ivy, qué sorpresa verte por aquí —dijo Dereck con un tono de voz que denotaba satisfacción por la situación. Sus ojos brillaban con una mezcla de arrogancia y confianza, como si estuviera disfrutando de mi sorpresa al verlo allí.
Traté de mantener la compostura a pesar de mi desconcierto.
—No esperaba encontrarte aquí, menos como mi jefe —respondí con firmeza, intentando ocultar la incomodidad que sentía en ese momento.
Dereck se levantó de su escritorio y se acercó a mí.
—Bueno, las vueltas que da la vida, ¿no es así? Pero no te preocupes, Ivy, seré un jefe justo y objetivo contigo —dijo con una sonrisa que no lograba disimular su satisfacción por tener el control en esta situación.
Mientras tanto, yo luchaba por procesar la información. ¿Cómo era posible que el chico que solía burlarse de mí ahora fuera mi jefe en esta nueva etapa de mi vida? Las emociones se agolpaban en mi interior: incredulidad, molestia e incluso un atisbo de firmeza.
Lo veremos —respondí, decidida a no permitir que el pasado afectara mi futuro. Con paso firme, salí de la oficina y me dirigí a mi nuevo puesto de trabajo, lista para enfrentar los desafíos que se presentaran y demostrarle a Dereck y a mí misma de lo que era capaz.
Mientras caminaba por los pasillos hacia mi nuevo puesto de trabajo, una mezcla de emociones se agolpaba en mi interior. No podía dejar de pensar en la ironía de la vida, en cómo el destino había decidido poner a Dereck en mi camino una vez más. Sin embargo, esta vez estaba decidida a enfrentar la situación con entereza.
Al llegar a mi escritorio, me senté y observé el bullicio de la oficina a mi alrededor. Mis compañeros de trabajo parecían ocupados y concentrados en sus labores, y yo me prometí a mí misma que haría lo mismo. No permitiría que la presencia de Dereck afectara mi desempeño ni mi actitud en este nuevo empleo.
A lo largo del día, me sumergí en mis tareas y me esforcé por destacar por mi profesionalismo y dedicación. A medida que pasaron las horas, empecé a sentirme más segura y confiada en este nuevo entorno laboral. A pesar de la presencia constante de Dereck en la oficina, me concentré en demostrar lo mejor de mí misma.
Al final del día, cuando todos empezaban a recoger sus cosas para irse, Dereck se acercó a mi escritorio.
—Ivy, ¿tienes un momento? —preguntó con una expresión que no revelaba sus intenciones.
Asentí con seriedad y me preparé para escuchar lo que tenía que decir. Este era solo el comienzo de una nueva etapa en mi vida, y estaba decidida a enfrentar cualquier desafío que se presentara.
Dereck me miró con sus ojos fríos y una sonrisa que denotaba su arrogancia.
—Es importante que entiendas tu lugar aquí, Ivy. No toleraré errores ni mediocridad. Tienes mucho que demostrar si quieres permanecer en esta empresa —dijo con voz cortante, dejando claro que no iba a facilitar mi adaptación a este nuevo entorno.
A pesar de su actitud despiadada, mantuve la compostura y respondí con firmeza.
—Entiendo perfectamente, Dereck. Estoy comprometida a demostrar mi valía y aportar lo mejor de mí en esta empresa. No subestimes mi capacidad —afirmé, desafiando su actitud con valor y confianza en mis habilidades.
Dereck asintió con una mueca de satisfacción, sabiendo que había sembrado la semilla de la competencia entre nosotros. Esta sería una confrontación constante, pero estaba lista para enfrentar el desafío y demostrar mi valía en este nuevo entorno laboral.
—Otra cosa Ivy necesito que trabajes bajo mi supervisión para un proyecto. Es un proyecto muy importante para la empresa y todo tiene que salir perfecto ¿Estás dispuesta a aceptar el proyecto? —me preguntó.