• CUATRO •

Ivy

La música seguía resonando en el Sage Club mientras procesaba las palabras de Dereck. Sentí una mezcla de intriga y preocupación por su peculiar respuesta. Sin embargo, decidí no dejar que eso arruinara mi noche de diversión con Emmett y Emily. Me levanté de mi asiento y me uní a ellos en la pista de baile, dejando atrás el encuentro con Dereck por el momento.

Bailamos al ritmo vibrante de la música, dejando que la energía del club nos envolviera por completo. Cada paso que dábamos en la pista de baile era una forma de liberación, una manera de dejar atrás las preocupaciones y sumergirnos en el momento presente.

Emmett y Emily irradiaban una alegría contagiosa, y pronto me vi completamente inmersa en la diversión. Las luces de neón parpadeaban a nuestro alrededor, creando un espectáculo visual hipnotizante. Era como si el mundo exterior se desvaneciera y solo existiéramos nosotros, moviéndonos al compás de la música.

La sonrisa en mi rostro era genuina, y por un momento, olvidé todo lo demás. El Sage Club se convirtió en nuestro refugio, un lugar donde podíamos ser libres y simplemente disfrutar el presente.

Mientras bailábamos, las risas y los vítores se mezclaban con la música, creando una sinfonía de alegría. Por un momento, todo parecía perfecto, y decidí aferrarme a esa sensación de felicidad, al menos por esa noche.

De repente empezó a sonar Calor de Rayo y Toby en el club. Un chico se acercó con una sonrisa amistosa y me invitó a bailar. Acepté con entusiasmo, disfrutando del cambio de compañía en la pista de baile.

Sin embargo, en medio de la diversión, sentí una mirada penetrante posarse en mí. Cuando giré la cabeza, vi a Dereck acercándose con determinación a través de la multitud. Antes de que pudiera reaccionar, lo vi empujar sutilmente al chico que estaba bailando conmigo, abriéndose paso para ocupar su lugar.

El chico, sorprendido por el empujón, se apartó con una expresión confundida, dejándome sola con Dereck en la pista de baile. Antes de que pudiera decir algo, Dereck tomó mi mano y me atrajo hacia él, uniéndose al ritmo de la música.

Su cercanía repentina me tomó por sorpresa, pero no pude evitar notar la mirada decidida en sus ojos. Bailamos en silencio por un momento, la música envolviéndonos en una atmósfera cargada de tensión. Los brazos de Dereck rodeaban mi cintura mientras nos movíamos de forma sincronizada, dejándonos llevar por la energía del ambiente. Era evidente que Dereck tenía algo en mente, y no estaba segura de qué esperar de esta situación inesperada.

Las miradas de Dereck eran más intensas, sus movimientos más provocativos. Yo no podía evitar sentir una atracción creciente hacia él, a pesar de mi intento de evitar este tipo de conexión con él.

De repente, Dereck me tomó de la mano y me guió fuera de la pista de baile y hacia la puerta de la terraza. La brisa nocturna soplaba a nuestro alrededor mientras salíamos, y podía sentir la adrenalina y la tensión sexual en el ambiente. ¿Qué estaba sucediendo aquí? ¿Por qué Dereck se estaba comportando así? ¿Qué quería de mí?

Mientras mis pensamientos se agitaban en mi cabeza, Dereck se volvió hacia mí, tomó mis manos y me miró profundamente a los ojos. Su mirada reflejaba una mezcla de deseo y vulnerabilidad, como si estuviera luchando consigo mismo. Los latidos de mi corazón se aceleraron y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

Sin decir una palabra, Dereck se acercó lentamente y rozó sus labios con los míos. En ese instante, todas las dudas y preguntas se desvanecieron, y nos envolvimos en un beso apasionado en la terraza, entregándonos por completo a la atracción que nos consumía.

Después de un momento, Dereck se apartó ligeramente y acarició mi mejilla con ternura.

—No creas que vas a librarte de mí —susurró en mi oído.

Fue una amenaza misteriosa y cargada de emoción, que me dejó con una mezcla de miedo y deseo. Dereck era un hombre encantador y atractivo, pero también desconcertante y extraño. Yo sabía que debía resistirme a su atracción, pero algo dentro de mí no podía evitar sentir una conexión con él.

—Te veo mañana en la oficina. Y no acepto peros —dijo cuando vio que iba a replicar.

No pienso responderle así que doy media vuelta y me voy hacia la pista de baile.

Mientras caminaba de regreso a la pista de baile, mi mente estaba llena de emociones encontradas. El beso con Dereck había desencadenado una tormenta de sensaciones que me dejó sin aliento. Por un lado, sentía una atracción intensa hacia él, pero por otro, una voz interior me advertía sobre las complicaciones que podrían surgir al involucrarme con alguien como él.

Al regresar a la pista de baile, busqué a Emmett y Emily entre la multitud. Finalmente los encontré entre destellos de luces y risas contagiosas. Me uní a ellos, tratando de apartar de mi mente los sucesos en la terraza.

La música seguía llenando el ambiente y pronto me vi inmersa nuevamente en la energía del club. Sin embargo, mi encuentro con Dereck seguía rondando mis pensamientos, creando una tormenta interna que no podía ignorar.

Mientras bailaba con Emily, le conté brevemente lo que acababa de suceder en la terraza. Ella me escuchó atentamente, con una expresión preocupada en su rostro.

—Ivy, ¿estás segura de lo que estás haciendo? El señor Müller es un hombre misterioso y complicado. No sé si es una buena idea...

Antes de que pudiera responder, Emmett se unió a la conversación con una sonrisa pícara en el rostro.

—Vamos chicas, no arruinen la noche preocupándose por Müller. Hoy es para disfrutar y olvidarse de los problemas. ¡Bailemos!

Decidí seguir el consejo de Emmett y dejar mis preocupaciones a un lado por el momento. Bailamos y reímos juntos, sumergiéndonos en el ambiente festivo del club y disfrutando el resto de la noche.

Cuando finalmente salimos del club en las primeras horas de la madrugada, me despedí de mis amigos con una sensación agridulce en el corazón. Aunque había disfrutado de la diversión y el escape temporal que el club ofrecía, no podía apartar de mi mente las palabras y acciones de Dereck.