INTRODUCCIÓN
Verónica decide vivir es una obra histórica que narra las vivencias de la vida de una comunidad que se construyó en el refugio de Colomoncagua, Honduras, durante nueve años a causa de una guerra civil que duró doce años. Narra las experiencias, travesuras y todo un mundo de la infancia vista desde los ojos de la autora en su niñez, que a su vez describe la vivencia de las niñas y niños que vivieron sus experiencias en el refugio. Nos muestra que una de las mejores decisiones fue emprender un camino en un lugar incierto, pero con el gran deseo y esperanza de vivir.
Consta de diez capítulos. En los primeros, se relata el contexto histórico de la migración, como un camino de peregrinación con el afán de salvar nuestras vidas. Luego, sigue el planteamiento sobre «¿qué es ser refugiado?». Interrogantes que intentamos ir resolviendo con las acciones de cada habitante, sin importar la edad. Después, el nacimiento de los campamentos, una narración de la construcción, organización, funcionamiento operativo y administrativo del campamento de refugiados, así como los desafíos y obstáculos en los nueve años de exilio.
Se describe de manera detallada la niñez en los campamentos. En uno de los capítulos más grandes de la obra, se cuenta el mundo activo en el cual los niños y niñas formaron parte de las vivencias de la comunidad, ese mundo lleno de sueños, fantasías, deseos, preocupaciones, responsabilidades, incertidumbres y dolor ante las pérdidas, producto de la guerra. A este mundo de ensueño le sigue una experiencia más dramática y dolorosa, como es la salida del refugio y comienzo del retorno, en donde se plasma el deseo de regresar a nuestra patria querida, El Salvador, unidos en comunidad, sin importar los obstáculos y los desafíos, manteniendo el espíritu de lucha y defensa de los derechos humanos. A esta experiencia, que es, a su vez, una gran decisión comunitaria, en la que la población se aventura a retornar a su tierra amada, pero, a la vez, con la inseguridad de lanzarse asumiendo toda clase de riesgos, le sigue la alegría de la llegada a El Salvador, una alegría que pronto se enfrenta a la realidad de asumir un comienzo desde cero, en cuanto a la construcción de infraestructuras y los desafíos de una guerra que parecía no tener fin.
Con el sentimiento en la mano deslizándose para escribir lo que brota del corazón, de manera emotiva se da a conocer la vivencia de pasar de refugiados a repatriados, describiendo el desafío ante una vida nueva, la adaptación de valores, y la apertura a una cultura más amplia en un lugar más «libre».
En los capítulos siguientes y últimos del libro, se aborda la construcción y el camino de una comunidad forjada en la historia, que vislumbra en los acuerdos de paz una posibilidad de vida diferente. Nos narra el deseo de que hubiera un cese al conflicto armado, un alto al acoso militar salvadoreño, cómo y por qué nace la Comunidad Segundo Montes, así como la continuidad y vigencia de esta, capítulo donde nos da a conocer cómo se construye la comunidad, su desarrollo, limitaciones y decisiones que se tomaron. Se dan a conocer los avances significativos que marcaron a esta población, surgieron muchos profesionales que hicieron realidad sus sueños. Se contó con la presencia de internacionales que apoyaron incansablemente al proyecto de la comunidad como lo fueron Rudy Reitinger y Mia Vercruysse.
Por último, un panorama general de otras realidades al interior de la comunidad, se describen las situaciones que vivimos y que, muchas veces, pasan desapercibidas o no somos conscientes de ellas, como es el caso de la utilización de grupos de poder, la marginación que viven las personas en las culturas de desarrollo, pero también en el empoderamiento por grupos o personas extranjeras con sensibilidad social como en el caso de los sacerdotes jesuitas y la Dra. Sol Yáñez.
En esta obra se plasman historias de una comunidad golpeada por la guerra civil de El Salvador (1980-1992) de hombres y mujeres que en el refugio éramos menores de edad y, al igual que todos, sentimos el dolor de esta guerra y el calor del exilio. Historias de la autora de la obra, Martha Verónica Romero de Thoma. Participantes de historias: Luz Maribel Argueta, Alva Luz Castro, José Candelario Argueta, María Elena Romero y Amadeo Mata Blanco (vivencias desde El Salvador).
El contenido de la obra es para lectores con sensibilidad social y humana. Las historias están narradas de un lenguaje sencillo, auténtico del momento y de la población involucrada. Es por ello por lo que algunas palabras están escritas con su tono picaresco, a veces de forma no tan educada.
Y para cerrar, se incluye un glosario donde los lectores pueden encontrar el significado de muchas palabras muy usadas por nuestra población.