Versos

II

Deberías ser el causante de mis pesadillas.

Deberías asustarme al punto de causarme la muerte.

¿Por qué no lo haces? Estoy esperando por ti; pero, no apareces cuando más lo anhelo.

¿Por qué sigues escondiéndote? ¿Por qué no das la cara?  Solo mírame…mírame con esos brillantes ojos.

No tengo idea de cómo te ves, no sé cómo luces; en ti tan solo veo oscuridad. Cuando mis ojos se abren en medio de la fúnebre noche, tu silueta se encuentra plasmada en la parte más oscura de la habitación. Tan solo esperas un descuido mío para cantar victoria.

Tus ojos preservan alegría pero tú solo das a ver penumbra. Eres y siempre serás incógnito, traté de cambiarte pero no lo logré. Nunca averigüe quien fuiste ni quien eras; pero, tengo presente que en algún lugar de tu torcida mente un recuerdo mío preservado se ha de encontrar.

Aunque nunca supe nada de ti, siempre quedaras plasmado en mi mente como aquella sombra que me asechaba y desde la oscuridad lamentaba.

Fuiste un alma en pena que solo buscaba paz en un mundo lleno de guerra; sin embargo, tú espíritu nunca encontró lo que con desespero ansiabas.



#7942 en Thriller
#3124 en Suspenso
#1628 en Terror

En el texto hay: versos, suspenso, misterio suspense

Editado: 29.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.