Cansada de llorar, cansada de mirar atrás, de mantenerme atada y no poder gritar, correr entre llamas y no descansar jamás.
Cansada de mi mente girando mientras sigues hacía el futuro perfecto, sin preguntarte si el mío se esfumó en el proceso.
Cansada de esperarte cada noche, cada tarde con el café, cada mañana al amanecer, ver mi esperanza caer de la tristeza renacer.
Cansada de tu ego, de tu muralla increbrantable, de tu sonrisa siendo un martillo, de tus manos mi tortura, de tu silueta desnuda, de los te amo que no olvido nunca, de tu imagen segura y de mi cayendo en la puta locura.