Versos entre Latidos y Silencios

En el silencio de la noche P4

Es el chico que siempre ha observado desde lejos, el que parece vivir en un mundo aparte, lleno de libros y pensamientos. En la excursión escolar, se ve perdido junto a aquel a quien nunca se atrevió a acercarse. Aunque al principio es una situación incómoda, entre charlas nocturnas y miradas compartidas, ambos comienzan a descubrir que el destino los ha puesto juntos para compartir algo más que una aventura perdida.

Poema:

Siempre te he mirado desde lejos,
siempre he sido el que observa,
el que en silencio desea
que, solo por una vez,
te voltees a mirar.

Pero hoy, bajo el cielo abierto,
con la oscuridad del bosque a nuestro alrededor,
el destino me ha colocado aquí,
a tu lado,
perdido contigo en la nada.

Intento actuar tranquilo,
como si fuera normal estar así,
tan cerca de ti, sin el mundo entre nosotros.
Pero en el fondo, mi corazón late
con fuerza,
como si temiera que pudieras escuchar
lo que aún no me atrevo a decir.

“¿Estás bien?”
me preguntas en voz baja,
y no sé cómo responder,
pues aunque el bosque me da miedo,
me asusta más lo que siento aquí,
junto a ti.

“Sí, solo… pensaba en cómo saldremos de esta,”
respondo con una sonrisa débil,
mientras mis ojos buscan en los tuyos
una chispa, una señal,
algo que me diga que, quizás,
no estoy solo en este sentir.

Seguimos caminando,
tú a mi lado,
y en algún punto nos detenemos,
agotados y en silencio.
Tu risa suena de repente,
una risa cálida,
y el sonido hace eco en mi pecho,
como una melodía desconocida.

“Es irónico, ¿no?” dices de pronto.
“De todas las personas,
justo tú y yo nos perdimos juntos.”

Asiento, sin saber qué responder,
mientras mis pensamientos se enredan
en lo que quizás podría ser,
en lo que siempre soñé
pero nunca imaginé real.

Nos sentamos bajo un árbol,
tú tan cerca que siento
el calor de tu hombro junto al mío,
y las palabras se me atoran en la garganta,
pero no puedo evitar preguntarme
si quizás,
tú también has sentido algo por mí.

“Sabes… siempre pensé que no me notabas,”
confieso en un murmullo,
mirando hacia el suelo,
esperando tal vez una sonrisa,
o quizás nada.

Tus ojos me buscan en la penumbra,
y por un momento,
el chico que todos admiran
parece tan humano como yo,
tan vulnerable como mis pensamientos.

“Siempre te noté,” respondes,
tu voz suave como un secreto compartido,
y mis latidos se aceleran,
porque por primera vez,
me siento visto,
como si todo este tiempo
hubieras sabido de mi existencia.

La noche se alarga,
y entre palabras tímidas,
entre risas y silencios compartidos,
nuestros mundos se entrelazan
sin prisa, sin miedos.

El frío nos hace acercarnos,
y aunque no hay promesas,
en ese espacio de duda y esperanza,
sé que algo en mí ha cambiado,
porque aquí, en este rincón perdido,
has hecho que el mundo entero
se sienta tan pequeño.

La madrugada nos encuentra despiertos,
hablando de sueños y temores,
y aunque no me atrevo a decirlo,
mi pecho guarda un "te quiero"
que quizás nunca escucharás.

Al final, cuando el grupo nos encuentra,
volvemos al mundo real,
pero sé que, entre tú y yo,
algo ha quedado,
un lazo invisible,
un pacto silencioso
que nuestros corazones comparten.

Y aunque nunca lo dijimos,
sé que siempre recordaré
esa noche en que, por un instante,
fui el único en tu mundo,
y tú, el único en el mío.



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En el texto hay: romance, amor desamor, amor lgbt

Editado: 05.11.2024

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