Vidas: El lado Oscuro del Hombre

Primera: Kattie Richardson

Siempre fué mi sueño estudiar y recibirme en psicologia, toda mi familia veia auello como una perdida de tiempo pero para mi era la mejor forma de ayudar a las personas a mi alrededor, ya que, desde niña supe que habia nacido para esto. Los años pasaron, crecí y logré mi sueño pero solo lo sentí por fin realizado desde que me instalé en un local que alquilé y convertí en consultorio en el centro de la ciudad, en todo este tiempo he tenido pacientes de todo tipo; últimamente a venido merodeando por aquí una joven que parecía indecisa de entrar o no a mi consultorio; unas cuantas veces la pillé parada en la vereda de enfrente mirando hacia aquí con tristeza y luego vuelve a su andar; es así todos los días, hoy seguro pasará por aqui como todas las tardes a las seis de la tarde. 

Estaba sentada en mi escritorio archivando algunos casos antiguos en mi computadora, para ser mas precisa, el caso de un joven con limerencia. La campanita de la puerta de entrada sonó haciendome levantar la vista hacia la puerta, tal vez la asusté debido a que solté un sonido de sorpresa ante la persona que aparecía frente a mí; oh... ¡Era esa joven que siempre pasada frente a mi consultorio! 

—H-ola —habló con timidez aferrándose a la correa su bolso que cruzaba de derecha a izquierda. 

 —Hola —me levante de mi silla y le extendi la mano con una sonrisa— soy Taina Venex. 

Ella se acercó y aceptó mi saludo con un poco de timidez. 

—Kattie Richardson. 

—Bien —volví a sentarme y con un gesto de mano la invite a hacer lo mismo y así fue. Una vez estando una frente a la otra muchacha le pregunté— ¿En qué podría ayudarte? —la miré a los ojos y vi que debajo de sus orbes verdes habían unas bolsas negras debido a las ojeras que no se preocupaba en ocultar. 

—Yo... Quisiera que me ayudara —dirigió su mirada a la mia con una expresión que bordeaba la desesperación así que asentí y escuché su relato atentamente teniendo a mano una libreta y un boligrafo para anotar cualquier cosa relevante que pueda ayudarme a ayudarla.

 

*Recuerdos de la paciente (esto será para saber a detalle todo lo sucedido y será esencial en cada caso) 

 

Hace unos meses empecé a salir con un chico, este chico era el típico chico bullying y como se imaginaran me molestó a mi también. 

Mis amigos estaban molestos y hartos de esto sobretodo uno que me trataba como su hermanita menor (a la que había perdido hace unos meses antes en un accidente), si bien yo no hacia nada no era porque tuviera miedo o algo, es que así podria, tal vez, tendría su atención. Un día me preguntó antes de irse "¿Por qué dejas que te hagan esto? Eres demasiado tonta" yo no supe que decir y se fue. Tiempo después ese sentimiento que tenia por él floreció aun mas, los días pasaban y algo pasó que nos unió a ambos sin saberlo.

Cuando lo hicimos público a mis amigos casi se les cae la mandíbula de la impresión; mi amigo, el sobre protector estuvo en contra pero mi mejor amiga lo calló y tuvo que aceptar a regañadientes que ahora estabamos saliendo fue asi que nuestro grupito de amigos creció y más cuando el hermano menor de mi novio se sumó, se llevo completamente bien con mi amigo y mi amiga. 

Pasaron unos meses y nos egresamos empezamos a estudiar y de vez en vez nos reunimos con los demás de nuestro grupo de amigos, en total, eramos ocho chicos quienes integraban nuestro pequeño grupo pero solo eramos dos chicas. 

Un día me enteré algo terrible... me enteré de su enfermedad; él tenia cancer y debía estar al tanto en sus consultas. Me desplomé como mis sueños de tener una familia con él. Todo estuvo bien hasta que ese dia su enfermedad peoro, fui su soporte por años hasta que un día en el hospital él se suicidó y se despidió en una carta diciéndome algo que fue muy irónico para ese momento; él me dijo "me salvaste" y... Se fue para siempre y desde ese entonces estoy extrañandolo tambien su familia, mis amigos pero sobre todo yo... Que fui quien lo veia mientras moría desangrandose frente a mi, aun puedo ver la sangre manchando mis dedos, aun puedo sentir su piel perder su cañidez poco a poco, verlo respirar lentamente  hasta que dejó de hacerlo. 

Yo ya no sabia que hacer.... Y cuando reaccioné alguien habia llamado a los enferneros, sentí una mano sobre mi hombro y fue en ese entonces en donde me di cuenta que estaba llorando en silencio y que habia varios paramedicos para ayudar pero ya no habia nada que hacer, aquella persona que se apoyó en mi era su madre. Sus padres y mis dos mejores amigos estaban contemplando todo, estábamos destruidos; lo vi ser ingresado en una ambulancia dentro de una bolsa negra, y lo entendí.. fue ahí cuando mi felicidad se destruyó completamente... 

 

Continuará >>




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