Necesito una excusa.
Necesito una estrategia para hablar contigo sin que los demonios que nos rodean logren alcanzarnos. Juegan con nosotros; demonios, arcángeles, sombras; su único propósito es lastimarnos.
¿Quieres llorar? Hazlo, pero en el segundo en el que una lágrima solitaria descienda por tu linda mejilla, ellos te llevarán. Compréndelo, somos presos. ¿Quieres amarme? Hazlo en otro cuerpo. ¿Quieres besarme? Besa otros labios. ¿ Quieres buscarme? Encuentra a otra persona. Si no deseas asfixiarte intentando llamarme en la oscuridad, busca tu propia luz.
Te envolví con mis llamas, lo sé, te lastimé, y me arrepiento. Te llevé conmigo a las sombras, provoqué que desearas ese infierno que tu llamabas amor, alejé todo rastro de luz que quería protegerte.
Ahora no sabes que hacer, y yo tampoco, quiero ayudarte, te prometo que de verdad quiero, pero me tienen aquí abajo encadenada. Lo lamento, te vendí una historia de amor caducada.