Leah estaba de pie en la puerta de la sala de conferencias de la familia Howard, con la bolsa de papeles que contenía todas las pruebas en la mano. Sabía que una vez revelada la verdad, Kevin y ella se verían envueltos en una tormenta inevitable. Su corazón latía como un tambor, agobiándola hasta el punto de que apenas podía respirar. Decir que no estaba nerviosa sería una mentira, ¿quién no lo estaría? ¿Quién se atrevería a no estar nervioso?
Kevin estaba a su lado, con aspecto frío y más sereno que ella. No lo veía nervioso, sino como si fuera a tomar el té de la tarde. Cabizbajo, serio, con los dedos frotando el reloj roto, con cara de no tener ni idea de lo que pasaba por su cabeza. Quizás ya sabía que todo esto formaba parte del plan de Victoria ──y, por supuesto, de los accionistas, los payasos entre bastidores──.
──«¿Seguro que quieres hacer esto?». La voz de Kevin era profunda como el hierro.
Ella lo miró de reojo, con una oleada de emociones encontradas recorriéndola. Cada vez que Kevin estaba cerca, parecía una niña con problemas, como si él fuera el adulto siempre inmóvil y ella la tonta cuyo corazón latía como un trueno. Le encantaba sentirse necesitada, pero también le aterrorizaba que aquella dependencia le hiciera perder completamente la cabeza.
──«Si no lo hacemos, nunca saldremos de este vórtice de poder». Susurró, con un tono tan tranquilo que casi parecía un poco sospechoso para ella misma.
Kevin respiró hondo y le dio una palmada en el hombro. Dios mío, el golpecito le hizo bajar el corazón hasta la garganta. En ese momento, casi olvidó cómo respirar. Lo miró con aquella mirada: ¿confianza, dependencia o ...... algo más? No se atrevió a pensar mucho en ello.
Cogió su carpeta, abrió la puerta de un empujón y entró en la sala de conferencias.
En la sala de conferencias ya la esperaban los ejecutivos de la familia Howard. Victoria estaba sentada en el asiento principal, sonriendo como una víbora. Jack se sentó a su lado, lanzando una mirada provocativa a Kevin. Los demás accionistas hablaban con la cabeza gacha, obviamente dispuestos a montar un drama familiar.
──«Leah». Victoria levantó los ojos y se mofó: «¿Es ésta tu forma de seguir entrometiéndote en los asuntos de nuestra familia?».
Leah puso mentalmente los ojos en blanco, nadie podía ser más engreída que Victoria. Ella no respondió a aquella provocación, se limitó a colocar tranquilamente la bolsa de archivos sobre la mesa, abrirla y empezar a mostrar las pruebas. Cada documento, cada grabación, era como una bomba que rompía instantáneamente el silencio de la sala de conferencias.
──«Este es el verdadero secreto de su familia».
Uno a uno, fue revelando: la causa de la muerte de la madre de Kevin, cómo Victoria había utilizado el conflicto entre Kevin y Jack para allanarse el camino, la connivencia detrás de los accionistas... estos documentos, testimonios y grabaciones destruyeron por completo el disfraz de Victoria. ¿Una disputa familiar? No, se trataba simplemente de una conspiración.
El rostro de Victoria palideció al instante, se levantó violentamente, sus ojos estaban conmocionados y perturbados.
──«¡Cómo te atreves!» Apretó los dientes y sonó como si se hubiera mordido la lengua.
El rostro de Jack también cambió, pero luego recuperó la compostura, su mirada seguía siendo astuta como si calculara algo.
──«Kevin». Victoria se volvió hacia él, su mirada helada, «Te das cuenta de que todo esto no es verdad, ¿verdad? Se trata de Leah creando problemas deliberadamente para heredar el legado de tu padre».
Kevin apretó los puños e hizo una mueca, pero no habló. Aquel silencio ...... ya era más pesado que cualquier defensa.
Leah respiró hondo, sabiendo que no había vuelta atrás. Miró a Victoria directamente a los ojos, pero en su mente pensaba: «Si de verdad crees que tienes el control total, Victoria, entonces eres una ingenua».
──«¿Crees que este es el final?» Victoria se mofó: «Kevin, ¿crees que tienes el control?».
Kevin se levantó y respiró hondo, sus ojos afilados, ──«Me subestimas si crees que tienes el control de esto». Se volvió para mirar a Leah, confianza en esos ojos, ──«Gracias, Leah».
Leah se congeló ligeramente, con el corazón latiéndole erráticamente. Bajó la cabeza, con un atisbo de ternura en el rabillo del ojo. Ella no había querido confiar en él de esta manera, pero en este punto, ella sabía que había caído demasiado profundo hace mucho tiempo.
──«A continuación, caminaremos juntos». Kevin susurró, con tono firme, ──«No importa lo que nos espere, no dejaré que estés sola».
Leah no respondió inmediatamente, pero su corazón estaba agitado. Comprendió que la tormenta no había hecho más que empezar y que ella ya estaba demasiado inmersa en ella como para salir.
El ambiente en la sala de conferencias era tan tenso que casi se podía cortar el aire; la crisis de la familia no había hecho más que empezar, y la lucha por el poder estaba lejos de terminar. Y Leah y Kevin también se enfrentarían a pruebas aún más complicadas de emoción y poder en medio de esta tormenta.
#6062 en Novela romántica
#2560 en Otros
#710 en Relatos cortos
multimillonario, contrato de matrimonio, lucha por la herencia
Editado: 27.01.2025