Vínculo Eterno.

Capítulo 3. Parte 2.

Parte 2

⛧ EL MANUSCRITO ⛧

 

Al terminar de leer el manuscrito estaba de piedra. Acababa de encontrar básicamente el ritual por el que alguien había pasado para que Xander estuviese en ese lugar. Y no había descubierto sólo eso, sino también que Xander no estaba enteramente muerto. Su cuerpo debía seguir con vida en alguna parte. ¿Dónde? No lo sabía, pero seguía vivo.

Debía contactar con él, debía conocer estos datos. Pero, ¿cómo?

Me guarde el trozo de papel en el bolsillo del pantalón y tras dejar el libro de los rituales en su sitio, me encaminé hacia la salida de la biblioteca y me marché a casa con la nueva información. Al llegar, me sentí inquieta por no saber cómo contactar con Xander.

Me metí en el buscador de internet buscando ideas para contactar con espíritus, algo altamente estúpido aunque no inusual, y lo primero que me salía era vendedoras de tablas de Ouija. Me sumergí en la búsqueda de consejos para contactar con espíritus en Internet, sabiendo que esta era una idea arriesgada y potencialmente peligrosa si por casualidad contactaba con la persona equivocada. A pesar de mis dudas, sentía que era la única manera de ayudar a Xander y descubrir la verdad detrás de su misteriosa situación.

Mientras exploraba varios sitios web, encontré una página que ofrecía algunos consejos para quienes deseaban comunicarse con el más allá. La página estaba llena de advertencias y precauciones sobre los peligros de contactar con espíritus, pero no podía dejar de leer.

Los consejos incluían: Mantén una mente abierta y respetuosa, encuentra un lugar tranquilo, utiliza objetos personales, meditación y visualización, habla en voz alta, sé paciente y consciente, protégete a ti mismo...

Tiré el móvil a la cama y me dirigí hacia mi escritorio, sentándome en la silla. Sabía que tenía que encontrar una manera de comunicarme con Xander, aunque no tuviera ningún objeto suyo para utilizar como conexión. Decidí intentar la concentración profunda, como si pudiera atraer su espíritu hacia mí a través de la fuerza de mi deseo y mis pensamientos.

Cerré los ojos suavemente, inhalé profundamente y exhalé lentamente, tratando de calmar mi mente. Mis manos reposaban sobre la superficie de la mesa de madera de mi escritorio, y me concentré en esa sensación, bloqueando cualquier otro pensamiento intrusivo.

En mi mente, repetí su nombre, "Xander", una y otra vez, como si fuera un mantra. Traté de evocar su imagen en mi mente, recordando cada detalle de su rostro, sus ojos, su sonrisa. Sabía que esta conexión era algo más allá de lo racional, algo que iba más allá de las palabras.

A medida que continuaba mi concentración, empecé a sentir una extraña sensación en la habitación, como si el ambiente cambiara sutilmente. La luz de la lámpara sobre la mesa parecía parpadear, y una brisa suave pareció acariciar mi rostro. Era como si el mundo físico y el espiritual se entrelazaran en ese momento.

Mantuve mi enfoque, transmitiendo mi deseo de ver a Xander, de hablar con él, de entender lo que estaba sucediendo. Sabía que esto era un acto de fe, una creencia en algo más grande que yo. Pero en ese momento, estaba dispuesta a creer en cualquier cosa que me llevara a encontrar respuestas y a ayudar a Xander.

—¿Vas a quedarte ahí toda la noche con los ojos cerrados pensando en mí?

Di un bote abriendo los ojos como platos para encontrarme a Xander con una sonrisa pícara en su cara apoyado en la esquina de mi escritorio. Me levanté enfadada sin saber porqué.

—¿Dónde demonios te habías metido? Has estado desaparecido durante una semana.

Xander frunció el ceño y miró hacia otro lado pensativo.

—Llevo bastante más tiempo desaparecido, creo que ya va un mes.

—Muy gracioso —entrecerré los ojos, enfadada por su vacilación—. Pues mientras tú vivías la gran vida en mitad de la nada, yo he encontrado algo que puede que te interese.

—En realidad, he estado observando a posibles implicados en mi desaparición. Mi principal sospechosa es mi ex.

Relajé el entrecejo por la reciente información. Recordé justo ahí que Sia había mencionado que Xander tenía novia pero no lo había pensado hasta ahora.

—¿Tu ex?

—La que era mi novia cuando seguía con vida.

—Entonces no es tu ex, es tu novia. —algo me quemó por dentro, no tenía ni idea de porqué y mi cabeza comenzó a hacerse preguntas sola. ¿Quién era? ¿La conocía? ¿Seguía queriéndola?

—Lo que sea. Le he estado siguiendo la pista en estos días y he descubierto que pasa muchas horas muertas en el sótano de su casa. No he podido acceder al sótano, es como si algo me impidiera el paso y no sé qué esconde ahí abajo. Estoy casi seguro de que El Libro de la Vida lo esconde allí abajo.

—¿Por qué has sospechado de ella?

—¿Quieres saber la verdad? Cuando estaba vivo sentía cosas realmente especiales por ella, la sentía y la adoraba como si fuera mi diosa, algo que sencillamente desapareció en el momento en que me quedé atrapado aquí.

—¿Qué insinúas?

—Insinúo que mi ex podría haber hecho un ritual de enamoramiento en mí para que yo besara el suelo por donde pisaba. Y si hizo ese ritual...

—Podría haber hecho el ritual de la eternidad... —terminé por él.

Xander frunció el ceño cuando completé el nombre del ritual y recordé el motivo por el que lo había llamado, me acerqué a la cama donde había dejado el manuscrito doblado.

—He descubierto algo. Algo esencial. —le entregué el manuscrito y me crucé de brazos, esperando mientras él lo leía.

Xander tomó el manuscrito con cuidado y comenzó a leer detenidamente. Sus ojos recorrían las páginas mientras su expresión se volvía más seria con cada palabra que leía. Sabía que lo que había descubierto en ese manuscrito podía ser crucial para comprender su situación y encontrar una forma de liberarlo de su estado entre la vida y la muerte.




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