Estuve un par de minutos sumergido en la oscuridad hasta que mi vista volvió a aclararse.
Me encuentro en una habitación, con puertas, con ventanas, con mi cuerpo envuelto en sabanas blancas de una cama. Al mirar hacia arriba, se que las nubes se encuentran a mucha distancia, porque me encuentro con un techo, y grandes luces blancas que iluminan mi cuerpo.
A mi izquierda, sentada en una silla junto a mi cama se encuentra una joven que me observa con calma.
Bienvenido me dice, haciendo parpadear sus ojos café.