Mientras le ponían los grilletes Edmond pensaba en su amada Aida, por breves periodos de angustia su recuerdo llegaba a él como un bálsamo que podía calmar todas sus penas. Él ya había perdido cualquier noción del tiempo debido al encierro, por alguna razón su celda era más fría y oscura que de otros prisioneros, lo cual era bastante extraño ya que él conocía a presos mucho más peligrosos, estaban asesinos, psicópatas, violadores, etc. Y ¿Qué era él? Solo un simple poeta que tuvo que ver uno de los crímenes más atroces sobre la faz de esta tierra y actuó…
Pronto empezaría su juicio, el último, tal vez, de tantos. A pesar de saber su suerte, no perdía las esperanzas de que sucediera un milagro y se demostrará su inocencia. Las esposas empezaron a lastimarle las muñecas, se sentían un poco más más apretadas que de costumbre, eso no era buena señal.
De repente un golpe le llegó directo en el ojo izquierdo, pronto le siguieron otros en el estómago y una lluvia de patadas cuando estuvo en el suelo, mientras le llovían un montón de insultos, insultos que ya había oído tantas veces en otros lados. “Gay de mierda” “Hay que matar a los maricones” “Por tú culpa Dios nos castiga” “Aberración” “Fenómeno” … Edmond no era gay, pero era un hombre fuera de lo común, al menos en esa ciudad llena de machismo, misoginia y odio, él lo era, era alguien bastante sensible y que amaba el arte, hablaba muy bajito y era algo torpe al hablar, por eso era que escribía, pintaba o cantaba, lo que no podía decirlo con palabras lo decía con arte, también creía firmemente que hombres y mujeres debían tener los mismos derechos, eso bastó para que su familia de machistas lo tildará de “gay” o “maricón”. ¿Cuántos problemas no había tenido a causa de eso? Ahora incluso en ese lugar. Mientras le seguían lloviendo golpes, trató de enfocar su mente en el poema que él y Aida compusieron acerca de él.
Pregúntame una vez más ¿Quién eres tú?
Veo todas las mañanas un cielo azul
Escucho el trinar de un ave como tú
Y desayuno un café tinto como tú…
Río con esa película de comedia
Almuerzo a las doce y media
Lloró con ese triste romance
Y también me pasan mil percances
Hablo bajito para escuchar mucho mejor
Entre verso y verso buscó un bello amor
Quiero mimos, quiero abrazos, quiero calor
Y yo pintare tu mundo con un nuevo color
Amó el ballet y la música, no juego futbol
Pero a veces lo miró y me emocionó con un gol
Me encanta arreglar mi pelo con el estilista
Y también me gusta tener al mes una cita
Soy uno de esos caballeros a la antigua
Que se emociona con solo una palabra
Un gesto suyo o tal vez una mirada
Le llevo flores para dejarla hechizada
Me pregunto entonces ¿Dónde está mi lugar?
Si yo también sé sentir, sé querer, sé amar
Y mi alma tiene sed de uno de esos amores
Amores que solo se viven en un cuento
Y no me apartes por favor
Quiero saber que es amor
No me causes más dolor
Quiero sentir su calor
No te fijes en mi exterior busca adentro
Soy igual que tú, con un corazón
Unos pulmones llenos de vigor
Y un alma llena de pasión
Quiero apartar esas noches de alcohol
En las que intenté ahogar el amor
Después de todo una persona yo soy
Que regala sentimientos en una flor…