Un virus golpeó Crisway. Esa ciudad risueña y alegre se convirtió en no más que escombros.
Los bulos volaban de una punta del mundo a otra, haciendo que el mundo entrara en tan inmenso pánico que no les importaba matarse unos a otros con tal de que el virus no les contagiara.
Desde que eso pasó, esa niña de catorce que tuvo que ver a su familia morir, sin ella querer hacer nada para pararlo, no fue la misma. Era calculadora, fría y desconfiada en mayoría de hombre o chicos.
Esa niña feliz, desvergonzada, risueña y alegre murió el mismo día que todos sus traumas se desarrollaron con mayor intensidad.
Esa niña de catorce años murió para convertirse en la mujer de diecinueve que es hoy en día.