—Hola, buenas noches, Margaret. Isabelle se ha dejado la pelota de Ethan, olvidada. Díselo, para que no se vuelva loca buscándola.
—¿Pero no está ahí contigo, mi hija, Vic? Ya es tarde.
—No, se fueron sobre las nueve. Yo la he llamado por teléfono, pero no me coge. Pensé que ya estaría dormida.
—No me parece normal. Son las once; ha pasado mucho tiempo. Y ella nunca se retrasa tanto, y menos con Ethan. Es muy tarde, me has dejado preocupada.
—Sí, es tarde, ya debería haber llegado. Voy hacia allí ahora mismo, Margaret.
—No, cariño. No cojas el coche en tu estado, es muy tarde. Mañana hablamos.
—Está bien, señora Margaret, pero si sabe algo, por favor, llámeme. Buenas noches. Hasta mañana.
—Hasta mañana, guapísima. Y gracias por llamar, Vic.
—¡Richard! Llama a Isabelle; no está en casa de Vic. Estoy preocupada, mira qué hora es.
—Es Isabelle la que está llamando.
—Dime, hija. ¿Dónde estáis? Ya es tarde.
—Papá... ¡No frena!
Empecé a hablar alto para que me escuchara. Se me cayó el móvil y se metió debajo del asiento.
—¡Papá, ¿me oyes?! No puedo coger el móvil... ¡Papá, ayúdame!
—¡Isabelle! ¿Pero qué pasa? Se escucha mucho ruido. ¡Hija...!
—Ay, Dios mío...
—¿Pero qué pasa, Richard? Me estás asustando.
—Creo que Isabelle ha tenido un accidente, por el ruido de fondo. Vamos a la policía, no perdamos tiempo.
—Otra vez no... Mi hija no puede ser... ¡Ay, mi nieto, Dios mío!
—Papá, yo conduzco. Estás muy nervioso. Seguro que no ha sido nada, ya veréis.
—Agente, mi hija ha sufrido un accidente. Iba con mi nieto de ocho años.
—Tranquilícese, señor. Vayamos por partes. ¿Cómo sabe que ha tenido un accidente?
—Me acaba de llamar. Hablé con ella segundos. Me decía que el coche no frenaba; se le tuvo que caer el móvil. Gritaba “Papá, ayúdame”… Después se escuchó un golpe. Le hablaba, pero ya no contestaba.
—¿Sabe por qué carretera iba? Usted dice que iba con su nieto, ¿verdad?
—Así es, agente.
—¿Sabe desde dónde venía? Es importante para centrarnos en una zona concreta.
—Sí, por supuesto. Había ido a ayudar a su amiga Vic con la mudanza. Eso está justo al lado del parque, en Primrose Hill.
—Perfecto, es un buen dato. Gracias. Siéntense ahí y estén tranquilos, por favor.
Horas más tarde, eran las dos de la madrugada.
—Procedamos a asegurar el perímetro. Hay algún civil observando; necesitamos espacio para los equipos médicos. La madre está atrapada; contacto con bomberos para liberar a las víctimas. Coordinar el tráfico para permitir acceso a las ambulancias. Tomad declaración preliminar a los testigos. Posible accidente de tráfico. Debemos evaluar cámaras cercanas; mirad si las hay. Avisaremos al equipo de investigación. Hay que preservar la escena hasta su llegada. Vamos, chicos.
Los bomberos tardaron una hora en llegar; después, el despliegue hasta poder llegar al coche fue lento. Con la ayuda de bomberos y policía, los pudieron sacar de aquel amasijo de hierros.
—Procederemos con su extracción. Esperamos indicaciones médicas para movilización. —dijo el bombero...
El médico.
—Paciente masculino menor de edad, consciente, constantes vitales estables. Presenta fractura en miembro inferior derecho y lesiones múltiples en ambos miembros superiores; aparentemente no parece grave, tiene heridas abiertas.
—Paciente femenina adulta, aparentemente madre del menor, en estado crítico. Constantes vitales débiles. Presenta atrapamiento de sus extremidades inferiores, con hemorragia significativa a nivel craneal. Se requiere extracción urgente y valoración neurológica. Solicito refuerzo y traslado inmediato.
—¡Nos vamos ya, chicos!
—Llamaré a comisaría para que informen a sus padres.
Horas más tarde...