Volverás a ser mía

9

 

Desde ese día que Kesha llegó a la oficina ambos decidieron que era mejor verse en otro lugar que no sea uno que todo el mundo conoce. Cada día que pasaba Diliana se sentía más acorralada. Intentaba decirle a Kiram lo de Daniel, este siempre la hacía callar, pidiendo que vivieran el hoy y olvidarán lo que pasó. 

El miedo de volverlo a perder no le ayuda para que se pare en seco de una vez y le cuente la verdad. El tiempo pasa y su relación ha estado llena de altibajos, cómo todas. Diliana ha tratado de hablar del tema con sus hijos, ya que entienden que pronto Kiram quedará libre para casarse con ella, pero en cuanto Dili toca el tema de tener una relación, estos no lo ven con buenos ojos. No están dispuestos a que nadie les robe el recuerdo de su padre, aunque Diliana nunca permitiría algo igual o semejante, ellos aún añoran a su familia completa. Daniel fue un buen hombre y amó a sus hijos de igual forma, sin distinción, hasta el último día de su vida, pero ellos deben entender que Danny siempre tendrá un lugar importante en sus corazones y eso nadie se los podrá quitar.

     Diliana salió temprano de la casa, tenía una reunión importante con los empleados de la constructora. Necesitaba dar instrucciones sobre unas remodelaciones extras que se harían para ese día. Llegó al edificio dónde tiene sus oficinas. La recepcionista la detuvo.

—Señora Ovalle, esto llegó para usted ahora mismo. – dice ofreciendo un sobre manila sin remitente.

— ¿Sabe quién lo envió? – pregunta un poco dudosa de su procedencia.

—No señora, el mensajero dijo que no tenía remitente – Se encoge de hombros.

—Bien, gracias. – Diliana da media vuelta y sube hasta su oficina donde sorpresivamente encontró a Charlie.

—Hola, ¿Qué te trae por acá? – lo saluda de dos besos.

—Pasaba por aquí y quise venir a saludarte. – pasa su mano por su cabello, nervioso–. ¿Todo bien con Kiram?

—Sí ¿Por qué preguntas? – frunce su ceño– ¿Le pasó algo a Kiram? —Lo ve negar.

—No, sólo pregunto, como ahora no tiene tiempo para los amigos. —ironiza.

— ¿Celoso? — Bromea la pelinegra y este niega.

— ¿Qué traes ahí? – pregunta y Diliana mira el sobre.

—Nada importante. —lo pone sobre el escritorio.

—Bueno, solo pasé a saludar, te dejo para que lo revises. Cuídate, sabes que cualquier cosa me puedes llamar, para eso son los amigo. – deja dos besos en sus mejillas.

—Eso díselo a Kir, que es quien te ha abandonado.

—Quiero que sepas que también soy tuyo. – Diliana sonríe para no hacerle desaire.

—Gracias – Charlie mira por última vez el sobre, y da media vuelta para salir de allí.

Diliana lo ve salir y suelta el aire que no se dio cuenta había aguantado. Se sentó en su silla y tomó el sobre para ver su contenido, Lo que ve hace que suelte con rapidez las fotos, es Kiram teniendo sexo con Kesha, cada foto es una diferente. No lo podía creer. Encontró una nota escrita con letras recortadas, “Por eso no se ha divorciado, aún está con ella.”

 Debió suponerlo, por eso ella está renuente en darle el divorcio. En ese momento sus lágrimas comenzaron a bajar por su rostro. Se siente engañada con sus dulces palabras. Estrujó las fotos del coraje, por la rabia. Limpia sus lágrimas y no se permite derramar más ninguna. No le va a perdonar nunca sus engaños. Siente como su mundo cae en pedazos. Toma su móvil para escribirle a Kiram, eso no se quedará así.

Para Kiram

“Necesito que vengas a mi oficina, tienes 15 minuto para que entres por esa puerta”.

Para Diliana

¿Pasa algo?

Lo deja en visto, por su mente pasa mil cosas, miles de preguntas, pero la principal es, ¿Por qué? Esa era la más difícil de entender. La puerta se abre dando paso a un Kiram preocupado. Va directo a darle un beso, pero Diliana lo evita poniendo distancia entre sus cuerpos. Diliana tomó las fotos en sus manos y las lanzó a su cara.

— ¿Qué creías, que no me iba a enterar? – grita mientras él ve las fotos perplejo — ¿Que podías estar con tu esposa y al mismo tiempo conmigo?

—No entiendo de dónde salieron estas fotos. ¿Quién te las dio? —dice mirándolas a fondo, el nunca ha compartido ni si quiera la habitación con Kesha.

—Eso no viene al caso ahora mismo. Quién me las dio solo me hizo un favor, me quito la venda que tenía puesta, pero esta si no te la voy a perdonar, nunca más te voy a perdonar otra traición. Te odio Kiram Aydin. — Se ahora en llanto. No pude aguantar más. Cae frente a él llorando como una tonta.  

— Diliana, no sé de dónde salieron estas fotos. – trata de comprender que está pasando – Déjame demostrarte que son falsas. Nunca, nunca acostaría con Kesha. — dice tratando de ponerse frente a ella. Hace el amago de tomar su mano, pero ella no lo permite.

—No se te ocurra tocarme con las mismas manos que la tocaste a ella. — escupe con la mandíbula contraída. — Nunca te voy a perdonar, me escuchaste a bien, nunca.

—Amor, Diliana recapacita. – súplica — Yo sin ti voy a morir, no me dejes así, dame la oportunidad de demostrarte que esto son fotos falsas. Y quién te lo dio solo quiere destruir nuestra relación. Nuestro amor es mucho más grande que estás fotos. Nuestro amor se siente aquí. —  dice tocándose el pecho. En ese momento Diliana no sabe que decirle. Le duele, duele como una braza que quema dejando cenizas por dónde va. Quisiera creerle, pero ya han sido muchos tropiezos.

-No – dice tajante — No Kiram, tus oportunidades se acabaron, se esfumaron. Ya no queda más, mataste lo poquito que quedaba.

-No, por favor Diliana, no me mates así. No destruyas mi corazón. Te juro que es un foto montaje. Busca información, busca al mejor perito de la ciudad para que compruebe lo que te digo. Mi amor, por favor. – pide, sus lágrimas le rompen su corazón, pero no se puede dar marcha atrás, no podía perdonar una traición de esas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.