Volverás a ser mía

10

    Diliana esperó que Kiram saliera del hospital para llevarlo a su apartamento, sigue molesta con él, pero eso no cambiaba el hecho que le debía la vida, si él no hubiera intervenido seguramente ella la hubiera usado en contra de ella. Las dudas de las fotos seguían dando vueltas en su cabeza, no entendía como podía pasar eso. Cómo ella alegaba algunas cosas y en las fotos se veía claramente que no era así. No le comento a Kiram sobre las fotos y sus dudas, no iba a dar su brazo a torcer mientras no conociera si eran o no falsas. Olivia le había llamado para decirle que se tardarían en analizarlas una semana. Así que prefirió omitir la información.

     Llegaron al apartamento y lo ayuda a subir. Lo acomoda en su habitación y se dispone a salir.

—Diliana por favor, no te vayas. – pide con su voz frágil.

—Voy a llamar a Olivia para que llame a una agencias de amas de llaves vas a necesitar una en lo que te restablecer del todo. Yo llego hasta aquí. Gracias por salvar mi vida. Creo que cumplí contigo. — concluye.

— ¡Diliana por Dios, escúchame! — dice tratando de ponerse de pies.

—No Kiram, entre nosotros no hay más que decir. Esto acabó, solo tenías una sola oportunidad y la mandaste por un caño. — salió del apartamento lo más rápido que pudo. Si lo seguía escuchando iba a volver a caer en su juego. Hasta que las pruebas no salgan no puede dar marcha atrás. Es una señal del cielo para no incumplir con la promesa que le hizo a Danny.

Los días pasaron y él seguía insistiendo, llamaba y dejaba mensajes de voz en los que se escuchaba mal, en algunos estaba borracho y otros pasando la resaca. Por Amanda se había enterado de que buscaban a Kesha por intento de asesinato y que les habían aprobado una orden de protección a sus hijos y a ella. Kiram le habían aprobado el divorcio casi inmediato después del incidente. No la habían podido encontrar aún, pero le estaban pisando los talones.

Al fin había llegado el día en que enviarían el resultado de las fotos. Diliana se sentía tranquila, había vuelto a ser ese témpano de hielo que era antes. Sí ya había podido vivir sin un hombre eso no iba a cambiar. Está sumida en el trabajo, ya quería terminar allí para volver a su confortable hogar, siente la puerta y da autorización para que entre.

 — Señora Ovalle, ya llegaron las fotos. — Olivia pone el sobre en su escritorio — ¿necesita algo más?

— No, gracias, Olivia, puedes retirarte.  – va a salir, pero la detiene, Olivia, puede llamar a Amanda, dígale que la necesito en mi oficina.

— Si, enseguida le aviso. —la joven mujer sale de la oficina a cumplir con la orden de su jefa.

—Gracias

    Diliana siente a Amanda entrar. Esta ve a Diliana con el sobre en la mano analizando si lo abre o no. Tiene miedo de la respuesta. Amanda se sienta al frente al escritorio y la analiza antes de hablar.

— ¿Se puede saber qué es ese sobre Diliana? —pregunta la castaña.

—Aquí está la respuesta de si Kiram me mintió o no. En verdad, ya no sé si quiero saber. Voy a terminar este trabajo y me voy de aquí. Ya estoy agotada. — dice, evidentemente lo está.

— Diliana, piénsalo bien. No quiero verte sufrir. Eres mi mejor amiga y creo que ya has sufrido demás.

— Creo que independiente a lo que diga esto, no voy a poder confiar en él. Lo amo, sí, pero no voy a vivir la vida así. Pensando que él va a estar con otra mujer.

— Diliana por Dios, solo tienes que verlo para saber que lo estás matando con tu indiferencia.

— No sé, me siento estúpida, me siento confundida, pero de algo estoy segura es de no querer caer en sus mentiras.

— Vamos a suponer que las fotos eran ciertas y que él te mintió, a decir verdad, ella era su esposa y por más o por menos tú lo sabías.

— Se supones que eres mi amiga, no crees.

— Es la verdad Diliana y lo sabes. Eso es lo que te molesta, no quieres abrirlo porque lo que te duele es que haya estado con su esposa.

— ¡No! Me duelen sus mentiras, él me juró que no tenía nada con ella. Eso es lo que me duele. Sí él quiere estar con ella, bien, pero me lo debió decir. Yo me hubiera alejado, pero no, quería a las dos.

— ¡Ay mujer pero que terca eres! Algo me dice que es inocente y que esas fotos son más falsas que mis extensiones. Pero tú sigues dándole vueltas al asunto.

— No sé, cuando esté lista las leo, ahora no me siento preparada para leer que son verdadera o no.

— Eres una cobarde, no lo .... — no termina de hablar cuando escuchan gritos en la entrada de su oficina.

— ¡Diliana, Diliana, sal, tenemos que hablar! — era la voz de Kiram borracho.

— Esto no me puede estar pasando a mí. — mira a Amanda y se levanta para abrir la puerta.

— Diliana, mi amor. — su olor no pasó desapercibido. Estaba borracho y más si eso era posible.

— No me toques — dice poniendo distancia entre ambos. — Olivia tráele un café a esto. — lo señaló con repulsión.

— Después que te tomes, el café y parezcas un hombre hablamos. No hablo con guiñapos. — lo dejo en el recibidor frente a él escritorio de Olivia y cerró la puesta detrás de ella.

— Por dios mujer, tú sí eres mala. Cómo lo dejaste allá a fuera. —dice divertida Amanda al ver la cara de preocupación de Diliana cuando cerro la puerta. Tan fuerte que se hace y ella no se da cuenta que esta muriendo por ese hombre.  

— ¿Tú no lo vistes? Parecía un haraposo. Lo siento, pero así no voy a hablar con él.

— Está así porque te ama. – Diliana blanquea sus ojos.

— A mí que no me ame así. Yo lo amo también y no estoy llorando por los rincones. Lo siento. —dice decidida a ignorar su presencia mientras este ebrio.

— OK, en eso tienes razón.

— ¡Alabado sea Dios! Por fin mi amiga ha vuelto.

— jajaja, no me hagas reír.

— Amanda, ve y chequéalo llévalo a tu oficina manda a comprarle ropa y por favor que tome un baño. Cuando lo veas bien, entonces, solo entonces, me avisas para atenderlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.