Volverás a ser mía

14

En la cabaña Kiram miraba su reloj de pulsera, él no quería que Diliana saliera sola. Es tan terca que salió sin su celular. Ya han pasado 4 horas y aún no llega. Ya está empezando a preocuparse. Le pide al chófer de los chicos que aliste el auto para salir a buscarla, cuando va a entrar al auto ve llegar una patrulla de la policía acercarse a la cabaña. Su corazón no le falló al saber que algo andaba mal.

—Buenas tardes, buscamos a Kiram Aydin. — dice el oficial.

—So ... soy yo — su preocupación se dejaba ver en su voz.

—Encontramos su auto vacío, en medio de la carretera. Dentro estaban las pertenencias de la señora Diliana Ovalle —el mundo de Kiram se rompió en mil pedazos.

— ¿Dónde está ella? —. Su corazón empezó a palpitar fuerte cómo si estuviera al borde de un colapso.

—No sabemos qué pasó con la señora Duarte. Solo encontramos su bolso con su identificación. — su cerebro no podía entender lo que él oficial decía. ¿Cómo la mujer que ama no estaba en el auto? Quería entender que pasaba.

—Esto no puede estar pasando. — dice caminando de un lado al otro pasando sus manos por su cabello. — ¿No encontró algo raro? ¿Algo que de indicios de que pasó? No sé, necesito saber.

—Pensamos que es un secuestro. ¿No lo han llamado? – niega

—No — dice recordando que los móviles están guardados en la gaveta apagados y sube corriendo a la habitación.

   El oficial le sigue. Saca los móviles de la gaveta y los enciende. En ese momento entra un mensaje de un número privado.

" No la busques, nunca la vas a volver a ver. Una vez te aleje de ella, está vez va a ser para siempre"

— ¡Maldición! – exclama frustrado.

 ¿Quién estará jugando de esa manera? Le muestra el mensaje al oficial y este activa a el protocolo de secuestro. En 20 minuto Están montando todo para rastreo de llamadas entre otras cosas.

Kiram habló con Alejandro y él llamo al papa de su amigo. El mismo que lo ayudo a encontrarla. Le pidió que saliera con los niños para que no se dieran cuenta de lo que estaba pasando. A este paso iba a tener que enviarlos nuevamente a la casa. Inventando un viaje de emergencia. ¿Como hará para encontrarla? Eso no lo tenía claro. Siente que va a morir en vida si no la tiene junto a él.

—Hola, soy el investigador a cargo del secuestro. ¿Nos podría decir la ropa que se tenía la señora? – Kiram asiente.

—Ella tenía unos jeans cortos. Una camisa blanca, el cabello suelto. – pone su mano en la barbilla —¡Ah! unos tenis blancos y sus acostumbradas gafas de sol.

—Muy bien señor Aydin. Vamos a comenzar la búsqueda por el perímetro.

—Gracias por favor cualquier información manténgame informado. — suplicó al agente.

—Por supuesto señor Aydin. —El oficial sale de la sala de la cabaña donde estaban ubicando todo el equipo que necesitaban para su cometido. Kiram entró a la habitación, se aferró a su olor para mitigar el dolor que siente en su corazón.

 Ya han pasado más de 7 horas y aun no hay noticias de ella. Su corazón está destrozado, no puede estar pasando esto. No la puede perder de esa manera. Su desesperación aumenta según pasan las horas sin ninguna noticia.

    Siente como su mundo se detiene con tan solo imaginar que le pudo haber pasado algo malo. Esa mujer es su todo, su mundo, el oxígeno que necesita para estar vivo, pero la persona que ha osado en hacerle daño las pagará muy caro. De eso él se encargará.

Llamó al chofer que esta con los muchachos para que siga directo hasta la ciudad y lleve los chicos a su casa con cualquier excusa, en este momento no puede pensar con detenimiento. Solo podía pensar en tenerla entre sus brazos y así mitigar el sufrimiento que en ese momento siente en su corazón. Era demasiado fuerte sentir que toda su vida acabaría si a ella le pasaba algo. No podía quedarse de brazos cruzados. Contratará si es necesario a los mejores investigadores del país para que trabajen junto a la policía local. No se va a dar por vencido, las primeras 48 horas eran cruciales para el rescate.

Leyó y releyó el mensaje dándose cuenta de que la intención de la persona no es pedir algo a cambio. Si no privarlo de ella. Seguro su intención no es matarla, si no la de un psicópata obsesionado con ella. ¿Pero quién? ¿Quién estaría obsesionado de esa forma?? Las dudas mataban. ¿Sería Kesha? No puede ser, si bien es cierto que los separó una vez por qué no lo haría una segunda vez. Aunque no la cree capaz de quererla matar. Siente como el dolor de cabeza se apodera de él. ¿Cómo logrará saber quién, quién quiere separarlos?

 

*******

 Diliana ve la mirada de satisfacción de su secuestrador aún atónita. ¿Por qué Charlie la secuestró? ¿Qué quiere de ella?

—Preciosa, dichosos los ojos que te ven. —Se acerca para delinear su rostro con la yema de sus dedos.

— Quisiera poder decir lo mismo, pero bajo mis circunstancias no creo. – Diliana cambia su rostro para que no la toque.

—He sido descortés contigo. – ríe — ¿Quieres comer? Debes tener hambre.

-No, no tengo hambre gracias y no quiero nada que venga de ti. – miente, pero muerta come algo que él le diera.

-Qué pena, yo que contrate al mejor chef para que te cocinara. – Diliana lo mira buscando el juego en sus palabras.

- ¡Ya Charlie! Dime que quieres de una vez y deja los juegos. – Charlie niega con una sonrisa en su labios.

-Te quiero a ti preciosa. Nunca voy a dejarte ser feliz con Kiram. – simplifica.

- ¿¡Estas bromeando verdad!? No entiendo a qué te refieres. – Diliana lo mira más confundida que antes. — ¿Qué clase de broma es esta? Se supone que es tu mejor amigo.

-Es muy sencillo Diliana, siempre te he querido para mí, pero el infeliz de Kiram te conquistó y me tocó hacer todo lo que estaba en la manos para que te dejara, pero todo se salió de control cuando me dijo que te amaba y que se quería casar contigo. En ese momento decidí que era tiempo de separarlos a como dé lugar. Y fue ahí cuando con la ayuda de Kesha los separé hasta que te encontró esta vez, se supone que era yo quién te iba a encontrar para conquistarte. – lo ve apretar sus manos conteniendo el coraje.




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