¿Cómo es que termine aceptando esto?
Tal vez sea por qué Bel estaba muy emocionado con esta fiesta, conociéndolo bien se que por cualquier cosa hace una fiesta.
—Pero que hermosa te vez Princesa.
La voz de Jos me sacó de mis pensamientos, volteo a verlo y sonrió al verlo con su traje habitual de Líder.
En esta ocasión decidí llevar un vestido rojo con Negro, al igual que toda la joyería y mi corona.
—Es Hora.
Tome la mano de Jos y dejé que me guiará hasta las escaleras, había varias personas que al momento de verme, hicieron una reverencia.
Algo dentro de mi crecía cada vez que eso pasaba, me sentía tan poderosa, tan fuerte.
Saludé a varias personas, hablé con tantos que la cabeza comenzaba a dolerme.
Todos los hijos de Lucio hablaron conmigo, excepto Uno, su segundo Hijo Satn o mejor conocido en la Tierra como Satanás, parecía que era el único que me tenía rencor y yo no sabía la razón de eso.
No sé en qué momento me separé de Jos, pero intentaba buscarlo pero había tantos demonios que se me hacía difícil.
Después de varios minutos di con él, que por lo visto también estaba buscándome al mismo tiempo que intentaba salir de las garras de una estúpida demonio que cree tener lo necesario para atraer al Novio de una princesa.
—¿Interrumpo?
Mi voz hace que ella brinque en su lugar, da la vuelta para verme, su mirada cambia y me ve con desagrado.
—No hay nada que interrumpir cariño, te estaba buscando.
Le sonrió y tomo su mano para irnos a otro lugar ignorando completamente a la demonio.
_—Maldita perra_
Sus palabras susurradas me hacen detenerme y escuchó a Jos maldecir, se volteo listo para irse contra ella pero lo detuve.
—Yo me encargo.
Todos estaban al pendiente de mi reacción, estaba segura que querían ver de que manera la castigaría.
—¿Que fue lo que dijiste? —le pregunté lo más calmada posible, pero Jos no lo estaba.
—Dije: Maldita Perra, ahora sí me escuchaste o quieres que te lo repita.
Sus palabras me hicieron reír y lentamente me acerque a ella.
—¿Acaso sabes a quien has insultado? —le preguntó Marck burlón.
Ella miró a todos lados notando todas las miradas de los invitados y me volteo a ver sonriendo burlona.
—¿Tendría que saberlo?
Eso fue el detonante, mi mano fue a dar a su cuello apretándolo cada vez más.
—Suéltame, no puedes hacerme nada, soy la pareja de el principe Asmodeo.
—Y Yo Soy la Princesa Vanessa, me importa una mierda quien seas, me has insultado y ofendido y eso no lo perdonó, así que discúlpate ahora antes de que decida otro castigo peor para tí.
—¡Arrodíllate!
La voz de Asmodeo me hizo voltear a verlo.
—¡Hazlo ahora sí no quieres que te mate!
La solté y ella cayó al piso, haciendo lo que Asmodeo le dijo, no conforme Asmodeo la tomo de la nuca y la empujó más al piso, haciendo que su frente tocara el piso.
—Yo no soy tan generoso como la princesa, vuelve a faltarle el respetó y te mataré, me importa una mierda quien seas, si ella te perdono la vida es por qué no quiere arruinar su fiesta de cumpleaños, pero haz otra cosa más y te mataré, recuerda tu lugar, No eres mi pareja, eres solo una criada que ocupó para coger.
Dicho eso quito su peso de ella y la levantó poniéndola frente a mi.
_Expulsala_
La voz de Asmodeo en mi mente me hizo maldecir, no podía hacer eso, el era el heredero, no yo.
_Hazlo Vanessa o la mataré ahora_
Maldición, no tenía otra opción, todos estaban esperando un castigo digno de la princesa del Inframundo, puse mi cara mas fría y la mire con indiferencia.
—Expulce, yo la princesa del Inframundo te expulsó de el infierno, irás a las profundidades del abismo donde vivirás de ahora en adelante y sufrirás una agonía deseando morir más sin embargo no recibirás tal recompensa.
_Bien hecho_
Dos guardias entraron para llevarse a la Demonio, le hice una reverencia a el heredero y el también, ambos nos dimos vuelta para retomar nuestros caminos, tome la mano de Jos y el se acercó a besarme.
—La hubiera matado si no me detenias.
—Lo se, pero sabes que al ser propiedad de Asmodeo te hubieras metido en un problema.
—Si lo sé, pero mejor olvidemos eso, sigamos disfrutando tu celebración.
El tiempo pasaba de manera lenta, en la tierra parecía que todo se habia detenido, presiento que eso es obra de Mi Padre.
Lo ví acercarse a mi, llamando la atención de todos al ver la caja de regaló.
—Mi Querida Princesa, desde que te vi por primera vez supe que tú destino sería diferente al de cualquier humano, desde entonces supe que nos pertenecias y haría cualquier cosa por tí, incluso comenzar una revolución solo por tí, esto es la muestra de todo el amor que siento por tí.
Me da la caja y con ayuda de Jos ví su contenido, eran dos conjuntos de bebés, algo desconcertada la saqué para verla mejor, las puertas fueron abiertas y entraron dos esclavas de Lucio con dos Bebés. Mi respiración se detuvo al notar quienes era.
—No fue fácil, rompimos muchas reglas de Dios, Asmodeo y Yo, pero he traído a la vida a tus hermanas, aunque ahora son demonios.
Mis ojos se llenan de lágrimas al ver a las gemelas siendo unas bebés nuevamente. Lucio cumplió su palabra, me las ha regresado, lo abrazo repitiendo una y otra vez cuan agradecida estoy, de reojo veo a Jos cargando a una de ella, suelto a Lucio y cargo a la otra bebé notando que es Lizbeth y Lizeth está con Jos.
Parecían nuestras hijas, ese pensamiento vino por parte de Jos lo que me sorprendió, aunque tenía razón, muy probablemente me verán como su madre hasta que recuperen sus recuerdos.
La fiesta llegó a su Fin, las Esclavas se llevaron a las niñas para seguir con su horario, mientras Jos y Yo íbamos con mi padre a su despacho, tenía que hablar muy seriamente con ellos, y con todos sus hijos.
Satn llegó después de ser llamado por su padre.
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Editado: 06.09.2024