Voyager

Capítulo 2 - ¿Nos conocemos?

Crucé. No me importó dar el primer paso y que el semáforo deje pasar a los autos, pues ya había tentado a la muerte evitándola. La confronté en esos seis segundos que tardé en cruzar. Me tuvo piedad.

Mi vista, fijada en esta chica que no apartó la mirada de la pantalla en esos eternos segundos en el limbo del cruce. Mi cabeza, tratando de buscar las mejores palabras para agradecerle sin tartamudear en el intento. Mis manos, temblando de ansiedad y nervios ante el temor de parecer un loco, o de serlo, por creer que ella había tenido que ver en que esté parado exactamente a pocos metros de sí, aún respirando.

Fue ahí que mi presión descendió de golpe. Levantó la vista, y me vio. Mi cara entonces habrá reflejado lo que sentía en ese momento, porque de otra manera nunca se hubiera quitado los audífonos.

–"¿Nos conocemos?"– preguntó, con una voz suave pero madura, no era suave, pero tampoco seca.

No fue hasta que escuché su voz qué me di cuenta... que quizás ya la había visto alguna vez, antes de todo esto. Lo dudé, su rostro no era uno común, recordaría que la conocí si en algún momento lo hice. Esquivé mi corazonada.

–"No... creo que no. C-creo... que me equivoqué..."– respondí con miedo. Me sentí un tonto, hasta que al agachar la cabeza un poco por la vergüenza que sentía, noté que sus audífonos eran exactamente iguales a los míos. Aquello era imposible, eran unos simples audífonos de cable qué yo mismo había armado y personalizado con distintos cables de colores, de tantos que ya había roto. Y los míos se habían ido con aquel accidente.

Ella se dio cuenta que los ví, y los guardó, casi escondiéndolos. –"Entonces... ¿puedo ayudarte en algo?"– replicó. La seguridad en su hablar lograba aterrorizarme.

–"Si..."– dije sin embargo, y tomé coraje –"Tú me salvaste. T-tú tomaste mi capucha para sacarme de la calle... antes del accidente".

Jugué todas mis cartas en esa respuesta. La ví a los ojos y noté que no despegó su vista de los míos. Los analizó como si pudiese ver a través de ellos, aunque su rostro no había cambiado de expresión. Respiró profundamente sin exagerar los movimientos.

–"Algo así"– suspiró, y mi cabeza comenzó a perderse en sí. No estaba loco. Tragué saliva.

–"Y luego... desapareciste. Cruzaste la calle sin más y te fuiste... Ni siquiera volteaste hacia atr-"– decía algo confundido, pero no me dejó terminar.

–"Tenía cosas que hacer, no iba a parar por un accidente."– replicó, y antes de que pueda yo intervenir, ella hiló con cierto rechazo –"No quiero que me agradezcas, ví el camión y ya, es lo que cualquiera hubiera hecho."

Me quedé en silencio. Silencio que se vio interrumpido por una llamada que llegó a su teléfono. Y ella, molesta frente a mi, contestó.

–"Ya estoy volviendo, ¿qué pasa?"– dijo tras suspirar – "Da igual, fue una tontería haber venido, ¿conseguiste lo que buscabas?"– intentó desviar el tema, pero quien estaba al otro lado del teléfono sonaba insistente –"Deja el tema por terminado, por favor, espérame ahi y ya"– dijo, y cortó.

Mi cabeza daba vueltas, no conseguía entender nada de lo que estaba ocurriendo y sabía, sin motivos en realidad, que debía hacer algo. Hablé.

–"¿Quién... eres...?"– fue lo que dije. Ella se giró lentamente en dos movimientos, y me vio a los ojos, aunque pareciera que no quería hacerlo. En ese momento, logré ver a través de ella... y se sintió que no era la primera vez... que nos veíamos así. Abrió los ojos. Increíblemente, la había dejado perpleja. Trató de ocultarla, pero vi aquella lágrima rebelde escapar de su fuerte compostura. Una lágrima que, para mí, significó otro motivo por el cual yo debía estar donde estaba.

El teléfono sonó otra vez. Tardó unos segundos en reaccionar, pero contestó –"T-te dije que me espe-"– trastabilló, pero fue interrumpida, y su silencio tras eso... habló por ella.

Su rostro empezó a denotar emociones. Molestia... frustración... me vio y aparté la mirada.

–"N-no, no pudo haber dado esa orden... ¿c-como es que se dio cuenta?"– decía frustrada –"Me niego... no funcionará... ¡él no será un experimento otra vez, no así!"– sentenció.

Pensé en irme y hacer de cuenta que nada había ocurrido, pero dejé de oir palabras de su boca. Finalmente, cedió a aquello que se le habría impuesto. Se sintió extraño, ya que no parecía alguien que... se dejara pasar por encima...

Bajó su mirada al suelo, como si la orden a la que se vio obligada la afectase directamente, y entonces colgó.

–"¿O-ocurre algo?"– pregunté con cierto miedo a un rechazo culpa del enojo.

Giró hacia mi y se acercó un poco. –"Siempre ocurre algo"– dijo, y respiró profundo cerrando los ojos. Aquella decisión que no pudo intervenir realmente la había puesto en jaque. –"¿De verdad quieres entender que sucede?– fue lo que preguntó. No lo había puesto en duda hasta que llegó el momento, pero con la oferta en mesa, realmente me plantee decirle que no. Pero no lo hice.

Abrió los ojos, relativamente molesta, y me ordenó seguirla.

La tarde oscureció completamente para entonces. La seguí en silencio y a sus pasos, de manera exacta, ni uno más, y ni uno menos, hasta que llegamos a una zona transitada de la ciudad, llena de restaurantes y luces por todos lados.

–"¿Qué hacemos en un lugar así?"– pregunté confundido. No respondió. –"No me has dirigido la palabra desde que empezamos a caminar..."– le recriminé.

Ella suspiró. –"No lo sé... Ella prefiere este estilo de lugares, dice que le dan... nostalgia..."

–"¿Ella?"– Me pregunté, pero pensé en no derrochar energía en averiguarlo. Si era alguien que ella conocía, entonces iba a preservar su identidad de igual manera que ella estaba haciéndolo conmigo.

Mientras interiorizaba, ella se dirigió a una mesa de los tantos bares que había, y se sentó. No tardó en llegar la mesera. –"Buenas noches, ¿les dejo la carta o ya saben que desean?"—"Ya sabemos"– respondió ella, esta vez con una amabilidad que no habia demostrado aún, y una sonrisa leve qué resaltaba mucho más sus ojos –"Para mí un latte macchiato, mi amiga que viene en un rato querrá un frapuccino con caramelo, y para él un café doble, sin azúcar por favor"—"Enseguida"– respondió la mesera con una sonrisa y se retiró.




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