Vuelve a mi

Capítulo 3: Plan de huida

Un sonido horrible comenzó a sonar y empecé a desperezarme. Era la primera vez desde hacía tiempo que no dormía de una pasada. Busqué a tientas el móvil para poder apagar la alarma y querer seguir durmiendo, pero un calor en mi espalda llamó mi atención. Los recuerdos vinieron de golpe y supe que Hana estaba durmiendo a mi lado. Me levanté y vi la hora. Eran las siete y media. Alex ya tendría que estar seguramente despierto. Le mandé un WhatsApp esperando a que me contestase.Comencé a mover sutilmente a Hana para que se despertase y preparar todo.

—Mmm... Déjame quiero dormir un poco más Haidar...— me reí internamente. Se había confundido con su hermano. Se notaba que lo quería muchísimo, ya que según ella era el único que la apoyaba en sus decisiones. Era una pena que en esta última decidió darle la espalda. Volví a moverla pero esta vez un poco más fuerte. Hana se tapó con la sábana y se acurrucó más aún, si es que se podía.

—Hana... Tenemos que levantarnos si no quieres que rompan mi puerta y te saquen a rastras tu familia— le susurré al oído.

De golpe se levantó y me miró con terror. Intenté tranquilizarla apretando su mano.

—¿No lo han hecho, verdad? — negué mientras le acomodaba un mechón.

Cuando iba a hablar mi móvil comenzó a sonar. Era Alex llamándome.

—hey Kat, ¿qué pasa?—me dijo un poco nervioso.

—Hola Alex, necesito tu ayuda pero no puedo decírtelo por aquí. ¿Podrías venir a mi casa ahora? —.

—En quince minutos estaré ahí, espero que no sea nada grave—. Negué  pensando que me iba a ver pero luego me acordé que estaba en llamada.

—No, creo que no. Porfa no tardes. Te tengo que dejar—.
 

No le di tiempo a que me dijera algo más. Teníamos muchas cosas que hacer y no había que perder el tiempo.
Hana me miraba con una pequeña sonrisa esperando una explicación. Intenté tirarle un cojín pero rápidamente lo esquivó.

—Creo que tienes algo que contarme, ¿no? ¿Quién es Alex? Y... lo más importante... ¡¿por qué no estoy enterada de tu lío amoroso?!— Se hizo la indignada y yo no pude más que soltar una carcajada.

—No es lo que piensas Hana... ya te dije  Alex solo es mi mejor amigo—hice una pequeña pausa,— Ojalá me hubiese enamorado de él como hubiesen querido mis padres—.

Hana me vio de manera intrigada y me di cuenta que debía contarle la historia de Alex y yo.

—Él es mi amigo de la infancia. Sus padres y los míos se conocen desde jóvenes y soñaban con que su hijo y yo fuésemos novios, nos casásemos y blablabla.—rodé los ojos de solo recordar la charla que me daban mis padres y los suyos.— Lo típico cliché. Pero bueno, ya has visto eso no pasó. No me enamoré de Alex, no somos novios ni nos casamos—.

—¿Pero no ves la posibilidad de enamorarte de él Rizos?— suspiré y negué con pesar.

—Lo he intentado Hana, muchísimas veces.—suspiré derrotada—. Cuando tenía 16 años lo intenté, pero fue imposible. No hay esa conexión entre él y yo que no sea más que amistad. Y cuando apareció Luca, todo empeoró—.

Cuando conocí a Luca y empezamos a salir  Alex sintió celos. Veía como yo me iba más con él, empezó a reprocharme lo poco que quedábamos y que lo había reemplazado. Y para rematar no se llevaban bien. Era imposible juntarlos en una habitación por más de una hora.

—Entiendo Rizos.... El amor es realmente una mierda. Te destroza el corazón y luego no sabes como recomponer todas tus piezas— asentí dándole completamente la razón.

—Sí.. pero a la vez es lo más bonito que hay. Es un sentimiento difícil de explicar Hana... Compartes con él todo, es tu complemento.  Es tu compañero de vida...—.

—Bueno... Tu compañero fue un cabrón sin escrúpulos que no dudó en irse sin ninguna explicación— la miré sorprendida viendo como la rabia surgía en su rostro. —No me mires así Katia. Sigo diciendo que el amor es una mierda, solo hay que verte a ti—.

Sus palabras calaron al fondo de mi corazón. Una lagrima traicionera apareció.

—Kat, lo siento.. No quería decir eso... Ya sabes si es que soy una bocazas.— se golpeó la frente y yo solo negué.

—No...  tienes razón soy la descripción tangible del desamor. Por un chico estoy así. Pero hay más cosas detrás de todo esto Hana. Y algún día me gustaría contártelo, pero ahora mismo no me encuentro preparada para decirlo en voz alta—.

Hana me miró confusa y yo simplemente me levanté y me dirigí hacia la cocina. No quería seguir recordando aquella noche, pero en mi mente solo estaban las risas macabras y mis gritos de auxilio, pidiendo que parasen y que no me hicieran más daño.Una mano se poso en mi hombro y rápidamente me giré.

—Te fuiste durante un momento. ¿Seguro que no me quieres contar?—. Hana me miraba preocupada mientras me apretaba mi mano temblorosa. Había comenzado a temblar inconscientemente.

—No... No puedo Hana, es demasiado para mí—. Con eso supo que la conversación había zanjado.

El timbre sonó y rápidamente nos pusimos en alerta. Esperaba que fuese Alex y no la familia de Hana.

Miré a la pantalla y vi a Alex moviéndose de un lado para otro. Le abrí el portal y esperé a que llegase.

Cuando entro a la casa y nos vio a Hana y a mi frunció el ceño esperando una explicación.

—Buenos días, soy Hana la amiga de Riz... Digo de Kat —la miré mal. Casi suelta el mote que me puso y eso sería horrible. Suficiente tenía con ella para que Alex le copiase. Alex me miró de forma interrogativa y yo solo fui capaz de alzar los hombros.

—Soy Alex el amigo de la infancia de Katia—nos miraba intercalando una con la otra, esperando a que siguiesemos— ¿bueno que es lo que pasa? Por qué me hablaste tan pronto un domingo? – sonaba muy desesperado.



#228 en Joven Adulto
#3629 en Novela romántica

En el texto hay: amor-odio, amor, traicion celos

Editado: 27.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.