Vuelve a mi

Capítulo 4: Llamada

Ya habían pasado dos días desde que Alex y Hana se habían marchado a España. Estarían llegando seguramente a la frontera. Todo seguía al plan establecido. Alex me llamaba desde una tarjeta de prepago, ya que así era más difícil que los descubriesen. Yo había seguido yendo al trabajo como si no hubiese pasado nada. Ed estaba triste por la repentina renuncia de Hana y yo me hice la tonta, diciendo que no sabía nada. Según Alex podían haber puesto micrófonos para poder escuchar las conversaciones y cualquier tontería se podría ir el plan al garete. Como Hana renunció yo le dije a Ed que ya no me iría de vacaciones y que seguiría trabajando aquí. No podía hacer otra cosa, tenía que mantener el perfil bajo para que así no sospecharan de mi.

Al tercer día Alex me llamó y supe que habían llegado bien. Nadie les había seguido por lo que Hana estaba a salvo. Decidieron llevarla por ahora con mi familia ya que ellos vivían en el campo y sería más difícil encontrarla. Por ahora Hana debería mantenerse oculta durante unos meses hasta que todo volviese a la normalidad.

Estaba cenando viendo una serie cuando el tono de mi móvil inundó toda la habitación. Era un número desconocido y me extrañé.

—¿Hola? — contesté un tanto dudosa.

—¿Es usted Katia Fernández Smith? — Una voz masculina bastante grave sonó y un vago recuerdo apareció en mi cabeza. Rápidamente lo esfumé no podían ser mis violadores ellos no sabían dónde estaba.


—Sí,soy yo. ¿Con quién hablo? —.

—Soy Khaled Isfi, pertenezco a una empresa que dirige varios orfanatos. La directora del orfanato en el que trabajabas anteriormente me recomendó a usted—. No me lo podía creer, ¿Lisa me había recomendado a otro orfanato? Era increíble. Mi oportunidad de oro para poder comenzar de nuevo y así poder salir del pozo en el que me encontraba.

—¿Le interesaría trabajar con nosotros?—.

—Por supuesto que me interesaría—.

—Te comento señorita Katia...El orfanato no se encuentra en Londres sino en una pequeña ciudad en el desierto. No sé si quisiera viajar a otro país—.

Me quede pensativa durante un momento y comencé a dudar. ¿Irme a otro país? ¿De cero? ¿Sin nadie?

—¿Po... Podría pensarmelo?—.

—Por supuesto, pero le doy un plazo de 2 días . Es urgente. Necesitan personal—.

—De acuerdo me podría dar un número de contacto para cuando decida—.

—No se preocupe señorita cada día la llamaré sobre esta hora para saber si lo ha decidido o no—.

—Gracias Khaled ha sido un placer—.

—Igualmente señorita Katia espero verla por nuestras inmediaciones—.

Y me colgó. Así sin más. Era una gran oportunidad, volver a trabajar en lo que yo soñaba. Ayudando a los pequeños a que tuviesen una mejor vida, pero estaba tan lejos...
¿Qué era lo que me retenía en Londres? Además de este apartamento lleno de recuerdos agridulces... Solo estaba Alex y él en cualquier momento podía visitarme allá. Realmente no me retenía nada aquí, solo los recuerdos tan amargos con Luca y de los que no me quería desprender. Pero ya era hora de cambiar de poder poner un punto y aparte y comenzar a respirar lentamente. Vivir como una persona normal no lo iba a conseguir nunca. En mi cabeza habían demasiados recuerdos amargos que eran imposibles de olvidar. Los gritos, el dolor, las risas, los golpes siempre permanecerían en mi cabeza como si me estuviesen martirizado día a día. Solo con Luca pude olvidar el infierno que vivía día a día. Pero al final, él también me abandonó como si fuese basura. Cuantas veces me sentí así después de que me violaran, me sentía basura, impura, asquerosa por haberlo permitido  y no haber luchado más... Estaba tan cansada de luchar contra mi. Me agotaba y ya no podía más. Quizás era la mejor idea, poder irme de aquí y empezar de nuevo en un lugar completamente diferente. Cogí mi móvil y llamé a mi madre. Necesitaba escucharla y poder saber que es lo que ella pensaba.

—Hola mamá—.

—Hija, ¿sabes la hora que es aquí? Me has despertado corazón—. me reprochó mi madre.

—Perdón usted Maddie no pensaba que estuviese ya dormida—.

—Sabes que odio que me digas así. Soy tu madre—, me reí ya sabía que odiaba que le dijera Maddie y no mamá.

—Mamá tengo algo que contarte...—mi voz sonó demasiado seria,— Y necesito tu opinión—.

—Dime hija—. Sonaba muy tensa.

—Me han ofrecido un puesto de trabajo en un orfanato—.  Mi madre chilló emocionada.—Pero... Es en una ciudad en el desierto...¿qué hago mamá? —. Hubo un silencio amargo. Y pensé por un momento que la llamada había finalizado.

—Coge el puesto. Te vendrá bien un cambio. Londres ya no es para ti cariño. Ahí tienes malos recuerdos y en estos 4 años no has podido avanzar. Otra ciudad te vendrá bien aunque sea lejos de nosotros—, la voz se le quebró a mi madre y una pequeña lagrima cayó.



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En el texto hay: amor-odio, amor, traicion celos

Editado: 27.09.2024

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