Capítulo 2

POST-PROGRAMA

Camila entra al asensor todavía riéndose mientras se saca los rodetes, se acomoda el pelo con una mano y se mira en el espejo un toque, mientras Gian está apoyado contra la pared, revisando el celu. En silencio, Nico no estaba para llevarlo a casa tenia planes con su novia Cata. Ya se habían ido todos menos ellos dos.

Camila vuelve a mirar al espejo para retocarse el labial, pero algo la frena. No es su reflejo lo que le molesta, sino... la mirara desde el otro lado. Como si ese reflejo le hiciera una mueca, escucho una de esas risitas burlonas que conocía bien.

—¿Qué? ¿Te pareció una locura lo del stream? Admitilo, va a estar buenísimo.

Gian la mira de reojo, frunce apenas el ceño, pero no insiste.

—Sí... re “científico”. Estudio de campo y todo,—se rie— Igual... —dice, guardando el celu en el bolsillo— no me pareció una locura.

Camila lo mira, medio desconfiada.

—¿No?

—Nah. O sea, sí, es una locura. Pero de las buenas. Vos tenés ideas raras, pero a veces funcionan. A veces —agrega, con una media sonrisa.

Camila se ríe, pero lo mira por el espejo. Sabe que algo le pica.—¿Te jodió?—le pregunto

Gian levanta la vista y se encoge de hombros—No, ¿por qué me jodería? Aparte Naza es un genio... seguro te maquilla como para una fiesta de quince.

—Mirá que tiene buen gusto, eh.— le dice Cami con una media sonrisa

—Sí, seguro. Aunque bueno... vos levantás igual hasta con buzo y jogging, no necesitás mucha ayuda.

Camila lo mira fijo por un segundo. Ese segundo eterno donde todo queda flotando. Después se abren las puertas del asensor y corta el momento.

—Nos vemos el lunes, toro.

—Sí, andá nomás... que después quiero ver el análisis de resultados

STREAM EN CASA DE CAMILA – NOCHE DEL SÁBADO

Camila está sentada frente a la cámara, en pijama, pelo atado, cero producción. Está saludando al chat, leyendo comentarios. Se la ve nerviosa pero contenta.

—Bueno, gente, como les prometimos, hoy llega Naza y va a tener control absoluto. Estoy con miedo real. Ya debería estar llegando... espero que no se haya dormido o algo.

En ese momento, suena el timbre del departamento, Camila se levanta rápido, el stream sigue corriendo, se ve la cámara quieta pero se escucha de fondo:

—¡Ah, pará! ¿Qué es todo eso? ¿Cuantas bolsas tenes? ¿Esto es de Zara?.

La cámara muestra a Naza entrando triunfal, con una bolsa enorme en cada mano, lentes puestos aunque es de noche, una sonrisa agrandada.

—Gente, vengo con TODO. Hoy Camila va a salir como una diva internacional. No traje cosas del armario. Yo COMPRO conceptos, no tendrías que tener problemas con el talle me ayudó a elegir todo Guada— dice lo último dirigiéndose

Camila vuelve con cara de shock y saca de una bolsa un vestido negro ajustado con brillo, tacos de aguja, un pañuelo negro, cadenas doradas, lentes de sol... todo muy glam.

—¡Esto es un montón! ¿Dónde pensás mandarme, al boliche o a la alfombra roja?

—Al boliche, pero entrando como una diva. Ahora anda a cambiarte y después te guió como maquillarte— Chat, prepárense, porque lo que van a ver es un tremendo glow-up.

Empieza a maquillarla mientras el chat explota. Camila lo deja hacer todo. Está entre tentada y nerviosa. Se ríen, se tiran chistes.

Naza le hace un contour leve y le dice—Esto no es para afilarte la cara, es para que cuando entres al boliche digan “¿esa es Camila Jara o una Kardashian que aprendió a ser buena gente?”

Se ríen, Camila lo empuja en broma y le guiña un ojo a cámara.

—Chat, ¿cómo ven este smoke eye suavecito? Porque lo que quiero es que diga “puedo robarte el corazón o ignorarte toda la noche, decidí vos”.

Camila ya no ayuda. Está toda entregada, mirándolo desde abajo mientras él la maquilla concentrado. Se ríe bajito.

—Si me seguís tocando así, te voy a tener que dar las gracias con un beso.

Naza no levanta la vista, pero sonríe con una ceja levantada.

—¿Y si me equivoco con el delineado, me retás o me besás igual?

Camila se ríe, se tapa la cara un segundo.

—No me provoques que soy de cumplir amenazas, ¿eh?

Él se acerca para ponerle iluminador. La mira fijo.

—Entonces decime bien: ¿querés glow en los pómulos o en el ambiente?

Camila, tentada, ya no puede más.

—Me vas a dejar más encendida que la luz del aro.

—Entonces no te muevas, que el próximo paso es el labial… y ahí sí, no me hago cargo.

Él le está maquillando los labios, bien serio.

—¿No te da miedo acercarte tanto? Mirá que soy de besar sin previo aviso.
Y se ríe tipo “yo aviso por las dudas”.

Camila se queda mirándolo con esa mezcla de confianza y complicidad que solo se logra entre amigos con buena química. El chat ya está haciendo ships tipo “#Cami-naza”, “que se casen en el boliche” y “esto ya no es un glow-up, es una novela”.

Camila se queda mirándolo mientras él busca una brocha.

—Che, ¿esto es un glow-up o una cita encubierta?

Naza se hace el que no escucha y sigue, pero se ríe de todo y le guiña el ojo.