Wade

Capítulo 3

Elizabeth
Los ojos de Edler me escaneaban de arriba a abajo. No se llegaba a creer lo que le había hecho.
Pero si, gilipollas. Una chica que mide menos de uno sesenta te acababa de poner en tu lugar.
Axel que estaba a mi lado, contuvo la respiración dispuesto a agarrarse a golpes contra ellos dos.
Pero no podía permitirlo.
Después de unos segundos interminables Edler sonrió.
—Vas a lamentar haberme hecho eso, perra. — se acercó amenazadoramente a mi. Wade que estaba a mis espaldas, se puso enfrente mía escondiéndome a sus espaldas.
Este tío media al menos un metro ochenta. No podía ver nada que no fuera su hermosa espalda.
Pero no era el momento ideal para que se me cayeran las babas.
Pero no lo podía evitar.
—Ella no tiene nada que ver con nosotros. — aclaró, con la voz ronca que tanto le caracterizaba. Sabía que mi movimiento le había molestado, muchísimo. Pero no iba a dejar que se pelearan en el bar.– Me querías a mi, ¿no es así? Pues aquí estoy.
—¿La defiendes? — preguntó gritando al que llamaban Scott, que estaba al lado de Edler.— Sabes lo que significa eso, hijo de puta.
—¡No significa nada, maldita sea! — gritó Seth, que se había mantenido apartado de la discusión. Se puso al otro lado de Wade, desafiante. — Habéis venido aquí a por pelea, ella solo intenta impedir que esto llegue a más.
Tenía toda la razón del mundo. Solo que fallaba en algo.
Tenía ganas de pelearme.
Quería algo de adrenalina el día de hoy. Tenía que reconocerlo.
Me estaba agobiando muchísimo que los tres gorilas me escondieran a sus espaldas como si fuera una joya.
¡Yo sabía defenderme!
No a puñetazos ni nada de eso, pero si verbalmente.
Salí de mi escondite. El bar se había quedado vacío, solo estábamos los cinco gorilas y yo. Supuse que Diane seguía en la barra sin sospechar nada.
Edler apartó la mirada que tenía fija en Wade. Este último gruñó llamando su atención, pero su atención era mía.
Se me pasaron por los ojos muchísimas cosas que podría haber hecho este gorila.
No eran legales, eso se veía a simple vista.
Pero no me importaba.
—¿Cómo te llamas, pequeña gatita? — se acercó a mí. Seth intentó impedirlo, pero Scott se puso en medio impidiendo que alguno de los tres se pudiera entrometer. — Vamos, no me dejes con la duda.
Estaba siendo amistoso, pero se veía a kilómetros que estaba apunto de explotar conmigo.
—Me llaman Lourdes. — mentí. No le iba a decir mi nombre ni de coña. Este sonrió complacido por mi respuesta. Elevó su mano hasta que llegó a acariciarme la mejilla. Se la aparté de un manotazo y este entre cerro los ojos.
Me sacaba una cabeza, y eso intimidaba a cualquier persona.
Pero no a mí.
—¿Elizabeth? — preguntó gritando Diane, que me estaría buscando. Al verme con Edler enfrente padeció.
Este al darse cuenta de que le había mentido, me sujeto el mentón con rabia. Lo elevó para que lo mirará a los ojos. Su mirada transmitía rabia, enojo y un poco de diversión.
Eso hizo que la sangre debajo de mi piel hirviera.
—Estabas loco si pensabas que te iba a decir mi nombre. — lo dije sin tartamudear y muy segura de mi misma. Esto sorprendió a todos, pero seguí hablando sin importarme. — Tienes prohibido volverme a tocar. ¿Lo entiendes?
Con mi mano derecha golpeé la suya que aún estaba apretándome el mentón. Lo empujé y este no retrocedió ni dos centímetros, pero aún así me sentí satisfecha.
—Para llegar a tocarme.. — lo estaba diciendo entre dientes, estaba muy enfadada y las manos me temblaban de la furia que estaba conteniendo.– Para llegar a tocarme — volví a repetir más alto. — Tienes que lavarte esas manos que tienes, que seguro están llena de gérmenes de tantas pollas que te has llevado a la boca.
Le acababa de decir algo muy fuerte. Lo sabía, y ellos también.
Wade corrió a ponerse enfrente mía, ya que Edler había elevado la mano dispuesto a pegarme.
Diane corrió a ponerse a mi lado. 
Seth y Axel peleaban con Scott, que le había atizado un puñetazo a Wade para que Edler tuviera más ventaja.
Observé consternada como Wade empujaba a Edler hasta una mesa de billar. Este chocó con ella haciendo una mueca de dolor, pero le importó una mierda.
Siguió peleando con Wade como si su vida dependiera de ello.
—¡Basta! — grité intentando hacer que pararan. Estos no me hicieron caso y siguieron atizando puñetazos a doquier.—
—¡Llamaré a la policía si no paráis ahora mismo! — Diane chilló con todas sus fuerzas. Al escuchar la palabra policía Edler y Scott retrocedieron.
Seth, Axel y Wade se pusieron junto a nosotras, viendo como Edler y Scott iban hasta la puerta.
—¡Esto no quedará así! — amenazó Edler señalándome con su dedo índice. — Y tú, sufrirás las consecuencias.
Le enseñé mi dedo medio y este cerro la puerta de un golpe. Haciendo que todas las copas ya colocadas en su sitio, emitieran un pequeño tintineo.
Wade que estaba a mi lado, se agarró la cabeza agobiado. Se puso enfrente mía dispuesto a regañarme, pero mis ojos chocaron con los suyos.
Tenía un pequeño corte en la oreja. Por lo demás estaba bien, pero no podía quitar mis ojos de los suyos.
—¿¡No podías quedarte callada!? — por primera vez desde que nuestras miradas chocaron, lo dejé de mirar para desviar mi mirada a cualquier otro lado.–— ¡No me ignores! ¿¡Sabes lo que has hecho!?
—¿¡Defenderme!? — grité sarcástica. Este rodó los ojos y se acercó a mí. Él se agachó hasta quedar a mi altura. Nuestros labios estaban a centímetros.–
Por un momento dejé de respirar. Este sonrió y acercó sus labios a los míos. Cuando quedaban solo milímetros, desvío su cabeza y fue a parar a mi oído.
– Te has metido en un gran lío, y no habrá nadie que te proteja de esto, nena.
Cada vez que hablaba sus labios rozaban el lóbulo de mi oreja, haciéndome estremecer. 
Después de decir eso, se alejo de mi. Le hizo un gesto a Seth y a Axel. Estos entendieron y empezaron a caminar hasta la puerta cerrada.
—Si sois listas y queréis seguir viviendo, deberíais abandonar el país. — aconsejó Wade minutos antes de cerrar la puerta de un portazo.
El silencio inundó el local. El tintineo de los vasos lo acompañaba. Diane me miró confusa y con temor en sus ojos.
¿Qué había hecho?



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En el texto hay: mentiras, risas, amor

Editado: 13.06.2018

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