Capítulo 6

Emma

Su cálido aliento me estremece

[…]

¿Un sándwich?
¿Me ha pedido un estúpido sándwich?
Las ganas de querer bofetearle son tan intensas como las ganas de quemarlo vivo. Por lo tanto aprieto mis labios para prevenir alguna tontería salga por mi boca.

- Sabe hacerse un sándwich usted ¿No? - replico ingresando a la cocina con el señorito por detrás

- Si - contesta poniéndose en frente de la isleta - pero prefiero ver como lo haces ¿Quién sabe? A lo mejor sabes hacerlo mejor que yo

Sus ojos azules me miran incrédulos y yo desvío la mirada obligando a mis manos hacer lo que mi cerebro les ordena.

- ¿Hit que quería? -pregunta

Una escalofrío recorre mi espina dorsal en modo de que los recuerdos golpean mi cabeza.

Me libero de su suave agarre. Sus ojos me inspeccionan y la distancia ha dejado de ser un problema.

- ¿Me harías el honor de ser mi pareja en el baile pre Navidad?

Enarco una ceja ante su pregunta.

- No entiendo de lo que me hablas - contesto

- ¿Wallas aún no te lo ha pedido? - rápidamente niego - bien, serás mi pareja

- ¿Quién es la chica que esta con Wallas? -pregunto

Por más que sea ella una invitada o algo más que eso. No puedo soportar el modo en que me mira y se dirige a mí con su actitud tan de mierda.

- ¿Sheryl? - asiento enojada - es una perra total, pero también es mi prima - me guiña un ojo

¿Qué se supone que significa eso?

- No te molesto más

Me coje nuevamente de la cintura y acorta la distancia depositando un suave y sonoro beso en mi mejilla.
El calor sube al lugar donde dejó el beso y como toda niña de primaria. Me hago a un lado y regreso al sitio de antes.

Wallas chasquea sus dedos en forma de que atrae mi completa atención.

- ¿No te han dicho de que es de mala educación no contestar?

- No tuve padres para ello - contesto indiferente

Su mirada se vuelve neutral.
Saco el jamón y lo pongo sobre la lechuga para luego espacirle mayonesa. Mis dedos sujetan el cuchillo con firmeza a medida que siento como Wallas ha dejado su lugar para irse.
Suelto un suspiro. Uno que no sabía que contenía pero se siente como si lo hubiera hecho desde que Hit me beso en la mejilla.
Dejo el cuchillo a un lado y  pongo finalmente el último pan como capa. Lo corto en dos triángulos semi perfectos y me separo de la isleta para buscar algo con que cubrir el alimento.

- ¿Debo escribirle algo? - me pregunto mientras sujeto el marcador llevándolo a mis labios - ¿Cómo?

Reprimo una risa mordiendo mis labios a medida que el marcador comienza a plasmar lo que mi cerebro quiere que el señorito Winston lea.

«Aquí tienes tu sándwich, comélo bien, a lo mejor le he echado veneno y tu no lo sabras»
- E.F

Dejo la nota al lado del sándwich bien cubierto y me dispongo a lavarme las manos.

[…]

El pollo parece mirarme desde mi plato.
Me da asco.
Dejo este a un lado y finjo ver la televisión detrás de mí.

- Emma - dice la hermana con una sonrisa - ¿No comerás?

- No tengo apetito - confieso

Ella asiente tranquila. De pronto Alicia entra al comedor con cara de pocos amigos.

- Drake a venido a verte Emma - avisa y toma su lugar de siempre en la mesa

Asiento alegre y me levanto de la mesa con intención de salir a recibir a mi amigo. Pero al mirar a la hermana René veo sus ojos de desaprobación.

- Ehh... ¿Puedo salir...?

La hermana asiente neutral y salgo del comedor para recoger mi chaqueta botada en el perchero.
La blanca nieve alredor de la casa logra darle un aspecto a Drake algo tierno. Más aún con su gorro de lana y mejillas sonrojadas.
Mi cuerpo reacciona lanzandome a sus brazos en modo de que lo envuelvo en un abrazo.

- Eres más rubia cuando nieva - beso su mejilla en modo de saludo

- Y tú pareces un duende con lentes,  inteligente y muy adorable

Él sonríe, yo también.
Y el momento parecía ser eterno.