Capítulo 11

Desperté con dificultad encontrándome con unos ojos que me analizaban asustados.

— ¿Qué? —volteé en la cama para dormir un poco más.

— Dime que —se calló.

— No, no pasó... eso, te emborrachaste, me besaste, te tiré a la ducha fría con ropa y todo, te desvestí y te dejé allí, luego saliste cuando sin querer me había quedado dormida.

Wow, hasta yo me sorprendí de la simpleza y normalidad con la que hablé.

Silencio...

— Tu ropa está en la secadora —se levantó rápido y sin decirme nada salió de aquí.

Resoplé escuchando la puerta cerrarse.

— Eres una tonta ¿lo sabes?, deja de actuar como una estúpida adolescente. —gruñí.

No dejé de reprocharme a mí misma en un largo rato. De nuevo, es que ¿Qué diablos me pasaba?

Debía disculparme ¿Quién era yo para hacer todas esas cosas anoche? debí dejarlo e irme nada más. Bien, lo buscaré y me disculparé y con suerte nos llevaremos bien.

Salí de allí sin saber exactamente a dónde iba, pero para mí sorpresa llegué a una especie cocina living donde estaban todos.

— ¡Joder Rick! —notaron mi llegada— te vez como la mierda.

— ¿Dónde estabas? Dijiste que dormirías conmigo. —Josh hizo un puchero demasiado adorable.

Dale se rió.

— Oh yo sí que sé dónde estaba —rodé los ojos.

— No tengo idea. —De verdad no sabia ni sé aún de quién era esa habitación, talvez era la de Dale y por eso está diciendo esas cosas— No tomé una gota de alcohol y terminé peor que ustedes —me tiré en una de las sillas al lado de Josh.

— Y sin mencionar el idioma —agregó Rick.

— ¿El idioma?

Iba a contestar a la pregunta de Jacqui, pero quedé con las palabras en la boca.

— ¡Huevos! —T-Dog llegó interrumpiendo— En polvo, pero saben bien. —y fue ahí cuando noté los gruñidos moribundos de Glenn. Carcajeé provocando que los demás también rieran mientras Jacqui le daba apoyo emocional. Con razón el Chino no había comentado nada— Las proteínas, curan la resaca —dijo burlándose de él y poniendo huevos en su plato.

— ¿De dónde los sacaron? —preguntó él ex-sheriff acomodándose en su silla.

— Jenner —"¿me ayudas por favor?"— dijo que podíamos usarlas —terminé de ayudar a Josh con sus cordones al mismo tiempo que Lori informaba con un frasco de pastillas en la mano.

Supongo que son para la resaca.

— No dejen que beba nunca, nunca más. —palmeé su espalda inclinándome en el espaldar de la silla.

Hasta ahora no vi aparecer a Daryl por ningún lado.

— Hola.

Saludé a Shane con un asentimiento de cabeza.

— ¿Te sientes tan mal como yo? —T-Dog comenzaba una conversación con él.

— Gracias —le dije a Dale que me pasó un plato de comida que me preparó T-Dog y un vaso de jugo.

— Peor —ese hombre ¿acaso siempre vive de mal humor? Ni yo soy tan así.

— Qué diablos te pasó —la pregunta preocupada de T-Dog llamó la atención de todos— en el cuello.

Por inercia mi mirada viajó directamente a Lori sentada al frente mío. De nuevo pasó algo entre los dos.

— Debe haber sido durmiendo —se sentó con nosotros en la mesa.

— Nunca vi que hicieras algo así —Rick no parecía sospechar, más bien estaba preocupado por quién consideraba su mejor amigo.

— Yo tampoco. —levantó la mirada y Lori la bajó. ¿Acaso yo era la única que lo notaba?— yo no hago esas cosas. —aclaró su garganta.

— Buen día, buen día.

El Doc. Se encargó de liberar aquel momento incómodo.

— Hola Doc. —saludaron los que no tenían comida en la boca.

Y aquí viene...

— Doc. No quiero molestarlo con preguntas tan temprano pero....

— Lo hará de todos modos —completó.

— No vinimos aquí por los huevos —miré a Andrea y bebí del vaso de Glenn porque a mi ya se me había acabado "hey".

— Yo sí —dije ahora metiendo un tenedor con trozos de huevo en la boca de Josh porque estaba distraído alimentando a Mus— ¿no es así Josh?

— Ujum —contestó con la boca llena.

Jenner hizo una seña para que lo siguieran. Suspiré dejando el trapo con el que me limpiaba la boca en la mesa.

— Estaré durmiendo. No quiero que me arruinen el día. —empezaron a levantarse junto conmigo para seguir al Doc.— si quieres ve con ellos Josh.

Él asintió y Jacqui lo tomó de la mano.

Llegué a tirarme sobre la cama, quien sabe cuánto tiempo estaremos aquí.

No sé cuánto tiempo pasó, tampoco si dormí o simplemente me quedé allí, pero de repente escuché una de esas puertas electrónicas cerrarse, fruncí el ceño confundida y me levanté.

Estaba segura de que había dejado la luz prendida, pero estaba casi totalmente a oscuras.

Abrí la puerta. Solo estaban prendidas las luces de emergencia en los pasillos.

— ¿Josh? —escuché a Mus ladrar.

Giré y me equipé antes de salir. ¿Qué diablos pasaba? Miré un segundo mi mochila a un costado, estaba lista por si teníamos que correr.

Me alarmé y empecé a buscarlos. Mus es inteligente, no haría ruido si no es necesario.

Giré por el pasillo a la izquierda con el arma en alto lista para disparar.

— Cachorro —estaba ladrándole a la puerta que supongo fue la que se cerró.

Había muchos gritos del otro lado y al parecer no podían abrirla.

Guarde el arma en mi cinturón, no entendía muy bien lo que pasaba.

Mus seguía gruñéndo en esa dirección.

— ¡Domi! —Josh lloraba, él estaba al otro lado. Me acerqué más y logré escuchar que pasaba.