Narrador Omnisciente:
Todos dejaron flores, no solo para Josh, sino también para la pequeña Sophia que permanecía enterrada al otro lado del árbol.
Dominique no salió de la caravana en todo el día, Daryl trató de hacer que comiera, pero nada hacía que saliera de su autocastigo.
Por la madrugada, cuando todos dormían, se aseguró también de que aquel cazador que custodiaba y protegía la puerta no la notara, se moría de vergüenza, sentía que lo traicionaba por lo que estaba a punto de hacer, pero no podría mirarlo a la cara.
Tomó su mochila, la pistola de su padre y su amado bate.
Asegurándose de no dejar rastro alzó a su cachorro, caminó precavida hasta llegar a los límites de la granja y cuando pasó la valla corrió, corrió como si su vida dependiera de ello.
Mus entre sus brazos no emitía sonido de ningún tipo entendido el dolor y lo que su dueña sentía.
Dominique corrió, ni ella misma sabe por cuánto tiempo, pero lo hizo hasta que sintió que su alma estaba libre, hasta que sus pies la tiraron al suelo, hasta que sus ojos la dejaron inconsciente en algún lado del mundo.
Huyó de todo.
Dominique:
Abrí mis parpados lentamente, los sentía muy pesados, pero lo logré, al observar noté que estaba como en un consultorio o algo así, conectada a varias sondas.
Como pude me las quité, busqué por todos lados, pero no había rastro de Mus, así que me asusté, y me asusté mucho.
¿Donde demonios estaba?
Cuando hice un ademán de levantarme abrieron la puerta.
— Despertaste —se acercaba con una sonrisa, parecía un joven bastante simpático como de mi edad— yo soy Jack, Jack Otto —me extendió su mano, pero no la estreché.
— Donde está mi perro.
Bien, estaba siendo muy dura.
— El cachorro quería atacar a quien sea que se te quisiera acercar, y necesitábamos ayudarte así que…. —lo interrumpí.
— Que demonios le hicieron —lo tomé del cuello y el levanto ambas manos en son de Paz.
— Tranquila, te llevaré con él.
Hice una mueca en desconfianza, pero terminé aceptando.
Lo seguí, en el camino me fue explicando donde estaba, era otra granja, me habían encontrado justo cuando él había llegado junto a una familia.
Me entregó todas mis cosas, cosa que si fuera yo no me las hubiera devuelto.
Me dijo que si quería podía quedarme.
Era un lugar seguro en las montañas, tenía vallas rodeando el perímetro y hombres armados.
Caminamos hasta que llegamos a una pequeña montañita donde atado a un palo estaba él.
— ¿Mus?
Al escucharme rápidamente se levantó y trató de llegar hasta mí, pero esa soga atada a su cuello lo lastimó haciéndole soltar un quejido.
Rápidamente corté la soga con mi cuchillo de caza.
— No lo hag… —la frase quedó al aire cuando Mus le saltó encima intentando morderlo.
— Sentado —ordene y en ese momento me obedeció, pero no dejaba de gruñirle.
Luego de eso hubo una especie de junta, creo que sería la despedida de una joven que murió allá afuera, solo sé que Jack la conocía.
Me ubiqué en el medio sin prestarle atención a nadie, no quería ni socializar ni encariñarme, no volvería a cometer el mismo error que antes.
En el frente estaban sentados Jack, el que parecía su padre y hermano.
Una mujer, la madre, hablaba contando anécdotas de Sharlyn, al parecer era fuerte y buena, murió salvando a los desprevenidos.
— Gracias —dijo Jack invitándola a sentarse.
Luego una señora de pelo rubio se levantó captando toda la atención.
Bien, esa supongo es la nueva.
— Hola. Quiero presentar a mi familia, mi nombre es Madison Clark —todos la observaron y por algunas miradas podía deducir que no era bienvenida por todos— ellos son mis hijos —señaló a una chica de cabello algo largo de talvez unos 18 y un chico delgado de posiblemente mi edad— Alicia y Nick Clark, queremos ofrecer nuestras condolencias por Sharlyn y los demás que perdieron —hubo un silencio— también perdimos familia, yo perdí a mi esposo en aquel helicóptero, Travis era nuestra brújula y él…. —añadió, pero cortó el tema sobre Travis porque al parecer le dolía mucho— queríamos agradecerles por recibirnos y gracias por su generosidad, vamos a pagarles.
Sin más que decir tomó asiento.
Me quedé viendo a la familia talvez un poco más de lo debido hasta que sentí unos ojos en mí, volteé y Jack me miraba como si esperara a que me presentara con todos al igual como lo había hecho la mujer.
Resople y me levanté.
— Mi nombre es Dominique Zionary —dije mirando a todos sin expresión alguna— él es Mus —señalé a mi perro entre mis piernas y él ladró— agradezco a quien sea que me haya traído, por no dejarme morir en medio de la nada y a Jeremiah — a lo que entendí él era el líder de todo esto y el padre de Jack— por haberme dejado quedar aquí con mí cachorro, yo también perdí familia, por eso estoy aquí ahora y les aseguro que mi estadía en este lugar no durará mucho.
Me senté y al voltear me encontré con la mirada misteriosa del hermano de Jack.
— Gracias, todos perdimos, compartimos eso, y… el duelo es difícil, pero es importante que lo procesemos —pero alguien interrumpió a Jack.
— Lo más importante es prepararnos Jack —había un tema aquí bastante tenso— lo siento, hay un momento y lugar para eso, Sharlyn lo merece, pero ¿quien derribó el helicóptero?
— Queremos averiguarlo —trató de contestar, pero no le dejaban terminar.
No iba a meterme, pero estaban poniendo nervioso a Mus con tantas personas hablando al mismo tiempo, así que tomé el bate y lo golpeé contra el espaldar de una silla vacía provocando silencio luego del irritante ruido.
Jack me agradeció con la mirada y Jeremiah habló.
— Nada ha cambiado Vernon, no te equivoques, estamos en postura de combate —me crucé de brazos al escucharlo— le pedimos a la estación alfa que recorriera el sitio del accidente, cuando sepamos conque lidiamos actuaremos, si es un chiflado actuaremos, si es un desafío más grande actuaremos.