4 meses después
Narrador Omnisciente:
Dominique caminaba por el bosque como todos los días, dedicándose a explorar territorio buscando a quienes había perdido, o más bien a quienes había dejado.
Mus apareció de entre los arbustos del costado dándole a entender a su dueña que la zona estaba despejada de errantes.
Desde hace algunos meses el animal demostró su inteligencia más que nunca al protegerla de todo, llegó al punto de no dejar que hiciera casi nada por sí misma.
Acamparía ahí por hoy, había caminado tanto que necesitaba descansar, pero cuando se dispuso a dejar su bate apoyado en un árbol un sonido la alertó.
Eran disparos, muchos disparos, no se acercaría si no fueran los causantes de una llamada directa para los errantes de al menos unos cinco kilómetros, y desde que empezó su búsqueda se prometió no retroceder, no desviarse y siempre seguir adelante buscando. No pensaba romper otra promesa más.
— Mus, junto —le ordenó a su fiel compañero para que estuviera alerta y no se separara de ella.
Avanzó, pero esta vez sujetando el arma de su padre, ya había solucionado su problema con el bate, hace unos meses se confeccionó ella misma un protector para la parte externa de su muslo, justo donde hacían contacto las puntas de su bate cuando colgaba de su cinturón, y de paso también para cubrir desde sus muñecas hasta casi llegar al codo. Los hizo con el mismo material con el que construyó el traje de su perro.
Rápidamente corrió hasta que supo que si daba dos pasos más saldría del bosque, al asomarse sus ojos se abrieron de par en par, una enorme prisión, en estos tiempos parecía el mismo paraíso.
Desde aquí vienen las balas. Pensó.
Su mirada cambió de dirección cuando cayó en cuenta de quienes disparaban desde la prisión, eran las personas que tanto había buscado, eran las personas a las que admitió querer a pesar de haberse metido en la cabeza no involucrarse.
Vio como los que les disparaban derribaban una de las rejas con una furgoneta, no sabía con exactitud que podía hacer para ayudarlos, pero tenía una ventaja, ella estaba de éste lado de las rejas.
Frunció el ceño al ver al hombre que conducía la furgoneta bajar y dirigirse a la parte trasera para de un movimiento abrir las puertas dejando salir a un montón de errantes de ella.
Decidió actuar cundo vio que Hershel estaba en ese patio, no tenía los mejores recuerdos con el hombre, pero solo fue el momento y la situación que le hicieron actuar así, él había perdido todo en lo que creía cuando Shane abrió su granero y ella había perdido el control de si misma.
Dio unos pasos adelante percatándose de que no era el único en problemas, vio a Rick afuera de la prisión con un montón de caminantes, sin pensarlo dos veces apuntó a la cabeza de uno de los caminantes, pero sus planes nuevamente cambiaron al ver una flecha atravesar el cráneo de uno de los muertos y a otro ser acabado por otro hombre.
Daryl.
Eran Merle y Daryl, abrió mucho los ojos al ver al primero en ser nombrado.
Sacudió la cabeza prohibiéndose desconcentrarse.
Decidida a ayudar de una vez a acabar con todo salió dejándose ver por sus disparos que resonaban por cada rincón del bosque, todos sus tiros fueron certeros.
Sonrió cuando vio a Glenn entrar y conducir una camioneta en dirección a donde estaba el viejo, y mientras una Morena que no conocía remataba algunos caminantes con su espada mientras corría hacia Hershel pensó en todo lo que debía hacer.
— ¡Mus, distrae! —gritó poniendo en marcha su plan de ayudar a que vayan con Hershel a un lugar seguro intactos.
El can obediente y confiando en las decisiones de su dueña empezó a correr hacia la prisión haciendo el mayor ruido que podía con sus ladridos, corrió por todo el campo en medio de los muertos asegurándose de tener toda su atención en él y en nadie más, dándole el tiempo a Glenn y la Morena de llegar hasta el viejo hombre sin caminantes pisándoles los talones.