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La alma, nuestra esencia y nuestra vida que nos acompañara por el resto de nuestra existencia, pero... ¿A donde va ella cuando morimos? A su juicio para determinar si irá al cielo o al infierno, pero ahí unos casos en los que se queda en el limbo.
Pues así fue para Dae.
Solo salió a buscar a su gato y no sabe que paso después.
Si no fuera por aquel angel que la llevo a juicio ni cuenta se ubiera dado que estaba muerta. Llevaba algunos meses en aquel campo intentando regresar a casa con miedo a en algún momento morir de ambre o por alguna otra circunstancia, pero cual fue su sorpresa cuando se dio cuenta que llevaba 8 meses fuera de este mundo y ni cuenta se abia dado.
Al final, se determinó que se quedaría en el limbo, una rara réplica de lo que es nuestro mundo, solo un poco extraño, todo es igual pero algo no termina de cuadrarte, hay cosas que desafían la gravedad, las leyes de física, la biología y la ciencia, quizá en cualquier momento tu también. Pero eso es raro.
Camindo sin rumbo en el lugar donde pasaría por el resto de la eternidad hasta que se hizo de noche y vio pasar enfrente a ella una chica rubia. Todo ubiera sido normal si no fuera por la cara que hizo esta al ver a Dae. Fue una mezcla de asombro y terror la que se reflejó en su rostro. Dae solo sintió una sensación rara, de averla visto en algún momento de su vida, pero no recordaba de donde pero lo asoció con lo extraño del lugar.
Algo que no se espero fue que la chica se le acercara a hablarle.
— Hola — Dijo un poco nerviosa y se le acercó asta quedar a su lado — Mi nombre es Avril, ¿Y el tuyo?.
Dae estaba confundida por el repentino acercamiento de aquella mujer y aquella sensación de familiaridad que sentía al verla.
—Emmh... — Dudo si responder, pero al final lo hizo — Mi nombre es Dae.
Con forme caminaban hacia un lugar más iluminado se dio cuenta que la chica tenía un algunas sicatrises en el rostro y un rasguño en el ojo.
— ¿Eres nueva o ya llevas tiempo aquí? — Volvió a hablar Avril
— Acabo de llegar hoy, ¿Porque?
— Es difícil conseguir un hogar aquí, y es difícil adaptarce muy pocos viven solos por lo mismo y no se, ¿Te gustaría que te ayudará con eso?
— ¿Como que tipo de ayuda?
— Puedo darte una casa y comida, vivirias conmigo y con mis otras compañeras.
Si algo abia aprendido de cuando estaba viva es que no se abia que confiar en gente que te encontraste en la calle y mucho menos si te ofrecen ir con ellos, pero no tenía otro lugar a donde ir y sabía que no la podían matar, porque muerta ya estaba.
— Si estaría bien — Su voz sonaba desconfiada, pero no tenía otra opción, por lo menos por el momento.
Y así fueron hasta una casa de dos plantas. Avril abrió la puerta entró y le dijo que la esperará afuera un rato. Con esto empezó a dudar si sus intenciones eran buenas e irse empezó a ser la mejor opción pero no sabía que más podía hacer para vivir de manera digna en aquel lugar, si bien no podía volver a morir seguía pidiendo sentir ambre, frío, dolor y todo lo que una persona viva sentiría, con la diferencia que ya no podía morir otra vez
<<Ya estoy muerta, no puede volver a matar, se ve bastante amable, ¿Pero porque esa cara que hizo cuando me vió?... ¿¡Le abre dado lastima!?, ¿Enserio me veré tan mal? No me puedo matar, pero si me puede hacer cosas feas, aun puedo sentir, como que mi "" inmortalidad "" ya no se escucha tan linda. No. Mejor me voy>>. Todo eso pasaba por su cabeza, ya se iba a ir pero Avril salió haciéndole la seña para que entrará y paso, cruzó un pasillo y entró a la sala donde
estaban otras tres chicas que supuso eran las
compañeras de las que hablaba Avril.
Ella es Dae y será nuestra nueva compañera– La
presentó Avril a las demás
- Mucho gusto, yo soy Alegría
-Yo soy Dany
-Y yo soy stephany. – Le estendieron la mano para
saludarla y correspondió el saludo.
- Ven, acompañame– Dany le hizo la seña de que
fuera con ella y la llevo hasta un pasillo - Esta será tu
habitación, ahora no está amueblada pero ya mañana
te puedo ayudar con eso - Dae inclinando con la
cabeza - ahorita te traigo la colchoneta y algunas
mantas para que puedas dormir por lo menos por
hoy... ¿Quieres cenar?
-No gracias, así estoy bien.
— Ok, ahorita vuelvo-Y la vio a lejarce bajando las
escaleras
Al tiempo vio a Dany ya Stephany subir con lo que le
abian dicho y acomodar las cosas en lo que sería su
Cuarto.
—Bueno, que descanses Dany se despidió
amablemente y se fue.
Después de mucho pudo conciliar el sueño. Tenía
muchas dudas de cómo funcionaba este lugar, pero
mañana las resolvería.

Esto aún