Wildflower

Capítulo 5

El camino a casa es largo, el silencio dentro es incómodo, lo que me dijeron, aun no termino de asimilarlo, aunque pensándolo bien, ¿De que me sorprendo si yo misma viví con ese monstruo? Ya nada debería de hacerme dudar lo demente que era.

A mi lado, de reojo, pero lo hace, Gusev está al pendiente de mí, sabe lo mismo que yo, y piensa igual.

Cuando vi su mirada, me encontré con algo que jamás pensé ver en el: repulsión.

Odio y repulsión hacia mí.

Es como si su mente olvidará quien soy, como si su corazón se hubiese tornado negro, y todos sus sentimientos se apagarán, porque yo sé que él no me miraría como lo hizo hoy.

Sabe bien que soporto las miradas de odio de los demás, pero no una que venga de su parte.

No él.

Cierro mis ojos y suspiro mientras intento consolar el sueño, ya bastante tuve con la entrevista y el camino hacia ese lugar.

—Dime. —lo oigo decir mientras pone el celular en altavoz— ¿De qué hablas?

Los están siguiendo, tienes que sacar de inmediato a la señora de ese lugar, ¡ahora! —oigo a Bennett.

—Nombres.—ordeno mientras comienzo a revisar cuantas balas tengo.

Emir Polat.

—Polat, Polat… me suena. —digo para mí misma mientras observo cómo nos salimos de la carretera y tomamos un camino diferente.

—¿No es el turco que tuvo una pequeña fascinación por ti hace mas de 15 años? —dice mientras acelera al notar las camionetas que nos siguen.

—Si, pero… ¿Polat? ¿No se había casado?

Lo hizo. —afirma mi hacker.

—Pues se ve lo mucho que le importa su esposa —dice Gusev mientras comienza a acelerar. —ajusta bien el cinturón, esto será divertido.

—Necesito que en cuanto nos alejemos más, hagas lo posible para que nos pierdan de vista, no quiero que… —y mi voz se pierde cuando una explosión se escucha. —¡Carajo!

—¡Agárrate bien! —comienza a manejar como un desquiciado mientras que yo me asomo y comienzo a disparar en contra de esos imbéciles.

Del otro lado, mi acompañante comienza a hacer lo mismo, mientras que yo solo escuchó como me quedo sin balas para seguir disparando.

Comiendo a poner el código de emboscada que en automático mandara

un mensaje de alerta a toda la mafia, en específico, a los de alto rango.

Una ráfaga de disparos comienza a escucharse, y el pin ha sido enviado.

Tienen que venir.

De repente, una camioneta sale de mi lado y nos choca, provocando que el gran impacto que ha tenido, desestabilice la camioneta y comience a dar vueltas.

El grito de Gusev hace que pierda la conciencia al sentir los cristales caer en todo mi cuerpo, por un momento olvido mi nombre… y un líquido caliente comienza a deslizarse por mi estomago hasta llegar a la zona de mi vientre.

La camioneta se detiene, pero la ráfaga de disparos que se comienzan a escuchar en nuestra dirección, no.

Cierro los ojos al sentir el impacto de una bala en mi brazo derecho, me trago el gritó que lucha por salir.

No puedo ser débil.

Siento como comienza a moverme queriendo que despierte, pero es imposible, porque estoy despierta, sin embargo, tengo que vengarme de alguna u otra manera.

—Bianca, hey, despierta, tenemos que irnos. —nada— No te puedes ir… no puedes dejarme. —lo oigo decir mientras comienza a desabrocharme el cinturón, pero es imposible.

Esta atorado.

—Bianca… amor, por favor, tienes que seguir conmigo, aun no te puedes ir. —dice en medio de los disparos y puedo escuchar la desesperación en su voz.

Se que esta situación lo transporta a años atrás, cuando en múltiples ocasiones me encontraba en la misma situación como la de ahora.

—Gusev… —digo y un gimoteó de dolor sale de mi boca.

—Bianca… cariño respira, el dolor pasara, por ahora necesito que me ayudes desabrochando tu cinturón.

Busco en mi pierna izquierda aquella navaja que tome antes de subir, y cuando la encuentro, corto el cinturón.

—Shi… —señala con su dedo índice, su oído.

—İçeride... Beşinci muhafızla birlikte —oímos decir en turco— Ölü? Emrin bu olduğundan emin misin? Merak etme, çok geçmeden onun kafasını alacaksın. Hey sen! Hemen çıkarın onu oradan.

Giro el rostro de inmediato a Gusev, y al momento de hacerlo, me muestra que ya vienen en camino, eso me trae un poco de paz.

—Bakalım burada neler var... —vemos como se agachan, y antes de eso, cerramos los ojos.—Ne güzel bir bebek buldum... Bir gece seninle oynamaktan büyük keyif alacağıma yemin ederim. —me saca de la camioneta sin impedimento alguno y no me opongo.

—Mira nada más a quien tenemos aquí… a la mismísima Bianca Argov, dueña de todo el imperio Rostov y Argov, la mujer quien ha logrado infundir miedo en las mafias y al mismo tiempo lastima. —se escuchan carcajadas— ¿Quién diría que después de años, volverá a sentir a un hombre de verdad? —siento el filo de una navaja recorrerme el cuerpo.

—Yo la pruebo primero. —dice uno de los cerdos que tiene como acompañante con un pésimo acento.

—Yo la obligare a darme una mamada… con esa boquita sé qué hará maravillas.

Y así, comienzan a decir que si y no me harán.

Idiotas.

No saben con quien se han metido.

Sonrió para mis adentros teniendo en cuenta que no estoy sola en esta situación.

Me ponen en el suelo, y el primer cerdo, se posiciona encima mío, con el único objetivo que tiene: violarme.

Siento sus manos recorreré el cuerpo, su aliento apestoso choca con mi piel, su olor es repulsivo, nunca había sentido asco con otra persona que no fuera el.

Comienza a decir todo lo que hará conmigo, y cuando está a punto de meter sus manos en mis senos: un golpe en sus genitales lo detiene provocando un grito de dolor.

—¡Orospu! —todos comienzan a disparar a mi dirección mientras me pongo de pie y comienzo a correr hasta posicionarme detrás de la camioneta, la sangre en mi cuerpo no deja de fluir, Gusev al percatarse de mi situación, no duda en asistirme.



#1130 en Thriller

En el texto hay: infidelidad, odio, amor dolor

Editado: 15.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.