El inicio.

"A veces, los secretos no mueren...Solo esperan a ser leídos."

Cuanta razón tenía mi tío abuelo Theodoro cuando hablaba de eso siempre, cuánta sabiduría poseía. En todo momento fue fiel a esa frase que decían los Winchester, en cada momento, en cada reunión, en cada batalla. Era como una frase más que podías escuchar y jamás cansarte, porque era parte de nosotros, los Winchester.

"Tenemos secretos, cuyo secreto jamás se borrarán por más que escribamos. Jamás podrán saber todo de nosotros, Milán." Tras la desaparición de la duquesa Winchester, era muy difícil averiguar en dónde podría encontrarse. La propiedad en dónde yacía olvidada entre las brumas y un baúl que, por el tiempo se encontró sellado. Dentro, fragmentos dispersos; cartas incompletas, partituras con manchas de tinta y página arrancadas de un diario que jamás fue terminado.

A medida que reconstruimos la historia de aquella mujer noble -Amada en silencio, traicionada sin perdón-, nos encontraremos en un juego de ecos y recuerdos que aún laten entre los muros de este castillo.

Cada fragmento revela más que una historia; revela una advertencia.

Y mientras la música vuelve a sonar, entenderemos el por qué algunos secretos no se leen...se viven, y a veces, se sangran.