Prologo.

Realmente sabemos que los secretos no mueren, tarde o temprano siempre salen a la luz, simplemente están acostumbrados a esperar, pacientemente, para ser leídos.

Mi tío abuelo Theodoro solía repetirlo con esa voz grave, como si esas palabras fueran un conjuro que era capaz de preservar lo olvidado y proteger aquello que estaba prohibido. -Es muy apresurado decir qué es. - Era la verdad que nos atacaba a la familia Winchester, un legado hecho de susurros, de sombras y de tortuosos silencios.

Cuando desaparecí, el tiempo pareció detenerse dentro de los muros de la antigua propiedad que tengo, oculta entre nieblas perpetuas y árboles que guardaban la memoria del pasado. Solo un baúl cerrado, recubierto de polvo y misterios, quedó como testigo de mi historia.Dentro, fragmentos dispersos; cartas incompletas con nombre y apellido, partituras salpicadas de tinta, páginas arrancadas de un diario que jamás ha sido terminado. Cada trozo es una ventada hacia mi pasado que resiste a desaparecer por completo, un rompecabezas de amor no correspondido, traiciones y advertencias que son susurradas a contra viento.

Construir y rememorar estos fragmentos, dejarlos hablar entre ellos, te invito a ti, lector, a entrar en esta sombra familiar. No todos los secretos están destinados a ser leídos...Algunos solo se viven en carne y hueso.

¿Estás listo? Recuerda, al entrar a los ecos de los fragmentos Winchester, será magnifico y terrorífico. Porque hay sombras que no desaparecen por más que haya luz.

A veces, los secretos son secretos por algo... ¿Acaso no?