Capítulo 6

Liam había sacado a Jessica de su casa, antes de irse él con una habilidad especial cerro puertas y ventanas, tenía la capacidad de mover cosas y hacer lo que acababa de hacer con la casa. Él comenzó a caminar hacía el bosque tras la casa de la chica, esta empezó a seguirlo, la joven estaba un poco nerviosa, después de todo no sabía que le harían, Liam le había dicho que la estudiarían, que verían a través de su sangre lo que realmente era.

La cabeza de Jessica empezó a montarse un millar de escenarios de todo lo que le podrían hacer, incluso se inventó una película de terror, después de todo ella no confiaba en lleno, más bien no confiaba en Liam, a pesar de no presentir peligro en él como en Louis y su padre, ella simplemente quería estar lejos de él, además sentía que cada vez que estaba cerca de ese chico quería morderlo, degollarlo, sentía que simplemente él le molestaba como hace rato, entonces recordó que él dijo que lobos y vampiros no eran amigables.

- Oye - Comienza a decir la chica mientras esquivaba algunas ramas - ¿Por qué no usamos nuestras habilidades para ir más rápido?

- No quiero - Dice él, a pesar de que solo iban caminando él era más rápido.

- ¿Es en serio?, hace rato estabas molestándome con tu increíble y estúpida habilidad en mi recámara y ahora que la necesitamos no la usas - Ella para de caminar.

- A ver cachorro, tú...

- Espera ¿me acabas de llamar cachorro? - Lo interrumpe Jessica - ¿Acaso un cachorro hace esto? -

Ella saca sus garras y se medio transforma, aunque no como anoche, solo tenía sus afilados colmillos, sus orejas puntiagudas y sus garras. Liam sonríe.

- Veo que te gusta eso de ser chica loba y que lo manejas un poco bien - La chica volvió a la normalidad.

- Después de todo debo acostumbrarme a esto ¿no?, ahora te prohíbo que me llames cachorro o cualquier sinónimo de perro - Le advierte Jessica.

- Está bien, lobito - Se burla él, ella resopla.

Liam vuelve a caminar, luego de unos minutos casi llegan a la misma casa en donde la joven se convirtió en lobo por primera vez, ellos estaban a dos metros de ella, a la chica se le erizó los bellos de su piel al ver las ruinas, aunque por dentro no estaba así, Jessica se sentía rara, además de que no puede recordar aquella noche, solo se acordaba que despertó desnuda, llena de sangre y con animales muertos a su lado.

- Entremos - Dice él y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba frente a la puerta, Jessica hizo lo mismo, uso su velocidad para llegar.

- Eres un idiota - Le dice ella y él solo sonríe, luego abre la puerta y entran a la casa.

Al entrar él sube los escalones, la chica antes de subir mira la puerta del sótano y su piel se eriza, la joven luego sube los escalones, para una casa que estaba vieja y abandona por dentro se veía como una casa nueva, solo que tenía un color oscuro, medio siniestro. Liam la guio por el pasillo hacia una dirección que ella desconocía, después de todo cuando estuvo allí solo subió a una habitación y esa estaba del otro lado del pasillo.

El joven abrió una puerta y al entrar se encontraron con una sala de experimento, el cuarto era de color marrón, había una camilla la cual tenía correas o cinturón, había algunos estándares llenos de botellas de cristales transparentes, estos tenían cosas raras, orejas, dedos, fetos de animales y algunos que parecían de personas, eso le dio asco a Jessica.

- ¿Qué es este lugar? ¿qué son esas cosas? - Pregunta ella, observó un escritorio con algunas cosas, cada vez que daba un paso el piso resonaba, ya que era de madera.

- Aquí es en donde experimentan mi madre y los padres de los gemelos.

- Esto da miedo, me quiero ir - Dice ella y justo cuando iba a salir la madre de Liam aparece de la nada, de un momento a otro estaba allí.

- Hola, Jessica - Saluda la mujer, ella sonría, Jessica se quedó observándola por un momento, observó su aura, era gris y negra.

- Hola - Murmuró la joven, la señora Pierce sonríe.

- Veo que tienes miedo, no debes preocuparte, no planeamos hacerte nada malo - Le dice la mujer, ella hablaba de una forma tan amable que transmitía confianza, aunque Jessica no se den cuanta que ella solo estaba usando su habilidad de controlar a las mentes de las personas con sus palabras.

- Madre no - Dijo Liam y la señora lo mira mal, luego de eso Jessica arruga su frente y mueve su cabeza.

- ¿Me estabas manipulando? - Pregunta ella.

- No, nunca te haría eso, ahora toma asiento en la camilla - Le dice la mujer, ella seguía manipulando la mente de la chica, pero esta no se dejaba, esquivaba aquello.

- No lo haré, no me va a manipular - Liam y su madre se miraron entre sí.

- ¿Qué eres? - Pregunto la mujer y camino hacia la chica y se paró frente a ella - No eres un lobo común.

- Puede ver auras - Dice Liam y eso toma por sorpresa a la mujer.

- Mire señora, yo no sé que soy, estoy más confundida que ustedes, pero yo vine aquí por ayuda no para que manipulen mi mente - Dice Jessica.

La mujer se alejó en silencio, fue hacia su escritorio y de unos de los cajones comenzó a buscar unos papeles, luego encontró uno y lo leyó.

- Esto es un estudio que hice hace treinta años, el primer lobo con indicios de poseer dones de brujos y hechiceros - Habla la mujer, Jessica se veía aún confusa.

- Ya le dije algo de eso a Jessica, le expliqué que hay hombres lobos que se aparean con brujos - Habla Liam.

- Dime algo niña, ¿cuáles son las habilidades que tienes?, no importa si son de lobos o extrañas - Pide la señora.

- Velocidad, fuerza, puedo escuchar ha distancia larga, puedo ver esos colores raros la cual ustedes llaman auras, y puedo ver... no tengo nada más.

- ¿Sientes algo más? - Ella niega - Bien, necesitaré tu sangre, pero antes deja que mi hijo examiné el lugar en donde te mordieron.

La chica asintió, se sentó en la camilla, como aún tenía el uniforme ella se quitó la camisa y quedo solo en franela, los grises ojos de Liam cambiaron a rojos, se acercó a la chica de forma lenta y luego revisó el hombro de la joven, a la vista humana y de ella y otros seres sobrenaturales allí no había herida alguna, pero antes los ojos de un vampiro no, ellos podían ver la herida que había allí.