Previo a mi partida, me contacté con el Doctor Andrew Brown, quien dicta clases de mitología en la Universidad de Oxford, y es sucesor y aprendiz del Catedrático Malcom Modler; y fue con el Profesor Brown con quien concrete una cita.
Al momento de mi arribo a la ciudad de Oxford pude apreciar la majestuosidad de sus edificios y lo imponente de su arquitectura; la cual es un gran deleite a la vista y por su conjugación de períodos arquitectónicos la misma es llamada la “Ciudad de las agujas de ensueño”.
Fue difícil pasar desapercibida debido a mi complexión y rasgos naturales; soy una mujer de un metro sesenta y dos, de cabello castaño oscuro rizado, ojos color miel, tez caribeña debido a mi descendencia latina y con la figura de una bailarina de salsa. Tampoco fue de ayuda mi manera de vestir.
No pude ver al Profesor hasta el día siguiente a mi llegada… Concertamos la cita en “The Grand Café”, un café de mediados del siglo XVII caracterizado por la conservación de su identidad y la distinción de su larga trayectoria que data de 1652, donde puede percibirse en el ambiente la historia de tantas personas que por allí pasaron y dejaron parte de su esencia para hacer de este lugar algo mítico e inigualable.
El Profesor Brown era un hombre de cincuenta y tantos años, esbelto, de un metro setenta y seis aproximadamente, entrado en canas, con la peculiaridad que le otorgaban unos lentes situados sobre su nariz prominente; llevaba con él un bastón antiguo de carey con aplicaciones de oro y marfil, y un bombín negro. Parecía encajar perfectamente con el ambiente y el estilo del café…