EL INICIO
Ya he ido y he venido un millón de veces.
Por los caminos de la vida y por los caminos de la muerte.
Y ahora, en soledad, veo esta realidad hecha de recuerdos intangibles.
Y con apenas fuerzas para sostener el cuerpo,
un misterioso hálito de vida me empuja a un nuevo intento.
Tendré que alcanzar lo imposible, superar la adicción y el miedo.
Y sé que tendré al mundo entero en contra, sin la habilidad ni el dinero.
Ahora sólo tendré estas manos que una vez acariciaron un sueño.
Y sólo lo podré ver con estos ojos que quizás necesitarían estar ciegos para poder verlo.
Todavía recuerdo el día exacto en que escribí esas palabras, ese pensamiento, esa reflexión.
Han pasado muchos años, la vida ha continuado su curso imparable. Y ahora estoy aquí, de nuevo escribiendo, dispuesto a hacer un repaso de mi experiencia de vida. Dispuesto a indagar en esta consciencia que un día, sin permiso y sin saberlo, se instaló en este cuerpo.
Puede que fuera entre los tres y los cinco años cuando sucedió. No tengo ningún recuerdo de ese momento en que por primera vez te das cuenta de que eres un ser individual, separado de los demás y del mundo que te rodea. Pudo ser un momento fugaz,
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pero suficiente para marcar el comienzo de mi propia consciencia. Esa que arrastro hasta este mismo momento en que imagino que lees, esa que me permite escribir ahora, ese misterio insondable que trasciende los sentidos y nos impulsa a saber: «¿qué soy yo?»
Muchas personas, a lo largo de su vida, se preguntan «¿Quién soy yo?». Y en la misma pregunta, sin sospecharlo siquiera, está la trampa. Estás obligado a responder algo así como que eres fulanito, de tal nacionalidad, que hablas un idioma, que tienes una personalidad, una cultura, un aspecto, una edad, una familia, una posición social, unas habilidades, etc. Pero si formulamos la pregunta correcta «¿Qué soy yo?» (Qué y no Quién), la respuesta ya no es tan sencilla, ni tan concreta.
Hay cuatro conocimientos necesarios para hacer frente a esa enigmática respuesta: El ser, la consciencia, la experiencia objetiva y la experiencia subjetiva.
El término de «el ser» ha sido utilizado en la filosofía de muchas maneras diferentes, pero a menudo se refiere a la esencia o naturaleza fundamental de algo, especialmente en el contexto de la existencia humana. En este sentido, «ser» puede referirse a lo que significa existir como un ser humano o, de manera más abstracta, a la naturaleza fundamental de la existencia.
La consciencia es algo así como la experiencia subjetiva de la mente y del mundo. Es la capacidad de tener sensaciones, pensamientos y de experimentar emociones.
La experiencia objetiva del ser puede interpretarse de varias maneras, dependiendo del contexto y la perspectiva. Puede referirse
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a un intento de comprender la naturaleza de la existencia de una manera que sea verificable.
A diferencia de la experiencia objetiva, que es verificable y accesible a cualquier observador, la experiencia subjetiva es personal e íntima. Se refiere a lo que es experimentado desde la perspectiva interna y única de un individuo. Esto incluye pensamientos, emociones, percepciones, y cualquier otro fenómeno consciente que sea parte de la vida mental de una persona.
Así pues, ¿qué soy yo? ¿Un ser, una consciencia, un cuerpo que experimenta el mundo objetivo, un cuerpo que experimenta el mundo subjetivo? ¿Todo ello? ¿Nada?
Yo: Siempre me he preguntado, ¿quién soy yo? Pero nunca he considerado la pregunta, ¿qué soy yo? ¿Cuál es la diferencia entre ambas?
Yo Profundo: «Quién soy yo» es una pregunta que busca identidad, historia, carácter y personalidad. Es una indagación sobre tus experiencias, tus recuerdos, tus relaciones y las decisiones que has tomado. Es la narrativa que has construido a lo largo de tu vida.
Yo: Entonces, ¿qué soy yo?
Yo Profundo: «Qué soy yo» es una cuestión más fundamental y existencial. Se refiere a tu naturaleza esencial, a tu ser en el contexto más amplio del universo. Mientras que «quién soy yo» busca un nombre, una historia y una identidad, «qué soy yo» busca la esencia, la conexión con todo lo que existe y la energía vital que te anima.
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Yo: Parece una pregunta mucho más profunda y, de alguna manera, más difícil de responder.
Yo Profundo: Precisamente. «Qué soy yo» te lleva a considerar tu conexión con el cosmos, la energía que fluye a través de ti y de todo lo que existe, y la conciencia que te permite experimentar y reflexionar sobre tu existencia. Es una exploración de tu naturaleza más allá de las etiquetas, los roles y las historias que te cuentas a ti mismo.
Yo: Así que, mientras «quién soy yo» podría ser respondido con mi nombre, mis logros y mis experiencias, «qué soy yo» iría más allá de eso, hacia una comprensión más universal.
Yo Profundo: Exactamente. «qué soy yo» te lleva a considerar tu lugar en el vasto universo, la impermanencia de la vida y la interconexión de todas las cosas. Es una pregunta que puede no tener una respuesta definitiva, pero te invita a una introspección profunda y a una expansión de tu conciencia.
Yo: Es increíble pensar en mí mismo de esta manera, más allá de las definiciones convencionales. Aunque es desafiante, siento que es una pregunta que vale la pena explorar.
Yo Profundo: Ciertamente. Es una indagación que puede llevarte a un mayor autoconocimiento, comprensión y, finalmente, libertad y paz. Cada vez que te preguntas «qué soy yo», te acercas un poco más a la esencia de tu ser y a la maravilla de la existencia.
¿Y ahora qué?
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nuestra existencia, lo efímero y transitorio, pueden desvanecerse
Editado: 28.08.2024