Y llegaste tú...

¿por qué haces esto?

Las vacaciones ya habían llegado, estaba decidida a demostrarle al profesor, que si tenía talento para el arte, Brian había salido a un viaje de negocios, regresaría en tres días, preferi aprovechar el tiempo para trabajar horas extras en el restaurante, y ayudar a mi mamá con aquella renta.

—Mady no vas a desayunar -me pregunto mi madre desde la puerta de mi habitación.

—No, sólo me tomaré un café, antes de irme.

—¿A dónde vas a ir?

—Al restaurante de Carmelita.

—Tan temprano.

—Si, trabajaré horas extras, cuando regrese te ayudaré a preparar la cena.

—Entonces si vas a trabajar más tiempo, entonces con más razón tienes que desayunar, te prepárare algo rápido.

—Bueno está bien, en cuanto termine de peinarme voy.

Tome el cepillo y me cepille mi cabello, cuando termine, revise mi celular, tenía un mensaje de Brian, lo abrí rápidamente para ver lo que decía:.

{Hola, que tal tu día?, Al parecer regresaré más temprano, regreso en dos días, cuando vuelva vayamos al cine o a comer, te extraño}

Cada vez sentía a Bryan más raro, antes incluso los mensajes tenían corazones, pero ahora ni eso, pero bueno, tenía que desayunar para poder irme.

—Huele delicioso, ¿qué preparaste mamá?

—Te prepare unas deliciosas enchiladas.

(Tocan puerta)

—Puedes ver quien es Mady, mientras te sirvo tu café.

—Si claro. 

—¿Ya tienen el dinero de la renta? —lo que menos quería que pasará.

—¿Don Rogelio?

—¿Esta tu madre?

—Eh... No.

—Mady, ¿Quién es hija? —Me dijo mi madre desde la cocina, hice una risita ahogada y salí cerrando la puerta cuidadosamente.

—Por favor, Don Rogelio hablemos afuera —le dije casi susurrando.

—Solamente, dime ¿Cuándo me van a pagar, el dinero de la renta?

—Mire, le prometo que yo misma le pagaré un mes de renta mañana.

—Y ¿Como puedo saber, si es verdad lo que dices?

—Hoy trabajaré horas extras, si es necesario se los llevaré hoy mismo, pero le ruego que no venga aquí a exigirselos a mi mamá, ella ya tiene suficientes preocupaciones.

—Esta bien, pero si no me pagas ese mes, los saco de patitas a la calle, no olvides que no sólo me deben un mes de renta —entre rápido a casa.

—Si eso es todo váyase. —Le cerré la puerta en la cara

—¿Quien era hija?

—Nadie importante, era un señor que se equivocó de dirección.

—Bueno, aquí está tu café, desayuna antes de que se te enfríe.

—Si, gracias mamá. —Desayune y me dirigí al restaurante, en mi bolsa tomé algunos de mís ahorros para pagarle la renta a Don Rogelio, en cuanto terminará de trabajar.

—Que bueno que llegaste, hay mucho trabajo, ve y lava los platos, y después atiende a la mesa cuatro.

—Si, enseguida lo hago. —Me dirigí a lavar los platos, luego fui a atender la mesa cuatro, en la que se encontraba un hombre traía una cerveza en su mano, parecía demasiado ebrio y apestaba a alcohol, no logré ver bien su cara eso causó en mi algunos escalofríos, me daba miedo acercarme a el, pero tenía que continuar con mi trabajo, no tenía otra opción —. Hola, buenas tardes, ¿puedo pedir su orden?

—Ah claro —El hombre levantó su cabeza, logre ver su rostro, aquel hombre se me hacía reconocido, esa cara la había visto antes, ese hombre era...mi padre

—Quisiera el desayuno clásico... ¿Señorita, está bien?

—A..si lo siento, ¿Algo más?

—No, es todo por el momento.

Ni siquiera me reconoció, le lleve su pedido y fui a pedir la orden de otra mesa, mis manos temblaban mientras escribía las órdenes, no dejaba de observarme, tenía miedo de que se diera cuenta de quién era yo, cuando se fue me quedé aliviada, termine mi trabajo, y me dirigí a buscar a Don Rogelio, las calles estaban muy oscuras y solas, llegue y le di el dinero de la renta, me miro y me dijo que vendría en 15 días a cobrar los meses que debíamos, quise decirle algo pero me cerró la puerta, ya era muy tarde y había chicos en las calles, algunos me gritaban de cosas pero los evitaba, camine lo más rápido posible, voltee y atrás de mi estaba un hombre que no parecía buscar nada bueno, apresure el pasó, pero parecía seguirme, comence a correr, las gotas de lluvia comenzaron a caer, y me tropecé, me había lastimado la rodilla, pensé en lo que quería hacer, trate de pararme pero era inútil, el hombre se acercó a mí, apreté mis puños con fuerza y me giré enseguida. 

— Perdón me confundí, crei que eras otra persona, deberías de no correr así, parecia que te estaban persiguiendo, y pensé que eras mi hermana y necesitabas ayuda, lo siento no quise asustarte, ¿Quieres que te lleve a tu casa? —¿Es enserio?

—NO, no hace falta, no te preocupes, puedo irme sola.

—Esta bien. —dijo eso y se fue, ni la caída que me di, si no me estaba persiguiendo debió haberme gritado, y ahora ¿Como me voy?, Me duele mi rodilla, tal vez pueda caminar pero llegaré muy tarde, ¿mi celular?, —busque en mi bolsa —Aquí está, tenia dos llamadas perdidas de mi mamá, será mejor que le marque, espero y no se me haya terminado mi crédito.

—hola, hija ¿Donde estas?

—Perdón mamá, creo que llegaré un poco tarde iré a ver a Lili, regresaré después, nos vemos adiós, te quiero —le tuve que mentir a mi mamá, para que no se preocupara, pero primero tenía que ver cómo regresar a casa, me pare y camine hacia la parada del autobús, me senté en lo que pasaba la lluvia a pesar de que ya estaba toda empapada, sólo faltaba poco para llegar a mi casa, pero no podía llegar así a mi casa, la parada del autobús estaba sola, no pasaba ni siquiera un auto, o eso creía, pasó un auto gris, pero dió vuelta y se regresó hacia mi, me le quede mirando, aver si bajaba, pero se quedo así, me pare, para irme de ese lugar, pero del auto grito alguien, mientras salía del auto, obvio no me iba a detener, pero incluso si quería escapar no podía correr, me relajé al ver que la persona que bajo del auto era Nicolás.



#39765 en Novela romántica

En el texto hay: romance comedia

Editado: 10.08.2020

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