Y sí...?

Capítulo 7 ✅

Despierto enredada en los brazos de Brandon, enrojezco al recordar todo lo que hicimos anoche, follamos en todas partes de su habitación, en la cama, en el suelo, en el escritorio, en el baño, en todos sitios y lo disfruté, mierda si lo disfruté.

Brandon sabe lo que hace, sabe como hacer que me tiemblen las piernas solo con querer repetir, pero no veo a Brandon siendo el tipo que repite con una chica, seguramente tras haberse metido entre mis piernas me eche de su vida, y cada uno vuelva a su vida normal.

- ¿Estás despierta?

Se despereza con voz ronca y yo siento nuevamente un cosquilleo en mi estómago, su voz me pone mucho, en sí su seguridad, su forma de ser me hace desearlo, a pesar de no tener el cuerpo “perfecto”, es más bien un chico sencillo y delgado, no llama mucho lo atención.

- Si.- consigo responder con la voz algo rasposa.

- ¿Quieres desayunar?- no hay dobles intenciones en su voz, y eso me tranquiliza, quiero hacerlo de nuevo pero me encuentro sin fuerzas.

- Si.

Él se levanta dejándome ver nuevamente su virilidad y yo relamo mis labios mientras veo como se pone unos pantalones deportivos.

- No creo que la ropa de mi hermana te valga.- hace una mueca.

Yo tampoco creo que la ropa de su hermana mayor, pensé que era la menor, me fuese a entrar, su hermana es más alta que yo pero mucho, muchísimo más delgada que yo, así que podemos estar muy seguros de que la ropa de Eleanor, creo que se llamaba, no me sirve.

- Así que tienes que conformarte con algo mío.

Él busca algo de ropa en su armario y me la pasa, luego sale del cuarto para avisar a no sé quien de que también haga desayuno para mi, ningún lío de una noche había sido tan atento conmigo como lo está siendo Brandon, ellos me hubiesen echado después de follar y no me hubiesen dado de desayunar, supongo que es algo de ricos aunque no la quieras para nada más que lo que hicimos anoche.

Me pongo la camiseta de los lakers, me sorprende, y unos pantalones deportivos que me van larguísimos, es lo que tiene ser bien bajita mientras que él es bastante alto, algo de modelos supongo.

La puerta se abre y entra por ella un sonriente Brandon, con todo el pelo revuelto haciéndolo ver muy sexy.

- Vamos.- me tiende su mano, y yo la agarro sin saber muy bien donde vamos.

Salimos del cuarto, y mientras bajamos por las escaleras veo varios cuadros con fotos, en ellas, la mayoría, salen Brandon y Eleanor, ambos de niños, muy sonrientes, hasta que llego a una en la que posiblemente Eleanor debe tener catorce años, es difícil decir porque aparenta ser más joven de lo que es, en ella la mirada azul oscuro de Eleanor está perdida, triste, carente, parece que vive con dolor, Brandon sonríe pero no como en las fotos anteriores, ¿qué pasó para tan repentino cambio?, a partir de esa foto, las pocas que quedan son igual e incluso peores, pareciera que Eleanor viviese en una angustia constante, hasta que llego a la única en la que aparece un bebé, la sobrina de Brandon, en ella sonríen mucho.

- Andrómeda es nuestra luz.- me dice cuando ve que me paro a ver mejor la foto de la pequeña.- Ella llegó para hacer que mi hermana volviera a sonreír, aunque eso casi le cuesta la vida.- dice más serio ahora.

- ¿Por qué?

- Mi hermana es delgada, muy delgada y sus caderas demasiado estrechas para traer un bebé al mundo – suspira como si fuese muy duro.- Los médicos le recomendaron abortar, pero no lo hizo.- sonríe.- Mi sobrina nació a los seis meses y mi hermana entró en parada.- veo como su mirada se ensombrece.- Pero ahora todo está bien.- ríe.- Vamos.

Él vuelve a tirar de mi y nos lleva hasta una bonita cocina, donde hay un hombre mayor en silla de rudas, podría decir que aún así es alto y supongo que es el abuelo de Brandon.

- Buenos días abuelo, ¿Cómo te encuentras?- dice dándole un beso en la mejilla.

- Muy bien Antuan.- ¿Antuan? ¿quién es ese?- ¿Has hablado con tu hermana?

- La llamé hace un rato.- dice como si nada.- Todo está bien abuelo, hiciste lo que debías para sacarla de aquí.

- Pero...¿Y sino fue lo correcto?- dice el señor. Yo no entiendo nada.- Obligar a tu hermana a casarse.- abro mucho los ojos.

- No la obligas abuelo, la estás salvando.- no puedo creer lo que escucho.- Y además se aman tu mismo lo dijiste, y yo lo confimé el viernes en su fiesta de compromiso.- él ríe.- Jackson ama a Eleanor  y a Andrómeda, no va a pasar lo mismo que con papá y Adriana.- ¿Adriana? Esta familia es muy confusa.- Por cierto abuelo, ella es mi amiga Gala.- el señor mayor dirige sus ojos marrones a mi y me sonríe dulcemente.

- Encantada señor O' Connor.

- Llamame Francis querida.

Nos sentamos alrededor de la mesa y nos ponen unas tostadas y un café, ¿no vive nadie más en la casa? Es muy grande para que esté tan sola y silenciosa.

- ¿Dónde están tus padres?

- Salieron temprano.- dice tomando de su café.- Papá ha ido a la empresa y mamá no tengo ni la menor idea de donde ha ido y tampoco es que me interese.- dice desinteresado.

- Es tu madre.- le regaña su abuelo y yo también hubiese querido regañarle.

- ¿Y?- dice terminando sus tostadas.- Es la mujer que más daño le ha hecho a mi hermana y a mi padre, e indirectamente a mi, así que me da igual donde esté.

Se levanta de la mesa cabreado y sale de la cocina dando un portazo que me sobresalta, su madre no es un tema que se deba tocar.




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