Ignoro los mensajes que me llegan antes de llegar a clase, como sea tengo que parar este acoso, no puedo creer que alguien tan adulto como ella tenga este tipo de comportamiento con alguien a quien posiblemente le saca más de veinte años, es bastante asqueroso y me molesta y yo no quiero estar molesto, quiero estar feliz por mí hermana, y por por fin poder hablar con Gala y sus amigos que ahora son también los míos.
Cierro la puerta del coche apagando el teléfono, quiero esperar a que Gala termine su primera clase del día sin acabar molesto, porque no quiero pagar la molestia con ella que no tiene la culpa de nadie.
Veo mi reloj, solo quedan quince minutos para que su clase termine y por eso me quedo pensando en ella, en lo perfecta que es para mí porque como una persona normal Gala tiene sus defectos, yo también los tengo y quien no los tenga en un alien.
- Hola Brad.- me giro a ver a Ronan, el novio de Gabi.
- ¿No tienes clase con ellas?
- No, yo comparto tres clases con ellas, el resto no.
- Pensaba que cursabas las mismas materias.
No hablamos sobre nada más, nos quedamos esperamos a las chicas para ir a la cafetería y tomar algo, porque estas dos no desayunan hasta después de la primera hora.
El timbre suena y comienzan a salir los primeros alumnos del aula, parece que hubiese vuelto a la secundaria y estuviese esperando a alguna de mis conquistas, la diferencia es que Gala no es una simple conquista.
- Hola Brad. - me saluda Gabi con su típica amabilidad.
- Hola Gabi.- le doy un abrazo, ella también es muy cariñosa, algo que podemos estar seguros que Gala no es.- Hola explosión café.
- Hola Brandon- me encanta como suena mi nombre saliendo de su boca.- Me muero de hambre.
Todos juntos vamos a una cafetería, cercana al campus porque en un rato ellos tres vuelven a tener clase, yo hasta mañana no tengo mi única clase del año.
- ¿Cómo estuvo el fin de semana?- pregunta Gabi con una sonrisa traviesa.
- Hablamos y aclaramos las cosas.- dice Gala con sencillez.
- No hubo sexo si es lo que preguntas Gabriela.
- ¡Mierda! Me pillaron.
- Eres muy obvia.- se ríe Gala.
Enciendo mi teléfono de nuevo y me bombardean a mensajes, resoplo porque estoy cansado de esta mujer, pero veo un mensaje de Lukas y lo abro.
Lukaas: Está tarde voy a tu casa que tengo unas cosas que hablar con papá sobre el paradero de tu madre, necesito saber hasta donde puedo llegar.
Yo: Por mi sabes que puedes hacer lo que quieras.
Lukaas: lo sé hermanito pero sigue siendo tu madre.
No contesto porque sé que está no es una conversación para tener por teléfono sino que hay que tenerla cara a cara, además así lo quiere él, solo espero que como de costumbre no peleen porque es un poco incómodo para mí que siempre quedo en medio, ni mi abuelo sabe que hacer en estas circunstancias.
- ¿Pasa algo?- miro a Gala y niego.
- Nada más preocupante a parte de que Lukas va a ir a hablar con mi padre y ellos no se llevan especialmente bien.- ella sonríe.
- De seguro todo va bien.
- Oye, ¿Cómo está tu hermana?
- Pues ya ha salido del hospital y ya quiere volver a preparar su boda, aunque esta un poco preocupada, tiene heridas que han dejado marcas.
- Ella es muy valiente.- me dice Gabi y yo le sonrió porque si lo es.
- Tenemos que irnos ya.
Acompaño a los tres a sus respectivas clases para luego irme a mi casa, no tengo nada que hacer hasta que Lukas venga pero puedo estar con mi abuelo que casi no paso tiempo con él.
A las cinco y treinta de la tarde Lukas llega a la casa, papá como siempre que su hijo mayor está cerca, está completamente rígido, tenso, entiendo que lo abandonó pero Lukas actúa con normalidad cerca de él, nuestro padre podría ser igual o parecido, o quizás esa es una característica de los Hoffman.
- Hola hermanito.- siento alegría cuando se refiere de esa forma a mí.
- Hola Lukas.
Entramos al despacho de mi padre donde ya nos esperaba él, y mí abuelo Francis.
Nos sentamos sin prisa, Lukas pocas veces aparenta tener algo de prisa, aunque sea poco y esa clama es digna de admirar porque yo me sobre salto ante las más mínima cosa y sé que no es del todo bueno.
- ¿Hasta dónde puedo llegar?- pregunta directo.
- Puedes dañarla pero no matarla, no somos asesinos.- Lukas se ríe de esa última parte de mi padre.
- Vosotros no lo sois, nosotros si.- la sinceridad de Lukas la mayor parte del tiempo en arrolladora.- ¿Puedes contestar los mensajes?- se gira a mirarme.- Me están poniendo nervioso.
- Lo siento, ya lo silencio. - hago lo que he dicho porque se quien mierda es y no quiero contestar.- Yo ya te lo dicho antes, es mi madre y te doy permiso para si quieres matarla.
- Tendré todo en cuenta.- él se levanta y yo hago lo mismo.- La boda de Eleanor tiene que ser perfecta, así que está tensión entre ambos debe desaparecer.- le dice a mi padre.
- Claro hijo.
- Una cosa es hacer desaparecer la tensión, llevarnos mejor y otra ser algo que jamás fuimos, yo no soy tu hijo y tú no eres mi padre, jamás hemos actuado como tal.
- Tienes razón Lukas.- se rinde mi padre.
Lukas se despide de todos nosotros y se va al hotel donde él y tres se sus compañeros se están hospedando para seguir de cerca la investigación de la policía, aunque estas dos entidades gubernamentales son bastante diferentes, se podría decir que en donde trabaja Lukas tienen licencia para matar y eso asusta.
Esta historia está pensada para no ser muy larga pero la verdad no sé cuanto me extenderé.