Brandon
La muerte del abuelo fue dura, ya habíamos perdido a papá y tener que despedirnos de él tan solo dos meses después hizo que mi recuperación fuese más lenta.
Mi psicólogo me ha dado muchos consejos para superar sus muertes y dejar de pensar que todo lo malo que le ha pasado a Eleanor en su vida es mi culpa, ella también ayuda, mi hermana a veces a ido a mis terapias, y nos han ayudado en conjunto, aunque ella y Lukas están más acostumbrados que yo a la pérdida, algo feo de decir pero que es cierto.
Ahora me encuentro en la sala de estar de mi cuñado, buscando formas con él y con Lukas para disculparnos con Eleanor después de que le gritaseamos y casi la obligásemos a realizarse un aborto, pero como ella dijo, es ella quien tiene el derecho de elegir si quiere o no tener a esa criatura. Es difícil para nosotros porque tenemos miedo a perderla pero es su vida y son sus decisiones, nosotros no tenemos votos en ellas.
- ¿Y si vamos y nos disculpamos? Estoy seguro de que Eleanor nos perdonara.- dice Jackson ya desesperado. Él va a casa de mi abuelo, ve un rato a Andrómeda pero no habla con Eleanor porque tiene miedo a que esta no le responda.
- Es cutre pero podría servir, ella es sencilla.
- Yo también lo creo.- se rinde Lukas.- Vamos a casa de mi abuelo, nos disculpamos y si quiere comida se la damos.
- Me parece buena idea.- los apoyo.
- Pues vamos.- dice Lukas.
No tardamos mucho en llegar a la mansión de mi abuelo Hans, quien nos recibe con cara seria, no está de acuerdo en que abandonásemos a nuestra hermana por tanto tiempo, incluso yo me siento avergonzado por ello.
Al final le pedimos disculpas a Eleanor, disculpas que aceptó después de comer palomitas y comprarse media tienda de ropa pre mamá que nos tocó comprar a nosotros tres, porque claro a ninguno le falta el dinero, y a mi menos desde que heredé las empresas de mi abuelo.
- ¿Sabes ya el sexo del bebé?- le pregunta Lukas.
- No, no quería ir sin el padre otra vez.- dice cabizbaja.- Tengo cita en media hora para un chequeo.
- Pues vamos.- le ánimo.
Al final acabamos los tres en la consulta de la ginecóloga de mi hermana, viendo una pantalla en negro, blanco y gris donde podíamos ver al feto.
- ¿Quién es el padre?
- Yo.- responde con voz temblorosa mi cuñado.
- Los otros dos son mis hermanos.- le sonríe.
- Bueno, padres y tíos - llama nuestra atención.- Tendrán una niña.- nos felicita.
- Una niña.- sonríe Ana.
Salimos del consultorio y recogimos a Andrómeda de la casa de nuestro abuelo, Ana ya está cansada, algo muy normal en sus embarazos, ella se cansa con mucha facilidad.
Siete meses después
- Brad.- me llama la atención mi hermana.- Sé que todavía estás un poco triste, que todos los eventos han sido duros para ti pero no te prives de la felicidad, yo lo hice por tres años - la escucho.- Y ahora me pregunto por qué tardé tanto.- ella baja las escaleras.- Llamala, buscala, aquí siempre estaremos para ti, pero ella es tu felicidad, no te he visto tan feliz jamás.
- Tomaré tu consejo.
Abro mi teléfono y escribo un mensaje que tiene una rápida respeta.
Yo: Gabi, ¿Cómo se encuentra Gala?
Gabi: Ella todavía te ama si es lo que preguntas.
Yo: Iré pronto.
Gabi: Me alegro de que ya estés mejor.
Yo: Gracias por informarme siempre de ella.