¿y si lo volvemos a intentar?

Capítulo 5. Deseo+Amor+Dulzura.

Actualidad. 

CALEB. 

El sonido de la alarma me despierta. Me pongo de pie, camino hacia al baño y hago todo lo necesario para empezar un buen día.  

Salgo de mi habitación y camino hacia el comedor. Zoe está junto a Andrés, tengo que admitir que ella es una excelente mama. Tomo asiento.  

—Buenos días, papá —saluda Andrés.  

—Buenos días, Andrés, ¿cómo amaneciste?  

—Bien... Papá, ¿esta noche si vendrás a cenar? —no me gusta mentirle a mi hijo.  

Miro a Zoe y ella comienza a hablar: — Andrés, tu papá trabaja mucho, es normal que llegue tarde —manifiesta Zoe con la dulzura que la caracteriza.  

—Papá, trata de salir más temprano del trabajo para que cenes conmigo —veo tristeza en su mirada, la misma tristeza que refleja Zoe.  

—Lo intentaré Andrés.  

—Gracias papá —Andrés me da una sonrisa la cual devuelvo. Él se pone de pie. — Buen provecho, papá, mamá. 

— Gracias —hablamos al mismo tiempo. 

— ¡Nana, ya terminé! —grita.  

Laura sale de la cocina y se lleva a Andrés a su habitación. Miro a Zoe y al parecer siente mi mirada porque me mira.  

—Buen provecho, Caleb —ella se pone de pie y va a su habitación. Llevo mi mano a mi pene y lo acaricio para que se duerma. Zoe me pone duro como una piedra cuando se pone shorts de dormir pequeños.  

Deja de pensar bobadas Caleb, dijiste que no la volverías a tocar —me habla mi yo interno razonable.  

Vamos Caleb, llevas varios meses que no estás con ella, aplica la de siempre y listo. Ella no se dará cuenta de nada —me dice mi yo interno lleno de deseo.  

Meneo mi cabeza por mis absurdos pensamientos. Desde que vi el cuerpo desnudo de Zoe ha causado estrago en mis pensamientos y en mi mejor amigo. Un día borracho me salieron mis deseos a flote y me terminé acostándome nuevamente con ella.  

Dejo mi comida a un lado. Voy a mi habitación a tener una práctica con Manuela.  

[...]  

Salgo de mi habitación, Zoe está en el mueble hablando con alguien. Me acerco un poco para escuchar, talvez este hablando con Mayra.  

—Andrés ya está grande —ella se ríe.  

—Ya quiero que regreses, Claudia.  

Claudia es la amiga de Zoe, ella la adora y la quiere como si fuera su hermana, son amigas desde que eran niñas. Después de mi boda, Claudia se fue a otro país y no supe más de ella, tampoco es como si me interesaba su vida.  

—Chao Claudia.  

Zoe se pone de pie, y se da cuenta de que estoy cerca de ella.  

Mierda en que momento me acerque tanto a ella.  

—Quieres algo amor.  

Ella me llama amor, al inicio fue molestoso, pero con el tiempo uno se termina acostumbrado. Aclaro mi garganta para hablar.  

—Te quería decir que no te vuelvas a poner esa ropa corta de dormir, sabes bien que detesto verte así.  

Ella baja la mirada.—Me olvidé de que odias esa ropa. Lo siento, Caleb.  

— Solo no lo vuelvas a hacer.  

La recorro de pie a cabezas. Ella no ha cambiado su look, sigue usando sus lentes y su ropa de abuelita.  

—No lo haré Caled... por cierto, después de dejar a Andrés al preescolar saldré con Mayra un rato —manifiesta.  

Zoe tiene la costumbre de decirme a donde va o con quien va.  

—Ya estoy listo, mamá —Andrés está con su uniforme preparado para irse a recibir clases—. ¿Papá sigues aquí?  

Siempre me voy después del desayuno y hoy no lo hice.  

—Iba a llevarte al preescolar —él expresa una sonrisa.  

—Mamá, hoy me iré con papá —Zoe, nada más asiente con la cabeza.  

— Vámonos Andrés —él se acerca a Zoe y ella le da un beso en la mejilla.


—Te porta bien Andrés.  

—Me portaré muy bien... —él me mira a mí y a Zoe—Mamá, ¿no te vas a despedir de papá? —Zoe me mira apenada.  

Andrés piensa que su madre y yo nos amamos (Zoe si me ama, yo soy el que no la quiere), él piensa que tiene la familia perfecta.  

—Apura mamá que se nos hace tarde —insiste Andrés.  

Zoe se acerca a mí, comienza a ponerse de puntilla (ya que es más pequeña que yo), y estampa sus labios en mi mejilla.  

—Ten un buen día en el trabajo... amor —solo asiento.  

Deslizo mi mirada hasta Andrés y sus ojos brillan. Creo que él se da cuenta de que mi relación con Zoe no es como la de otra pareja.  

—Vámonos Andrés.  

— Sí, papá.  

Andrés me agarra la mano y salimos de la casa. Él entra al auto y yo también, y nos vamos al preescolar.  

[...]  

—Nos vemos luego, papá. — La profesora se lleva a Andrés. 


—Chao —Andrés ingresa a la primaria. Camino hacia mi auto, entro y voy a la fábrica.  

ZOE. 

—¡¡Zoe!! —escucho el grito de Mayra.  

Agarro mi bolso y rápidamente salgo de casa. Mayra está recostada en su auto con un elegante vestido negro al cuerpo.  

—¿Cómo así de negro?  

—Porque estoy a un mes y medio para que mi libertinaje acabe.  

Aún sigo sin creer que Mayra se va a casar. Ella era amante de la soltería, pero conoció a John y mi amiga le fue infiel a su soltería.  

—Ya vas a ser señora.  

—Sí. Nunca pensé que yo una mujer si atadura haya aceptado casarse —expresa divertida de la ironía de su vida.  

—¿Vamos a ver tu vestido?  

—Sí. Me olvidé de decirte que ya vi uno y está hermoso. Es al cuerpo y está bien divino para alguien como yo —niego con una sonrisa.  

—Vámonos que se nos hace tarde —aconsejo.  

—Vamos.  

Entramos al auto y vamos a la casa de moda, "Bella Novia"  

—¿Y el idiota de Caleb?  

Desde mi matrimonio la relación de Caleb y Mayra se volvió complicada, apenas y se dirigen la palabra y si hablan más de cinco minutos es para pelear. Mayra me dijo que ella fue la que confesó que estaba embarazada de Caleb y eso es algo que Caleb no se lo ha perdonado.  

—En el trabajo.  

—¡Tsk! Ese bruto no aprende.  

—Mayra deja de llamarlo así.  

—Zoe, ¿cómo le has aguantado tanto a Caleb?, créeme que si yo fuera tu hace rato lo hubiera dejado.  

—Sabes que lo amo.  

—Lo sé. Zoe... gracias por no dejar a Caleb —enarco una ceja.  

—¿Cómo así?  

—Caleb es un bruto, un idiota, pero es mi hermanito y quiero lo mejor para él... y tú eres la mejor mujer para Caleb, pero me molesta que él no te valore.  

—No pierdo la esperanza de que algún día lo haga.  

—Yo sé que Caleb se dará cuenta de la hermosa mujer que tiene a su lado.  

—Te amo Mayra —la abrazo.  

—Y yo a ti, Zoe.  

Más tarde. 

Al terminar de comprar el vestido fuimos a retirar las invitaciones, paseamos un rato. Ella me deja en el preescolar y se va.  

Falta cinco minutos para que Andrés salga del preescolar. Miro a los otras mamás que espera a su hijo, ellas tienen unos añitos de más. Mi celular suena y veo la notificación. Es Claudia, desbloqueo mi celular y comienzo a teclear... mi cuerpo se tambalea por el golpe y mi celular cae al suelo.  

—¡¡Lo siento!! —el chico recoge mi celular y me lo da— Sien... Zoe.  

Pestañeo varias veces al ver a Luke, el chico que conocí hace cinco años en la discoteca.  

—Luke.  

—Nunca pensé que te volvería a ver. Espere tanto tu llamada, pero nunca llegó. —lo miro apenada.  

—Lo siento, es que se me perdió el número.  

La verdad es que con lo que paso con Caleb me olvidé del número y lo perdí.  

—Me alegra volver a verte —él me da una sonrisa muy amigable.  

—A mí también Luke.  

—Dime, ¿qué haces aquí?  

—Vine a ver a mi hijo —él me mira con sorpresa.  

—¿Tienes un hijo?  

—Sí. ¿Y tú que haces aquí?  

—Vine a ver a mi hija — Pestañeo varias veces. Luke me había dicho que era soltero.  

—Vaya, tú me había dicho que eras soltero.  

—En ese tiempo lo era, pero una cosa llevó a la otra y me terminé casando.  

—¿Y tú esposa?  

—Ella murió hace unos meses.  

—Lo siento... es la primera vez que te veo aquí.  

—Hice el cambio el viernes. Hoy es el primer día de Dámaris en este preescolar.  

—¡¡Mamá!! —Andrés abraza mi pierna y acaricio su cabeza.  

—Él es tu hijo.  

—Si —Luke mira a Andrés—. ¿Sucede algo?  

—Él se me parece a alguien... ¿Te acuerdas del chico que se acercó a nosotros en la discoteca? —tiene muy buena memoria.  

—Él es el papa —él abre su boca en señal de sorpresa.  

—Eso si no me lo esperaba.  

—¡¡Papá!! —veo a la hermosa niña de cabello rizado y rubio.  

Luke toma entre sus brazos a su hija. Ella es muy linda.  

—¿Papá quien es ella?  

—Ella es Zoe, es una amiga —ella me mira con mucha dulzura y eso me hace feliz.  

—Eres muy linda Zoe.  

—Tú también.  

—Mamá, ¿ya nos vamos?  

—Zoe, si no tienes problemas me puedes aceptar una invitación a almorzar junto a Andrés.  

Miro a Andrés.—Andrés, ¿qué dices?  

—Te compraré lo que quieras Andrés —manifiesta Luke.  

—Vamos a mamá —una sonrisa se me escapa.  

—Convenciste muy rápido a Andrés, no me puedo negar.  

—Vamos.  

Luke es un chico muy amigable. Aquella noche en la discoteca él se portó muy bien conmigo y me respeto en todo momento.  

[...]  

Luke se me porto superbién, Andrés y Dámaris se llevan de lo mejor. Ellos van a ser muy buenos amigos.  

Luke me deja en la puerta de la casa. Andrés se despide de él y de Dámaris. Me despido de la pequeña.  

—Chao Luke.  

—No vemos otro día Zoe. Cuídate mucho y cuida a Andrés.  

—Lo haré — Luke se va.  

—Mamá.  

—Dime Andrés.  

—¿Volveremos a ver a Luke?  

—Creo que sí.  

—Él me cae bien —él me da una sonrisa y comienza a caminar hacia la puerta.  

Me encantaría que Caleb fuera como Luke. Él pasa bastante tiempo con su hija, en cambio, Caleb apena y pasa un rato con Andrés.  

Horas después. 

CALEB. 

Me arreglo mi ropa. Veo a Sandra recogiendo su ropa interior.  

—Jefe, hoy estuvo más salvaje —ella me sonríe coqueta.  

—Puedes retirarte —ella no dice nada y se retira.  

Camino hacia la botella de Whisky, me sirvo un poco y me lo tomo de un solo.  

Tener sexo con Sandra no me quito el deseo, necesito más o mejor dicho necesito a alguien.  

¡Maldición Caled, dijiste no volverías a tocar a Zoe...! —me cuestiono a mi mismo.  

No voy a estar tranquilo, ha pasado tres meses desde la última vez que la toque.  

Solo será una vez más Caled, ya no lo volverás a hacer —insiste mi parte llena de deseo que quiere ser liberado.  

¡¡Maldición!! 

ZOE. 

Son más de la once, al parecer Caled no llegará dormir hoy día. Me pongo de pie y voy a mi habitación y me acuesto a dormir.  

[...]  

Siento un frío, pero lento recorrido en mi pierna que me hace incorporarme de un solo. Mi corazón late desenfrenadamente por el susto, pero al ver esos ojos brillantes y sentir el olor al alcohol en la oscuridad sé quien es.  

—Ca... — No termino de hablar porque él devora mis labios en un beso demandante sabor a alcohol. De un solo mi espalda vuelve a tocar el colchón.  

Sus frías manos viajan por mi muslo derecho haciendo que mi piel se erice. Gimo al sentir ese bulto chocando con mi vagina. Caleb deja mis labios y se desliza hasta mi cuello y lo devora provocando jadeos continuos. Él me vuelve a besar sin nada de delicadeza... creo yo... como se le puede decir... beso ardiente.  

Poco las prendas fueron desapareciendo en la oscuridad y mi cuerpo de felicidad cuándo sentí a Caleb. Él comienza a embestirme sin parar. Mis gemidos se escapan unos tras de otros, incrustó mis uñas en su espalda y mi pelvis comienza a moverse por sí sola.  

Sé que Caleb se irá, y hará que nada paso, siempre es de esta manera: él llega a mi habitación, me besa y no dice ni una sola palabra hasta el final, y esa palabra... el nombre de una de sus amantes.




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