Capítulo 6. Caleb, eres un tonto.

ZOE. 

Me siento en la cama, miro a mi alrededor y Caleb no está. Me pongo de pie y voy al baño a darme una ducha.  

[***]  

Salgo de mi habitación y voy al comedor, Andrés no está, veo la hora: 08: 00 am.  

—Señora Zoe, el señor me pidió que le diera esto —Laura me da la pastilla anticonceptiva, agarro el vaso de agua y me la tomo.  

Ni me asombro de esto porque siempre es así: me deja la pastilla y hace como si no paso nada.  

Días Después. 

Caleb me sigue ignorando, y sigue llegando tarde. Para no evitar problema no digo nada, no quiero que Andrés nos escuche pelear. A veces siento que voy a explotar y le voy a decir a Caleb todo lo que siento, pero siempre termino callando.  

Siempre me encuentro a Luke en la salida de la preescolar y siempre me invita a hacer algo y como a Andrés le gusta pasar tiempo con él acepto.  

—Vamos Andrés —dice Luke.  

Luke le está enseñando a jugar fútbol a Andrés, ya que él no sabe y Caleb nunca le ha enseñado y el niño tampoco le pide que le enseñe porque Caleb no pasa mucho con nosotros.  

—¡¡Gol!! —grita Andrés emocionado.  

—¡¡Bravo Andrés!! —grita la pequeña Dámaris.  

—¡¡Bien, Andrés!! —Luke lo toma entre sus brazos y él ríe muy feliz.  

Suelto una sonrisa al ver a Andrés tan feliz.  

CALEB. 

He estado ignorando a Zoe como siempre, y ella no dice nada. Cierro la laptop, ya que tengo que ir a almorzar.  

La puerta se abre de un solo, ruedo los ojos al ver quien es.  

—¿Se puede saber que quieres? —pregunto con desagrado.  

—Sé que mi visita no es grata, Caleb.  

—¿Entonces para qué vienes Mayra? —Ella se sienta de un solo.  

—Vine a traerte la invitación de mi boda.  

—Creo que tu cerebro se equivocó de dirección, aquí no está Zoe.  

—Eso lo sé muy bien... Caleb, ¿no tienes miedo de perder a Zoe? —sonrío de lado.  

—¿A qué viene esa tonta pregunta?  

—Responde.  

—¿Por qué voy a tener miedo?, si sé que eso no va a pasar. Zoe nunca me va a dejar.  

—¿Por qué estás tan seguro?  

—Porque me ama demasiado... —ella me mira desilusionada — Además, ¿para qué quieres saber?  

—No te da miedo de perder a tu hijo.  

—No compares a Andrés con Zoe.  

—Caleb, déjate de inmadurez, alguna vez te has preguntado: ¿Qué sientes por Zoe? Te has preguntado: ¿Si realmente la odias como dices? ¿O solo es tu orgullo de macho que no te deja ver la realidad?  

La verdad nunca me he preguntado, y tampoco necesito hacerlo. Yo no amo a Zoe, nunca la he amado y nunca la amaré  

—Mayra, si vas a hablar bobada vete.  

—Caleb...  

—Zoe está en casa, ve a entregarle la invitación.  

—Estás tan confiado de que Zoe está en casa... Si les dieras la suficiente atención, ni ella ni tu hijo sonriera con otro —frunzo el ceño y miro a Mayra. 


—Si me quieres dar celos, te digo que, eso no funciona conmigo. No tengo por qué dudar de Zoe, la conozco muy bien.  

—¿Cómo la vas a conocer si no le prestas atención? Caleb, eres un tonto —aprieto mi mandíbula del coraje.  

—¡Habla de una maldita vez!  

—Si te digo no me creerás, así que toma. —me da su celular.  

Aprieto mis dientes con fuerza. Mi hijo y Zoe están con otro hombre sonriendo muy feliz. Ella está feliz con una niña y Andrés está en los brazos de otro hombre divirtiéndose  

—Caleb, estás perdiendo a tu familia. Luke está haciendo con ellos lo que tú no has hecho en 5 años. ¿No tienes miedo de que él ocupe tu lugar?  

Luke... ese él es chico de la discoteca.  

Me duele que mi hijo sonría con otro, y Zoe... ella no me comunicó nada. ¿Desde cuándo están se volvieron a encontrar?  

—Vete Mayra, estoy muy ocupado para perder mi tiempo en banalidades.  

Le entrego su celular y ella me lo arrancha de un solo; me mira con decepción pura.  

—El día que lo pierdas todo vas a sufrir, Caleb —dice y se va.  

Me pongo de pie, agarro mi saco, mi celular y salgo de mi oficina.  

—Jefe —me llama Sandra.  

—Me tomaré el resto de la tarde libre, si preguntan por mí no estoy.  

Entro al ascensor. Apenas se abre salgo camino hacia el parqueadero, entro a mi auto y manejo a toda velocidad.  

ZOE. 

—¡¡Gracias Luke!! —Andrés lo abraza.  

Luke le ha regalado el balón de fútbol. Andrés tiene, pero el hecho de que se lo haya regalado Luke lo hace valioso.  

—Mañana practicamos otra vez.  

—¡¡Si!! —exclama Andrés emocionado.  

Me acerco a Dámaris y le doy un beso en su mejilla.— Te portas bien con tu papá.  

—Si, Zoe —me acerco a Luke—. Gracias por enseñarle a jugar fútbol a Andrés.  

—No hay de qué. Además, jugar con Andrés es muy divertido... Zoe, desde que no volvimos a encontrar no he visto al papa de Andrés —sonrío con amargura.  

—Él trabaja mucho y casi no pasa tiempo con nosotros —Luke alza su mano y acaricia mi mejilla.  

—Pues es un idiota. Él tiene una esposa maravillosa y un hijo encantador y no los aprovecha —Luke no deja de mirarme... Desvío la mirada — Me voy. No vemos mañana Zoe.  

—Maneja con cuidado Luke.  

Luke ingresa al auto y se va. Miro a Andrés y me siento feliz al verlo sonreír más seguido.  

—Entremos a casa mi amor.  

—Sí.  

Pues es un idiota. Él tiene una esposa maravillosa y un hijo encantador y no lo aprovecha.  

¿Por qué sigo recordando eso? 

CALEB. 

Voy a ingresar a mi casa y veo otro auto salir, agudizo mi mirada y veo quien es. El auto se marcha y sigo mi camino. Estacionó mi auto, salgo rápidamente e ingreso a casa.  

Camino hasta la sala y ahí esta Zoe, y Andrés está jugando con una pelota que no es suya.  

—¡Papá! —deja la pelota y vine corriendo hacia mí y me abraza, rápidamente lo abrazo— Papá, ¿cómo así viniste temprano?  

—Quiero pasar más tiempo contigo.  

—¡¿En serio?! —por primera vez lo veo tan feliz.  

—Sí. ¿Hay algo que quieras hacer?  

—Sí. Quiero jugar fútbol, hoy aprendí mucho y quiero ponerlo en práctica contigo —siento una fuerte punzada en mi corazón.  

—Está bien. Él se aleja de mí y corre hacia el balón de fútbol.  

—Vamos a jugar, papá —trató de relajar mi rostro.  

 —Andrés, ¿no tienes otro balón?  

—Sí, pero me gusta este.  

— A mí no me gusta... bota ese balón, que yo te compraré todos los que tú quieras —sin querer mi tono de voz se alza  

—Papá, pero...  

—¡¡Haz lo que te digo Andrés Ambrosio!! —me mira con temor.  

—Caleb, ¿qué te pasa? —le doy una mirada fulminante a Zoe—. Andrés, ve a tu habitación —ordena Zoe.  

—Sí, mamá —él se va y se lleva el balón, eso es algo que me emputa demasiado.  

Andrés desaparece de la sala, camino hacia Zoe y la agarró del brazo.  

—¿Se puede saber donde estabas? —Preguntó entre dientes.  

—Me estás lastimando Caleb —ella me mira con temor.  

Es normal que me miré así, nunca le he puesto un dedo encima de esta manera agresiva.  

—¡¡Responde de una maldita vez!! —grito furioso.  

—¿A dónde voy a estar? Caleb, me la paso metida en esta casa.  

Desde que se graduó de la universidad, Zoe se la ha pasado siempre en casa cuidando de Andrés. Ella solo sale con Mayra, y siempre me avisa.  

—¡¡Mientes!! ¿Desde cuándo te volviste una mentirosa?  

—Caleb, dime lo que quieres saber y yo te respondo.  

—¿Por qué mi hijo estaba jugando fútbol con otro hombre? ¡Responde! —Ella abre los ojos como platos.  

—Caleb, es un niño, necesita divertirse —alega.  

—Pero no con otro, yo soy su padre.  

—Solo de nombre, porque ni siquiera pasas tiempo con él.  

¿Desde cuándo se volvió respondona?  

—Pero eso no te da el derecho de llevarlo con otro hombre.  

—Luke es amigo de Andrés —argumenta.  

—Está muy grande para serlo. No quiero que mi hijo se acerque a él, y tampoco quiero que lo dejes solo en ningún momento —ordeno. 


— Suéltame, voy a ver a Andrés —ella trata de zafarse de mi agarre, pero no la dejo—. Suéltame Caleb…  

—Desde mañana yo llevare a Andrés a preescolar y lo recogeré. También desde mañana vengo a almorzar —comunico.  

—Está bien, pero suéltame —siento tanta rabia con Zoe, quiero decirle un poco de cosa, pero algo me lo impide.  

La suelto, y ella únicamente se va. Es que de solo recordar esa foto me lleno de ira.  

Tengo que hacer algo, no puedo permitir que es tal, Luke se gana a mi hijo y a ... ¡¡Maldición!!