¿y si lo volvemos a intentar?

Capítulo 8. Intentémoslo.

ZOE. 

Zoe. 

Abro mis ojos de un solo. Miro a mi alrededor y Caleb no está.  

—Ya sabía yo que era demasiado bueno para ser cierto —suelto un suspiro.  

Agacho mi cabeza y me quedo de piedra al ver mi ropa... tengo puesta la camisa de Caleb... ¡¡¿En serio paso?!! ¿No fue un sueño?  

Tranquila Zoe, no fue un sueño loco... Caleb te toco en su cinco sentidos, no lo hicieron una sola vez sino muchas. Él te hizo muchas de cosas deliciosas, especialmente con su lengua. 

Mi piel se eriza al recordar como su lengua acariciaba y jugaba con mi clítoris, fue mi primer… (Caleb me dijo su nombre) sexo oral.  

Sigo media confundida, y más porque al final dijo mi nombre y no el de sus amantes, por primera vez y en todos sus sentidos me llamó al final por mi nombre.  

Me siento rara, pero me hace feliz. 

Talvez Caleb se hago el loco como siempre, pero por lo menos me queda el grato recuerdo de lo bien que la pasamos y la satisfacción de haber escuchado mi nombre y no el de otra.  

Me pongo de pie y camino hacia el baño. Mientras me lavo el cuerpo he visto algunas marcas en mi piel, y la sonrisa se me escapan.  

Salgo del baño, me visto y salgo de mi habitación. Camino hacia el comedor, sonrío al ver a Caleb juntos a Andrés riéndose.  

—Buenos días, mi amor —saludo a mi hijo que ya está bien arreglado.  

—Buenos días, mamá —dice mi niño con un gran sonrisa. Amo verlo sonreír, me hace tan feliz.  

Dirijo mi mirada a Caled y mis ojos ven esos hermosos ojos color celeste agua.  

¡¡Oh, Caleb!! 

Siento mis mejillas arder al recordar como me hizo el oral.  

—Buenos días, Caleb —le doy una sonrisa a boca cerrada.  

—Buenos días —responde con su tono de voz serio.  

¿Qué esperabas Zoe?... ¿Qué te diera un beso?, ¿o te digiera algo lindo?... Deja de hacerte ilusiones, Zoe, después de 5 años de matrimonio, estuvo contigo en su sano juicio, y no puedes negar que la pasaste muy bien. Déjate bobada al esperar algo más de Caleb. 

Ignoro mi subconsciente, me siento y veo el desayuno.  

Cereal con yogur ¡¡¿es en serio?!! 

Laura no trabaja los fines de semana, soy yo la que cocina. Hoy me levante tarde y Caleb no sabe cocinar.  

—Mamá, siempre te ves bella, pero me gusta verte sin lentes porque te ves más linda —aprieto suavemente los cachetes de Andrés.  

—Gracias amor.  

— Papá —lo llama tan feliz.  

—Dime, Andrés.  

—Mama se ve linda, sin lentes, ¿verdad? —él me mira y asiente.  

Siento mis mejillas arder, pero rápidamente desvío la mirada hacia Andrés.  

—Andrés, si ya terminaste de comer, ve a lavarte los dientes que no vamos —ordena Caleb.  

—Voy enseguida. Buen provecho, mamá, papá —Andrés se pone de pie.  

—Gracias. — Dijimos al mismo tiempo.  

Andrés se va corriendo a su habitación. Siento la mirada de Caleb, llena de nervios, lo miro.  

—Debes tener hambre, ya te preparo algo —manifiesto.  

—Gracias, pero no es necesario, porque me llené con el cereal —asiento.  

—... Se puede saber, ¿a dónde van tú y Andrés? —su mirada me hace estremecer.  

—Llevaré a Andrés con mis padres, pasará el día con ellos —manifiesta.  

—Comprendo.  

Se siente incómodo hablar con Caleb; es raro verlo tan tranquilo. Desvío mi mirada e intento agarrar la caja de cereal, pero él me lo gana y me sirven un poco en el tazón.  

—¿Estás bien?, ¿te sientes mal?, ¿te duele algo?, ¿te golpeaste la cabeza? —Él se ríe.  

—Zoe, no me pasa nada.  

—¿Eres un alien que se trasformó en Caleb?  

Es que no encuentro alguna razón para que esté tan diferente hoy.  

—Ves demasiadas películas —me mira divertido.  

Estoy seguro de que no es Caleb.  

Dejo de mirarlo, agarro el yogur y... una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo. Caleb ha puesto su mano en mi muslo y poco a poco la va subiendo más. Lentamente lo miro.  

—Cale... —me besa.  

¿Qué ha pasado?, ¿de qué lado salió el sol hoy? ¿Quién es este impostor? ¿Acaso bebí de más y es efecto del alcohol? ¡¿Acaso me estoy volviendo loca?!  

—Buenos días, Zoe —susurra sobre mis labios.  

Necesito una explicación. ¿Por qué cambio tan drásticamente?  

—¿Te enteraste de que tienes una enfermedad catastrófica?  

—No me pasa nada Zoe.  

Si le pasa algo. Él nunca me ha tratado de una buena manera, ni me ha besado en su 5 sentidos y ahora lo está haciendo.  

—Caleb.  

—Hablamos después, tengo que ir a dejar a Andrés —él besa mis labios y se va habitación.  

Es que no me cabe en la cabeza la actitud de Caleb, es algo ilógico. Nadie puede cambiar tan abruptamente de la noche a la mañana... no es que no me guste la actitud que tiene hoy, es solo que se me hace raro... será porque siempre estuve acostumbrada a ver su mala actitud y el ver como actúa me desconcierta mucho.  

—¡Mamá! —Andrés viene con su mochila donde lleva ropa y juguete.  

—Dime.  

—¿Vas a salir con papá?  

—No, ¿por qué?  

—Papá me dijo que hoy iría donde la abuela yo solo, porque tú y él van...  

—Andrés —Caleb se acerca a nosotros—. Despídete de tu mamá, tus abuelos te están esperando.  

¿Qué le dijo a Andrés? 

—Mamá, agáchate un poco —me pide.  

Me acerco un poco a Andrés y él besa mi mejilla.  

—Nos vemos más tarde mamá.  

—Sabes que tienes que portarte bien.  

—Sí mamá.  

—Es hora de irnos Andrés —Caleb lo toma entre sus brazos—. Ya regreso Zoe —asiento con la cabeza.  

Caleb se va con Andrés... estar así con él se siente extraño, pero me gusta... pero se siente extraño.  

Mejor desayuna Zoe.  

[***]  

Termino de comer, recojo los platos de la mesa y lo llevo al lavabo. Comienzo a lavar los platos.  

¿Qué habrá querido decir Andrés? 

Lavo rápidamente los poco plato, y lo comienzo a se... me sobresalto al sentir sus manos en mi cintura, no necesito ver para saber quien es.  

—¿En qué momento llegaste?  

—Hace unos segundos —sus labios besa mi hombro descubierto mientras sus manos recorren mi cuerpo provocando altas temperaturas en mí.  

No me acostumbro a este Caleb.  

—¿Qué haces?  

—¿Crees que lo de anoche fue todo?... No es así Zoe, te recompensaré estos 5 años y es mejor que vayas haciendo la idea de que vamos a parecer conejos pegados, porque no vas a descansar... te haré gritar mi nombre una y otra vez —susurra con una voz ronca.  

—Caled, no digas eso.  

—¿Por qué?  

—Porque me da pena hablar de ese tema... tú eres tan directo, y es obvio que sabes mucho sobre el tema y yo pues... no tengo la experiencia que tú tienes.  

—Aprenderás, te enseñaré todo lo que sé Zoe.  

Lentamente, me doy la vuelta y quedó frente a él. Muerdo mis labios al ver esa mirada que me hace calentar. Él me besa robándome todo el aliento.  

—Vamos a la habitación, ¿o quieres aquí en la cocina? —me da una sonrisa ladina.  

La cocina es para cocinar... ¿O no...? Definitivamente, tengo que aprender muchas cosas.  

—En la habitación —talvez en otra ocasión si se puede será en la cocina.  

Él me alza, y enrollo mis piernas en su cadera. Tomo su rostro entre mis manos y esta vez lo beso y él corresponde.  

Escucho la puerta cerrase, él sigue caminando, pero se detiene y comienza a descender. Mi espalda toca la superficie cómoda, él corta el beso, abro mis ojos y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación... estoy en la habitación de Caleb; habitación que estaba prohibida para mí.  

—Caleb... —me calla con un beso ardiente.  

No sé qué paso, pero no quiero que vuelvas el antiguo Caleb. Él de la mirada fría, el que no me dejaba tocarlo, el que no pasaba tiempo con Andrés, no quiero que vuelva él... solo quiero que mejore más como padre y esposo, que deje sus infidelidades a un lado, y que seamos felices con nuestro hijo... es lo único que quiero.  

[***]  

—¡¡Caleb!! — Exploto nuevamente del placer.  

Él termina nuevamente dentro de mí y cae a mi lado. — Estoy exhausto —dice con cansancio.  

Pensé que nunca diría esa palabra. Es un alivio porque mi cuerpo ha tenido mucho por hoy.  

Caleb me enseñó algunas cositas más que no sabía, pero ya sé. Mi pecho sube y baja por el cansancio, miro hacia mi izquierda encontrándome con la mirada de Caled.  

—¿Qué pasa?  

—Tus mejillas están roja y tu frente está sudada —él aparta las hebras de cabellos que yacen pegada en mi frente.  

—Creo que es normal después de todo lo que paso —él me da una sonrisa de lado.  

—Debí preguntarte si estabas cansada.  

—Disfrute tanto que me olvide del cansancio —él ríe por lo bajo.  

Con mi mirada indagó su rostro, comienzo desde sus ojos hasta torso desnudo. Desde muy niña lo amé, siempre iba a su casa solo para contemplarlo, amaba y amo verlo.  

Quiero hacer algo, pero tengo miedo de ser rechazada. Es que tengo miedo de que en cualquier momento vuelva el antiguó Caleb.  

—Caleb.  

—Dime.  

—¿Puedo abrazarte? —Él asiente.  

Me acerco a él y me recuesto en su pecho. Acaricio sus pectorales lentamente... él me acerca más a su cuerpo y comienza a acariciar mi cabello. Mi corazón se pone muy sentimental, siento como las lágrimas ruedan por mis mejillas por sí sola. 

—¿Por qué lloras? —pregunta y siento preocupación en sus palabras.  

¿Por qué lloro?... Por qué es la primera vez que tengo una muestra de afecto por parte de él.  

—Me llené de nostalgia.  

—Zoe... intentémoslo —me incorporo de un solo en la cama.  

—¡¿Qué?!  

—Intentemos ser una verdadera familia —comienzo a llorar como magdalena.  

Siempre he querido escuchar esas palabras, siempre he querido que lo intentáramos.  

—¿No me volverás a hacer infiel?  

—No, Zoe —siento como si mi corazón volviera a la vida.  

—Está bien Caleb, vamos a intentarlo —él limpia mis lágrimas y me pega a su pecho.  

—Caleb.  

—Dime Zoe.  

—Te amo.  

Lo miro a los ojos y él me da una linda sonrisa y me besa.  

Me siento muy feliz. Después de esperar 5 años llegó el momento. Daré lo mejor de mí para ser una bonita familia que desborde amor.




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