¿y si no te vuelvo a ver?

Capítulo 1: Primer rechazo

El cielo estaba nocturno, las calles silenciosas, aunque había gente andando por todos lados nadie parecía tener algo que decir. Un día tan común que la mayoría borraría de su memoria como sin nada. Pero para Adrián era diferente su corazón se apretaba a su pecho y en el cielo nocturno no veía solo oscuridad, veía las luces de las estrellas qué esperaban lo que estaba por decir. 

Lizeth suspiro en silencio, miraba sus manos y sentía sus pies estancados. Observó con ternura al sudoroso chico frente a ella y deseo de corazón que este fuera feliz. Más al verlo abrir sus labios, tembló ante el miedo de las palabras que estaba por pronunciar pues éstas  ñpondrían una guillotina entre los dos. 

-Me gustas y es que te amo - Dijo Adrián después de reunir todo el valor que pudo, apenas y se lograba sostener de sus piernas temblorosas 

Lizeth deseó estar en cualquier otro lugar, que todo esto terminara rápido. Pero lo que más deseo es poder corresponder a los sentimientos de aquel chico que ponían su imagen en sus ojos llenos de esperanza. Pero era un deseo inútil, no podía mentir en su corazón ya había alguien. 

-Lo siento, no puedo quererte, estoy con él - Respondió sin poder alzar el rostro 

-¿Lo amas? - Le cuestiono con dolor 

-Yo... No lo se

Lizeth había tenido varios problemas con su pareja últimamente, ya que corrían rumores de que este le era infiel. Todos conocían sobre esos chismes, incluido Adrián. 

-¿Eres feliz a su lado? 

-No se Adrián, estoy confundida, no soy tonta conozco lo que dicen de él, pero aun así no puedo simplemente dejarlo 

-¿Eres feliz? 

Lizeth no respondió, permaneció muda como si todo a su alrededor perdiera color. 

-Liz, me has gustado desde que te conocí, no puedo sacarte de mi mente, eres mi primer pensamiento y el último antes de dormir, ya no puedo estar sin ti-Dijo desesperado Adrián 

-Ay, Adrián - Sonrió con tristeza la joven 

-Soy un tonto, por no haberme dado cuenta de lo importante que eres para mi desde el primer momento - Se excuso Juan

-Es difícil para mi, verte con nuevo ojos Adrián, todo este tiempo te trate como amigo hasta el punto que te volviste en una persona importante, tu me escuchas, me haces reír y velas por mi, no quiero perderte... Pero no puedo mentirte 

El corazón de Adrián tembló, sentía la llegada de un final inevitable. 

-Lo siento Adrián... Yo solo lo siento 

Lizeth le dio la espalda y se fue corriendo, Adrián quiso alcanzarla, pero algo lo detenía, un dolor agudo que apretaba su garganta. 

-Fui rechazado - Se dijo a si mismo, las lágrimas querían salir pero no lo hicieron 

Camino a casa entre las calles más solitarias qué encontró. No quería ver a nadie, no quería que vieran su cara de derrota. Se sentó en una banca y trato de descansar, todo su cuerpo se sentía pesado a pesar de que no había hecho nada para gastar tanta energía. Pero sus ánimos estaban por los suelos. 

Trato de fumar un cigarrillo, pero su mano temblaba apagando la llama del encendedor. Miro al cielo pero ya no encontró las estrellas. En eso alguien alzó una llama para encender su cigarrillo. 

Había una, chica de pálido rostro de gafas y chaqueta de cuero con una cigarrillo en la boca. Adrián se acercó para encender su cigarro con la llama qué la chica le ofrecía. Después de varios torpeza intentos no logró encenderlo. 

-Eres bobo ¿Verdad? - Pregunto la desconocida en forma de burla 

-Bueno yo... 

Adrián sentía la garganta seca y el dolor en su pecho aun le pesaba. La chica suspiro y le arrojó el encendedor. 

-Supongo que eres de los tímidos, tómalo enciendelo tu solo - Dijo despreocupada 

Adrián por fin logro prender el cigarro, dio una gran calada y trato de alejar la melancolía. Estaba a punto de devolver el objeto a la mujer, cuando esta grito de la nada. 

-¡Oh por dios! Se me va el camión 

La joven salio corriendo para alcanzar un autobús amarillento qué daba vuelta por un cruce. Adrián corrió detrás de ella. 

-¡Oye tu encendedor, se te olvida! - Le gritó 

-Luego me lo das-Vocifero la joven corriendo a duras penas y arrojando su cigarrillo al suelo para no sofocarse más 

-Pero... ¿Y si no te vuelvo a ver? - Pregunto Adrián 

Fue entonces cuando la chica se detuvo y le dirigió una extraña sonrisa como si se burlara y al vez le guardará un misterio. 

Adrián vio partir el autobús como si se dirigirá a un cielo estrellado qué alumbraba en la lejanía. 




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