Lo que más quisiera

Esta sentado en la banca del parque, lo veo y sonrío porque se que esta ahí esperándome pero...¿me seguirás esperando cuando me vaya?

Se da cuenta de mi presencia y sonríe, se levanta y me abraza, adoro esta seguridad que me brindan sus brazos, pero,  algún día ya no lo sentiré más, no lo abrazaré más, y él no lo sabe.

—¿Estás lista? hay que tomar el metro y estas maletas pesan mucho —dice sonriendo ilusionado. 

—Vamos. —digo, mientras un nudo crece en mi garganta

Empezamos a caminar tomados de la mano, esa mano que ya no me brindara su calor, su fuerza. Llegamos a la estación de metro y abordamos el que nos llevara a nuestro lugar en el mundo.

​​​​​​... 

Llegamos al hotel en la noche. Lo veo nervioso, sé que quiere decirme algo importante, y sé que me propondrá algo importante. Lo sé porque, lo seguí a la joyería, pero, lo que no sé es como decirle, como explicarle que no podremos estar juntos, nunca. 

—Vamos a la playa. —me toma de la mano y me lleva con él, intento sonreír pero, sé que esa sonrisa no me llega a los ojos y él no lo nota porque su felicidad llena todo vacío.

Llegamos a la playa, nadamos un rato, me toma en sus brazos y lo beso, como si fuera la ultima vez, porque con todo el dolor de mi alma, lo es.

Salimos de la playa y casi corriendo subimos a nuestra habitación, las personas se nos quedan viendo como diciendo "ya no aguantan" y de hecho no, ya no podemos esperar, él me necesita, yo lo necesito,  lo demás no importa.

Me toma de la cintura y yo enrosco mis piernas en su cadera. La intensidad del beso aumenta, lo tomo del cabello para unirnos más, me recuesta sobre la cama y se posiciona encima de mí, lo demás es un secreto entre él y yo.

​​​​​​... 

—¿Amor, alguna vez te dije que mi corazón siempre sera tuyo? —dice. 

Me acerco más a su cuerpo, él me abraza y me rodea sobre su pecho. Quisiera quedarme así toda la vida, y eso no seria un problema ahora.

—Sabes que tu corazón y el mío, son uno solo —digo, y decirlo me parte el alma.

—Andy, yo te amo...y quiero que esto sea para siempre, no me importa si tu familia me odia, tal vez no puedo darte lujos pero...sí mi corazón y con todo y cadena para que veas como me tienes de atrapado. —dice y mis lágrimas salen sin permiso alguno —. Casate conmigo y demostremosle a todos que su opinión nos importa un carajo. —sonrie 

Saca una cajita verde (sabe que es mi color favorito) y me enseña un collar plateado con un dije en forma de corazón,  ese que me esta dando sin reparo alguno.

—¿Aceptas? —pregunta

Me está dando el corazón en la mano, mis lágrimas salen y el sonríe, porque piensa que son de felicidad.

—No, ya no te amo...—digo y con esas palabras, mi mundo se derrumba, para mi sorpresa él sonríe. 

—No, es en serio Andy, no estoy bromeando. —me toma la mano y me suelto violentamente

—no, yo estoy hablando en serio, Liam, yo ya no te amo. —digo

Veo la confusión en sus ojos, y el dolor que asoma de ellos

—Acabas de decirme que me amas, acabamos de hacer el amor como nunca antes ¿por qué...? 

—Mentí, siempre me dijiste que era una niña caprichosa de mami y papi que juega con todos solo, por tener dinero pues... Eso fuiste —¿Qué estoy diciendo? Por qué? —. Un juego, pero todo juego acaba cuando se pone difícil, y el matrimonio es una tontería a la que no me voy a someter, y menos con un pobre tonto como tú. —termino y su cara demuestra dolor, decepción, furia, muchas emociones contenidas y ninguna muestra la felicidad de hace rato.

—fui un idiota. —las lágrimas salen de sus ojos grises, gris como el día, como mi alma, como todo a mi alrededor —. Espero y te hayas divertido con este pobre tonto. —lanza el collar al suelo, toma su ropa y sale hecho una furia de la habitación.

Era necesario dejarlo ir, que sea feliz... y aunque no sea conmigo, porque yo no voy a darle nunca esa felicidad. 

Perdón amor, algún día lo entenderás.