Capítulo 2

Hoy es 14 de febrero, día de los enamorados, ya pasamos todo el día juntos. Ya reímos como nunca y te bese en cada ocasión que pude, me dijiste que no querías que me viera alguien. Alguien como mi papá... Pero te respondí que lo que él pensara ya no me importaba. Porque tú eres la persona más importante en mi vida, por la que lucharé siempre...

Recuerdas cuando al despertar ese día me dijiste que querías hacer un pastel conmigo... !Por Dios,! Fue un caos, la cocina de tú casa terminó con harina por todos lados, el chocolate terminó secuestrado por tú hermano Julio.

Como nos reímos cuando al meter la mezcla al horno y al sacarla, nos dimos cuenta de que faltó el polvo para que esponjara, nos quedó tiezo y tú te burlaste de mi... Sin piedad, al darte cuenta que yo fuí el que lo olvidó. 

Aún recuerdo como fue que tú mi querido Temo, corriste a llamarle a mi tía Blanca para que nos ayudara. Y lo hizo !Guau! No lo podíamos creer, era el mejor pastel que habíamos probado en nuestra vida.

Bueno como siempre soy algo exagerado, es que... Te... TE AMO COMO LOCO...

Y todo lo que hagas con ayuda o sin ella, para mí siempre será lo mejor. 

No te dije pero a mí no me gustan las cosas dulces, sin embargo por ti amaba ese pastel y más al ver todo lo que hiciste porque saliera perfecto, fue un mangar...

Mi tía se reía cuando decía que estaba delicioso, pero es que ella sabía mi secreto, que solo... todo lo que tú haces me llena de felicidad.

Ahhhh! Y también la ropa que me escoges cuando salimos a pasear, te esmeras porque me vea muy bien. Como me encanta que al final del día te arrepientas y terminas enojandote contigo mismo. Porque sientes que termino llamando la atención de todas y todos. Tus celos son hermosos, tú rostro te delata.

Pero eso es porque no sabes que a quien miran en realidad es a ti, siempre a sido así...

Eres guapo, amable y al sonreír, sonríes con tanta sinceridad en tus labios que enamoras, hasta al más frío corazón...

En alguna ocasión te dije... Pero me tomaste a loco, y un imbécil se te acercó. Te lo dije. Ellos solo voltean a verte. Te protegí pero... tú me reprendiste y aunque estabas molesto sonreí. Y volviste a decirme lo tanto que me amas. Y qué no puedes vivir sin mi...

Lo siento... En verdad lo siento... Pero yo soy el que no puede vivir sin ti...

Si despiertas y me miras, e incluso si me dices que odias todas estas malditas historias que te cuento día a día. !Cada maldito día que no estás despierto!

Añoro con el alma tú regreso... Temo...

No me perdones por no decirte que me enamoré de ti...

No me perdones por no decirte que te extraño cada maldito día...

No me perdones por no acompañarte a la casa de campaña...

No me perdones... Porque si lo haces sentiré que mi vida solo te pertenece a ti...

Y no me perdones, porque si lo haces juro que viviré estando a tú lado para siempre...

Solo despierta y no me perdones...

Porque moriré a tú lado si nunca vuelvo a escucharte sonreír...

Aristóteles lloraba mientras tomaba la pálida mano de Temo, el cual por un momento movió sus dedos. Algo casi imperceptible. Pero... Aristóteles no se dio cuenta.

Para él, era un maldito día como tantos, con una maldita historia que le contaba al amor de su vida, mientras...

Dormía...