La foto temblaba en mis manos. El mensaje en el reverso —"Cuida de mi hijo. Tu hermano, Alistair."— cambiaba todo lo que creíamos saber. Alexander miraba sobre mi hombro, su rostro pálido por la revelación.
"—¿Hermano?—" susurró— "—Mi padre nunca mencionó tener un hermano—."
El diario que Clara había dejado atrás contenía la verdad. Páginas y páginas de la letra de Alistair Blackwood, detallando una historia que none de nosotros podría haber imaginado.
Alistair no era hijo único. Tenía un hermano menor, Jonathan Blackwood, a quien la familia había repudiado por sus "ideas radicales" y su negativa a participar en los negocios turbios de la familia. Jonathan era todo lo que Alistair quería ser: libre, idealista, y dispuesto a desafiar el legado corrupto de los Blackwood.
"—Mira esto—" dijo Elara, señalando una entrada específica— "—Alistair estaba trabajando con Jonathan para exponer los secretos de la familia. Juntos crearon un plan—."
El plan era ambicioso. Alistair, desde dentro, recopilaría todas las pruebas de las actividades ilegales de la familia. Jonathan, desde el exterior, prepararía la revelación pública. Pero algo salió mal.
"—Eleanor descubrió el plan—" continué leyendo— "—y usó eso para manipular a Alistair. Amenazó con hacerle daño a Alexander si no cooperaba—."
Alexander se dejó caer en una silla antigua. "—Por eso mi padre...—" no pudo terminar la frase.
"—No—" interrumpí— "—lee esta parte—." Señalé una página posterior— "—Alistair pretendió ceder, pero en realidad redobló sus esfuerzos. Sabía que era la única manera de protegerte—."
La entrada más impactante era la última, escrita el día antes de su muerte:
"Jonathan me advirtió. Cree que Eleanor ha descubierto nuestro plan verdadero. Si algo me pasa, él se encargará de Alexander. Confío en mi hermano. Él es la única persona que sabe toda la verdad."
Elara tomó la foto. "—El mensajero que te entregó la carta el primer día—era Jonathan—."
Todo encajaba. Jonathan había estado observando desde las sombras, tratando de proteger a su sobrino y exponer la verdad. Su aparición como mensajero había sido una manera de evaluarme—de ver si era lo suficientemente digno de confianza para resolver el caso.
"—¡El protocolo!—" recordó Alexander de repente— "—¿Lograste detenerlo?—"
Elara asintió. "—Sí, pero no antes de que Clara escapara con... lo que sea que tenía en esa maleta—."
Examinamos la cámara donde Clara había desaparecido. El dispositivo de transporte era tecnología avanzada—claramente uno de los inventos de Mcina que Clara había modificado para sus propios fines.
"—Puedo rastrear la coordenada de destino—" dijo Elara, examinando los controles— "—pero necesito tiempo—."
Mientras trabajaba, investigamos la maleta que Clara se había llevado. Según los registros del dispositivo, contenía "esencias genéticas primarias"—muestras de ADN de todos los descendientes directos de Mcina.
"—¿Por qué querría eso?—" preguntó Alexander.
La respuesta llegó de la manera más inesperada. Una figura emergió de las sombras—el mismo mensajero de la foto. Jonathan Blackwood.
"—Porque el verdadero poder de Mcina no está en el oro o la tecnología—" dijo con voz calmada— "—sino en su sangre—."
Jonathan explicó que Mcina había sido más que una inventora—era una visionaria genética. Su mayor logro no eran sus máquinas, sino una modificación genética que permitía habilidades extraordinarias—memoria perfecta, envejecimiento ralentizado, y una conexión única con la tecnología que creaba.
"—Clara quiere reactivar la modificación en sí misma—" explicó Jonathan— "—pero necesita las muestras originales para estabilizar la fórmula—."
"—¿Y usted?—" pregunté— "—¿Por qué no nos dijo la verdad desde el principio?—"
"—Porque necesitaba estar seguro—" respondió— "—seguro de que podían manejar la verdad. Seguro de que no eran como los demás—."
Mientras hablábamos, Elara hizo un descubrimiento impactante. "—La modificación genética... no es estable—" dijo— "—Mcina la detuvo porque causaba locura en los sujetos de prueba. Clara... debe saberlo—."
Jonathan asintió gravemente. "—Por eso Alistair y yo intentamos detenerla hace veinte años. Pero ella... nos superó—."
Fue entonces cuando las piezas finales encajaron. Clara no era solo la bisnieta de Mcina—era la primera sujeto de prueba exitoso. Por eso había envejecido tan lentamente. Por eso conocía todos los secretos.
"—¿Dónde está ahora?—" pregunté.
Elara terminó de calcular las coordenadas. Su rostro palideció. "—Está yendo al lugar donde comenzó todo—al laboratorio original de Mcina—."
Jonathan maldijo. "—El lugar bajo el acantilado. Donde todo empezó—."
Mientras nos preparábamos para seguir a Clara, Jonathan me tomó del brazo. "—Hay algo más que necesita saber—" dijo seriamente— "—Alistair no fue asesinado por Eleanor—."
La revelación nos dejó sin aliento.
"—Fue Clara—" continuó— "—Eleanor solo limpió la escena. Alistair había descubierto que Clara estaba viva y que planeaba reactivar la modificación—."
Alexander parecía al borde del colapso. "—¿Mi tía... mató a mi padre?—"
"—Para proteger su secreto—" confirmó Jonathan— "—y porque Alistair había encontrado la cura para la locura que la modificación causaba—."
Elara mostró la pantalla. "—Tengo la ubicación. Pero... hay algo extraño—."
En el mapa, además del laboratorio bajo el acantilado, aparecía otra señal—una que se movía rápidamente hacia nosotros.
"—Es Vance—" dijo Jonathan— "—Se escapó. Y viene armado—."
En ese momento, las puertas de la cámara se abrieron de golpe. Vance estaba allí, pero no estaba solo. Detrás de él, una docena de figuras encapuchadas con el símbolo del cuervo destrozado.
"—Parece que la reunión familiar se cancela—" dijo Vance con una sonrisa siniestra— "—El legado de Mcina será mío—."
Pero entonces, algo inesperado ocurrió. Jonathan dio un paso al frente y removió una máscara facial—revelando que no era un hombre mayor, sino alguien mucho más joven.
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Editado: 28.08.2025