Yo no fui, Fue el gato. [pausada]

Mañana de amargura

Mirar el blanco de la pared del techo no iba a solucionar nada y no haría que me desapareciera, aunque así lo quisiera; agarro mi teléfono otra vez y solo habían pasado tres minutos desde la ultima vez que vi la hora, eran las 5:18 y solo había dormido cuatro horas, y eso pintaba el panorama aún más catastrófico porque el no dormir mis horas completas me hacía enojar por cualquier cosa.

El maúllo de Botas se escuchaba cerca, me volteo en mi cama y lo veo parado en la puerta mirándome.

— No me mires, suficiente tengo con mi conciencia. — lo señalo y pongo mi mano sobre mi cara intentando no gritar.

Siento como botas se sube y se apodera de mi cama, se acuesta a la altura de mi pecho y lo único que hago es abrazarlo.

— Si soy mamá del gatito más travieso que existe, ¿Que me impide salir y darle la cara a ese niño rico? — le acaricio el lomo — Sería más fácil si pudieras hablar.

Le recrimino sabiendo que no es su culpa.

Lo que tenía que hacer era esperar un mensaje o una llamada de parte de él, me había quedado claro que mis datos “personales” fueron entregadas a él, pero la espera me mataba y el no saber como sería o como se comportaría me frustraba aún más.

Solté a Botas al escucharlo maullar por apretarlo con un poco más de fuerza y seguí con el proceso de acariciarlo.

— No debería de preocuparme — me senté — Si no lo recuerdo es porque no pasó, además son unas vacaciones merecidas después de todo… — volteé a mirar a Botas — Mami se dará vacaciones merecidas, aunque esté de niñera, podré sobrevivir a esto.

Volví a acostarme y Botas se subió en mi abdomen, vuelvo a mirar la hora y solo había pasado nueve minutos.

— Mejor me levanto — puse a un lado al gato y salí con dirección al baño.

Me miré en el espejo y me di ánimos, no debería de estar preocupada, no he hecho nada malo solo le enseñaré la ciudad y después cada quién por su lado. Pongo mis manos encima del lavador y doy un respiro profundo.

Me doy una larga ducha, me cepillo los dientes, y solo me pongo un top y un pantaloncillo corto, cuando salgo de mi cuarto camino hacia habitación donde se está quedando Lilian, abro despacio y está boca abajo mirando su teléfono muy concentrada y no se percata de mi presencia y tampoco quiero interrumpirla así que cierro la puerta despacio.

Preparo mi desayuno y Botas está sentado en el piso mirando todos los movimientos que hago.

— Si quieres comer debes de pedirlo — le sirvo sus croquetas y agua.

Reviso mi teléfono y no hay ni un mensaje ni llamada. Camino hacia el mueble con mi tazón de cereal, me siento y enciendo el televisor y lo primero que sale son las noticias.

Comienzan a hablar sobre el pronóstico del tiempo y algunas noticias referente a los asaltos y delincuencia de la ciudad, algo común y pan de cada día.

Cambio de canales y me detengo en uno donde están dando Friends, me quedo mirando los cuatro capítulos que sintonizan cuando termina miro y faltaban veinte minutos para las siente.

—¡Shit! — me levanto a tropezones — Me hago tarde.

Dejo el tazón en el lavabos y corro hacia mi habitación, saco la ropa que me pondré y cuando me miro al espejo me doy cuenta que no me gusta como me queda, me desvisto y busco algo ligero, mi ropa vuela en mi habitación buscando algo adecuado.

— Si esa es la vista de todas las mañanas yo me quedo a vivir contigo — le doy una mala mirada y sigo con mi tarea. — ¿Qué estás buscando?

— Algo ligero que ponerme — contesto sin mirarla.

— Algo ligero, tierno y a la vez sexy — volteo a mirarla, está acostada en la cama con las piernas cruzadas y cierra los ojos ligeramente, está pensando.

— Algo li-ge-ro — me siento en el piso. — ¿Por qué hago tanto drama de que ponerme? — hablo para mí misma.

— Lo mismo me pregunto yo, pero eso tiene una respuesta clara que no la diré. — se para y camina hacia mi closet.

La miro como busca en los cajones de la izquierda y saca unas zapatillas de plataforma.

— Esto servirá y esto — saca una falda corta con pliegues color celeste — Quita esa mirada, te verás muy tierna.

— No — me levanto — No y no.

— Bueno, entonces esto — volteo y en la mano derecha tiene un vestido floreado. — Si te pones a pensar esto es mejor que la falda y te queda divino.

Tira al suelo la ropa que estaba encima de mi cama y deja el vestido floreado encima de esta, saca unas sandalias y hago una mala cara porque eran de tacón e iba a doler.

Sale del cuarto y me deja sola con el desastre de mi cuarto y había un minino acostado en la cama mirándome.

— Deja de mirarme así, no hay ni una razón oculta en esto — me meto en el vestido y me pongo las sandalias — creo que esto lo cambiaremos.

Botas maúlla y volteo a mirarlo, cierra los ojos y los vuelve abrir.

— Ay niño, si supiera hablar gatuno no estaríamos en estos problemas — le regaño.

Busco unas zapatillas lisas color blancas, hacía juego al vestido ya que la falda era color negro con flores blancas y arriba era color negro entero con mangas cortas y en el filo de este el mismo diseño de la falda. Inhalo y exhalo me doy palmaditas en la espalda y me animo a salir, abro la puerta de la habitación, cuando pongo un pie afuera me regreso otra vez.

— El maquillaje — me recuerdo.

Me maquillo como siempre y no aumento nada. Me hago una cola y saco unos mechones. Sonrío ante el espejo y cierro los ojos.

— Buena suerte bonita, mamá vendrá temprano hoy — miro donde se encontraba Botas, pero ya no está, seguro estará en la cocina.

Cuando salgo Lilian está con naranjito sobre el mueble mirando la noticia.

— ¿Se quedarán? — Lilian es la primera en mirarme y hace una mueca cuando se da cuenta que llevo zapatillas en ves de lo que había designado. — No quiero quejas y si es que se van déjale llenando su plato de croquetas a mi bebé.

Volteo hacia la salida y mi teléfono vibra, lo saco y era un mensaje de un número desconocido.




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