Me quedé mirando unos segundos a Miranda, tratando de saber si la había visto en algún lado, ella también me miraba y me reconoció muy fácil.
—Princesa Jessie— Hizo una reverencia.
—No es necesario la reverencia— Sonreí.
Sus ojos fueron de mi a Nathaniel.
—Cuatro días, Nathaniel…— Dijo ella cruzando los brazos.
—Puedo aguantar más— Nathaniel dio pasos hacia delante para quedar a mi lado.
—No lo creo…
—No quiero sonar entrometida, pero ¿Qué pasa?
Miranda suspiró.
—Nathaniel piensa que puede sobrevivir sin alimentarse.
«¿Qué?» pensé, mire a Nathaniel quien se encontraba mirando a un lado.
—¿Te quieres morir?— Pregunté en broma.
—Es complicado de explicar, supongo— Respondió él en un tono bajo y mirando hacia abajo.
—No tengo todo el día Nathaniel— Dijo Miranda acercándose a Nathaniel —Natalya fue específica conmigo, me pidió que te insistiera hasta que te alimentaras hoy, y no tengo ganas de insistir así que por favor, deja de ser terco.
Era directa, eso me sorprendía, me pregunto cuántos años tiene Miranda, no se ve de mi edad aunque sea de mi tamaño, se ve un poco más adulta que yo.
Nathaniel me dedicó una mirada y luego tomó a Miranda de un brazo y se alejó un poco con ella, no dije nada, no me correspondía decir algo por más que quisiera. Todo fue muy rápido y de mala gana, Nathaniel habló con Miranda y por unos segundos parecía que discutían o algo así; él dudo una y otra vez y aunque no quería, al final se alimentó, fue de mala gana, se notaba. Miranda me dedicó una última mirada, una mirada fría y empezó a alejarse, eso fue raro. Nathaniel se acercó a mi.
—Eres muy terco Nath— Dije.
—No es que sea terco, es que— Miro hacia abajo —Siempre me ha incomodado mi alimentadora, entonces trato de evitarla.
—¿Y eso por qué?
—No lo sé, siento qué hay algo en ella que no es normal, y a veces actúa raro cuando estamos a solas.
—¿Por qué no le preguntas?
—Me da pena— Me miró.
—Un vampiro cruel, terco y encima le da pena preguntar, nunca había visto eso.
—Me siento ofendido— Nathaniel fingió dolor.
—No te ofendas— Me di la vuelta —Tú sabes que es así.
—¿A dónde vas?
—Hay un río por aquí cerca, voy ahí a veces a pensar.
—¿Te acompaño?
—Si quieres— Empece a caminar, Nathaniel me siguió.
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Tranquilidad…
Esa era la palabra que usaría para describir este momento. Me encontraba sentada en el suelo en la orilla del río, Nathaniel estaba a mi lado, ninguno decía nada. Yo miraba al cielo, como todas las veces que me quedaba sola con él; mientras que Nath simplemente sumergía sus manos en el agua.
—¿Por qué no fuiste al desfile real?— Nathaniel interrumpió el silencio.
—No me gusta, además, tenía que estar ahí con Jhon.
Silencio.
—¿Caroline sigue con lo mismo?
—Todo el tiempo, sus planes nunca van a cambiar.
—Que cruel vida tienes Jessie— Soltó una risita.
—Tú lo has dicho.
—¿Tú color de cabello es natural?— Cambio de tema —Siempre he tenido la duda.
—Pues sí, parece falso, pero si.
—Es raro, nunca vi a algún humano con el cabello azul— Se rió.
—No te diré nada— Dije poniéndome de pie.
—¿Te vas?— Nathaniel hizo lo mismo.
—No, solo que ya me canse de estar sentada ahí.
Hubo silencio por un rato, ya no sabía qué decir y supongo que Nathaniel tampoco, como siempre, miraba al cielo, quizás haciéndome preguntas en mi mente o simplemente perdida.
—Creí que ibas a tenerle rencor a los vampiros— Nathaniel volvió a romper el silencio, como siempre.
—¿Por qué?— Seguí mirando al cielo.
—Pues, un vampiro mató a tu padre.
—No soy rencorosa, además eso ya es cosa del pasado— Lo mire —El vampiro que mató a mi padre está muerto, así que, rencor no tengo y si lo tuviera, no lo mostraría.
—Eso me sorprende— Nathaniel me mira y sonríe.
—Todo te sorprende Nathaniel— Me reí.
—No me culpes, son cosas que no esperaba.
—Te creo.
Volví a mirar al cielo, no me sorprendió sentir la mirada de Nathaniel sobre mi.
—¿Qué tanto me miras?
—¿Está prohibido mirarte o qué?— Respondió él con un tono burlón.
—No dije eso bobo.
—No es mi culpa que sea imposible no mirarte cuando tienes unos ojos tan bonitos.
—¿Qué?— Lo miré un poco sorprendida.
—Lo que oíste— Él sonrió, dejando a la vista uno de sus colmillos.
Me quedé mirando a Nathaniel fijamente a los ojos, él acercó su rostro al mío y sin previo aviso me beso, fue repentino, pero me dejé llevar. Nathaniel me besaba con desesperación y yo intentaba seguir su ritmo, envolví mis brazos en su cuello y el rodeo mi cintura con sus brazos, profundizando el beso. Aleje un poco mi rostro interrumpido el beso, él pasó su mano lentamente por mi mejilla y yo lo mire a los ojos y no sé si estaba loca, pero el rojo de sus ojos se veía más intenso.
—Voy a fingir que no vi lo que acabo de ver— La voz de Arya me hizo reaccionar y romper todo contacto físico y visual con Nathaniel.
Di algunos pasos hacia atrás, Nathaniel y yo miramos a Arya, ninguno de los dos dijo nada, sentí como mis mejillas se enrojecen, me sentía algo tonta.
—Necesito una explicación o voy a sacar mis propias conclusiones y chillar como loca— Arya cruzó los brazos.
—No se…— Fue lo único que dije, ¿Dónde demonios estaba mi voz?
—Hagamos como que tú no viste nada, de acuerdo Arya?— Dijo Nathaniel, se escuchaba nervioso.
—De acuerdo, no he visto nada— Ella se rió.
—Creí que estabas en la convivencia o el desfile— Dije al fin.
—No te vi y me pareció aburrido, le pregunté a Caroline donde estabas, vine a buscarte y pues, me topé con ustedes dos—
—Si ya sabemos, estuvimos aquí— Nathaniel interrumpió a Arya.
Arya me miró y luego se acercó a mí, me tomó de un brazo.
—Danos un momento vampiro cruel— Nos fuimos alejando un poco.