Madre del ex líder vampiro
KEISHA
Abrumada, estresada, confundida.
Así me sentía en estos días. Han pasado casi más de diez años desde que él se fue de este mundo y ocho años en los que me he ocultado y buscando al único hijo que Kevil se digno a tener en sus siglos de vida, nunca creí que sería tan difícil y complicado buscar a alguien que nunca conocí.
Mi única fuente de información, o al menos eso creo, está desaparecida: Nayrish. No se donde está o qué pasó con ella, pero algo si se: era la persona más cercana a Kevil, así que tengo que suponer que quizás ella sabe quien es y dónde está el muchacho este que busco.
Estaba a las afueras del lugar donde me ocultaba, la brisa nocturna me recibía y movía mi largo pelo blanco a un lado.
—Keisha…— Me llamó esa voz que a veces me estresa.
—Satcha…— Respondí en un tono bajo —¿Lograste encontrar algo?
Digamos que Satsha es mi mano derecha, me ha estado ayudando por años a buscar al hijo de Kevil, aunque siempre ha sido complicado, ahí está ella, ayudándome en todo.
—Nada, es difícil encontrar respuestas cuando hay límites.
—¿Te vieron?— Pregunté.
—Por ahora no— Suspiro —Keisha, ¿Por qué no das la cara? Nos ha tomado demasiado tiempo encontrar a un vampiro que nunca hemos visto.
—Si aparezco como si nada van a querer interrogarme, y no estoy lista para aguantar a vampiros con curiosidad, además, no quiero ser líder temporal, el pueblo vampiro quiere al descendiente de Kevil.
—Si, pero los no se sabe nada de él, y el pueblo vampiro tiene casi diez años sin nadie al mando, no creo que sea bueno que sigan así.
—¿Y qué quieres que haga?— La mire —¿Que encuentre mágicamente a ese niño?
—¿Niño?
—Kevil lo tuvo unos años antes de la guerra, así que debe tener de catorce a dieciséis años.
—Ahora que lo pienso… ¿Con quién demonios Kevil tuvo a ese muchacho?
Eso no lo había pensado… Kevil solía ser muy reservado, incluso conmigo que yo era su madre, pero él nunca nos dio a conocer, y si tengo buena memoria, nunca vi en él sentimientos como amor o estando con alguna mujer; como sea, mi objetivo es encontrar a su hijo, no a la persona con quien lo tuvo.
—Es una buena pregunta, pero no es cosa que me importe— Volví a mirar al frente, con mis manos unidas detrás de mi espalda.
—Keisha…
—Mira Satsha— Camine hacia ella —Si tú quieres buscar a la madre del hijo de Kevil, hazlo, pero no te ayudare— Le pase por un lado.
Ella suspira.
—Quizás mañana me infiltre en el pueblo humano.
—Si estás mal de la cabeza, te creo.
—Solo es para sacar un poco más de información, el hijo de Kevil vive ahí.
—Si sabes que no eres inmune al sol aun estando en tu forma humana verdad?— Me detuve. Satsha es una convertida antigua y por alguna razón que desconozco, conserva su forma humana y puede adaptarse a ella cuando quiera.
—¿No conoces el hechizo vampírico de protección solar?
—Si esto sale mal, no digas que no te lo advertí— Empecé a caminar —Nos vemos después Satsha.
Empecé a alejarme, Satsha a veces era terca, por más que le advierta las cosas nunca hace caso, eso me molesta de ella.
SATSHA ROUSHELL
Había olvidado lo incómodo que es estar en mi forma humana. Casi era el amanecer así que decidí salir temprano para llegar al pueblo humano donde estaba el vampiro que buscamos. No se como se llama ese lugar, solo se que ahí está la reina humana Caroline, la mujer cuyo esposo fue asesinado por Kevil en la guerra.
Nunca me interesé en la guerra y aún así participé en ella, saliendo casi muerta, pero bueno, valió la pena que digamos. Viajar en bote nunca había sido lo mío, me da miedo desde que soy pequeña, pero en ciertos casos, el miedo es irrelevante.
—Nayrish…— Dije en voz baja.
Keisha cree que ella sería nuestra fuente de respuestas por ser la persona que fue más cercana a Kevil, pero no se sabe su paradero, desde que Kevil murió, ella desapareció sin dejar rastro, es extraño. Admito que he intentado buscarla, pero es imposible encontrarla.
El amanecer empezaba, el sol salía poco a poco y por suerte, supe usar bien el hechizo, de lo contrario iba a morir aquí.
Tarde dos horas en llegar, salí de mi bote y en ese a caminar sin rumbo, el lugar donde estaba era un bosque y era gigantesco me imagino. No sabía ni cómo empezar mi investigación, es algo complicado adaptarse rápido a algo.
A lo lejos vi a alguien, desde larga distancia pude ver que estaba sola y estaba cantando, estaba sentada en un tronco de árbol caído y sostenía un libro, examiné a la chica mientras me acercaba a ella, supe quien era de inmediato por la corona que portaba en su cabeza: la princesa de este pueblo.
Al principio me dio miedo hablarle, oí de ella una vez, ¿Como se llamaba? ¿Jeisy? ¿Jenny? ¿Jessica? No lo recuerdo.
—Disculpa, buenos días— Hice una reverencia formal.
Ella levantó la vista, sus ojos de diferente color captaron mi atención, hace mucho que no veía a alguien así.
—Buenos días— Ella sonrió —¿Estás perdida?
—Algo así— Mentí.
—Oh, qué pena— Ella se puso de pie —No te había visto antes.
—No salgo mucho, un gusto, soy Sara— Respondí. Sara era mi nombre de humana, el nombre que abandoné para llamarme Satsha.
Estuve un rato hablando con la chica, Jessie se llama, descubrí que, aún siendo la princesa e hija de ese hombre que Kevil mato, ella no le guardaba rencor a los vampiros, era muy pacífica y dulce. Le gustaba mucho la lectura e investigación, ella me da mucha curiosidad, la verdad creí que era una persona más fría.
—¿Y cuánto llevas investigando a Kevil?— Pregunté mientras caminábamos por el bosque, me dejé guiar por ella.
—Solo unos días, desde que tuve una conversación con mis amigos, que de hecho uno de ellos es un vampiro y pues, gracias a él despertó mi curiosidad sobre Kevil.