27: Los Resultados.

Core.

<< Era mi primera sesión con mi psicólogo de la clínica y definitivamente no quería hablar con alguien por una hora y que pensara que algo estaba mal conmigo.

Por eso había pasado veinte minutos sin hablar y él solo hacía preguntas que podía contestar con un sí o un no al notar mi poca participación.

—Podríamos empezar presentándonos.

—Ya tiene mi expediente, ¿para qué quiere mi nombre?

—Pero me gustaría saber cómo quieres que te diga.

Bueno, si me dijera por mi nombre completo me hubiera enojado.

—Dígame, Core.

—Perfecto, Core, ahora dime…

— ¿Y cómo le digo yo? —lo interrumpí—. ¿Cura locos?

—No curo a los locos, Core. Si lo hiciera tendría un sueldo mucho mejor.

—Entonces como le digo.

—Tampoco me gusta mi nombre así que solo doctor.

—Está bien, será Doc.

—Eso me agrada.

Él me sonrió y me dieron ganas de hacerlo también pero no quiero dejar de estar enojada por esta situación. >>

§

— ¡Ellie!—dije tratando de alcanzarla cuando iba por los pasillos de la escuela.

Ella volteó a verme y me sonrió.

— ¿Qué pasa, Coresita?— ¿las personas no sabían que odiaba ese apodo? Más cuando lo usan en tono de burla para referirse a mí como si fuera una niña.

— ¿Podrías dejar de inventar rumores de mí? Por favor.

La amabilidad ante todo.

— ¿Qué rumores?

—Ya sabes cuales, los que todos dicen sobre mí y Collins.

— ¿Qué te hace creer que yo los hago? Hasta ahora yo pienso que son verdad—dijo ella.

Maldita cínica.

—Por Dios, no te hagas la inocente Ellie. Sé que tú fuiste. Así que cualquiera que sea tu retorcido plan te advierto que no va a funcionar. Collins y yo no tenemos nada.

— ¿Y qué importa que no haya nada entre ustedes? Toda la escuela cree eso, incluso el director y con eso basta—me sonrió.

—No entiendo que es lo que ganas con esto.

—Nadie se mete con lo que es mío. Tal vez Collins ya te contó de su novia y todo, pero antes de ella estuve yo y después de ella estaré también—si eso era cierto en realidad no me importaba, solo quería que me dejara en paz.

Yo solo soy un punto en el medio, que me lleve bien con un profesor no tendría que meterme en tantos problemas.

—Estás loca.

—Tal vez, pero seré una loca graduada. Y tu no.

—Más te vale que acabes con todos los rumores o la pasarás muy mal.

— ¿Me estás amenazando?—se acercó a mí.

—Sí. Nadie juega con mi futuro.

—Ya veremos, Coresita—dio una vuelta dramática y se fue.

Yo me tomé mi tiempo para calmarme porque empezaba a sentir como mi cara enrojecía y como la adrenalina comenzaba a subir por mi cuerpo. Es un sentimiento que hace mucho había bloqueado y no quería repetirlo.

(...)

Me encontraba de nuevo dirigiéndome a la oficina del director, me había llamado otra vez y ahora no sabía para qué.

Espero que para pedirme disculpas por sus falsas acusaciones.

Al entrar vi el cabello negro de Ellie. Espero que sea para admitir que ella inició los rumores. Pero al verla a la cara vi su mejilla roja empezando a tornarse morada.

Algo me decía que las cosas no iban a salir bien de aquí.

—Señorita, ¿Tiene algo que decir?—dijo el director mirándome.

— ¿Para qué me mandaron a llamar?—me senté.

—Su compañera, Ellie, dice que usted la amenazó y que le dio una cachetada solo por creer que ella había iniciado los rumores en contra del profesor Collins.

— ¿Qué yo hice que?—levanté mi voz enojada y el director me miró mal.

—Lo que escuchó—yo me quedé callada, en realidad no sabía que hacer—Ahora hablemos de su castigo.

Por favor, que no diga la palabra con e.

—Está suspendida por una semana.

— ¡¿Qué?!—Ellie le gritó— ¿Ella me agredió y sólo va a recibir una suspensión? ¡Pensé que otra llamada de atención y la expulsaban! Además de que tiene una relación con un catedrático.

—Pero en vista de que nada de esa relación se confirmó, es mi manera de disculparme por las falsas acusaciones. Solo estará suspendida.