Una novela en la vida real.

Me decidi por dejarle un mensaje a Adrián, no sabía si en dado caso al llamarlo lo estaría haciendo en un momento inadecuado. También hablé un poco con mi abuela quien había hecho otro viaje a Estados Unidos, la extraño, tanto que cuando llegué sé que tendré una gran plática con ella.

Me costó tanto decir un simple "Hola" pero más cuando le ofrecí a que me acopañara el viernes a una salida. Supongo que ha de estar muy ocupado porque no me respondió al minuto el mensaje pero no pierdo nada con esperar y ver qué dice. Terminé de hacer algunos pendientes, mientras estaba con una conquista de un cliente también tomaba el tiempo para leer algun documento extenso cargado de bastantes leyes.

Adelanté algunas tareas lo cuál me dejó muy exhausta. No terminé mucho pero si fue lo suficiente para no desvelarme una noche antes de la entrega de cada tarea.

Ese día la tarde ya había llegado, tuve bastante tiempo para alistar a Dennis, le hice un maquillaje bello, le puse algunos adornos como una pulsera elegante, todo estaba listo. Me quedé exhausta por todo el trabajo, no me salía perfecto el delineado y eso fue en parte agotador porque eché a perder las sombras que le había puesto, a pesar de tanto tiempo logré que se viera más linda. Tom llegó y parecía como si fueran novios otra vez ya que el amor de ellos se sentía hasta en la atmósfera, ellos se fueron y yo me quedé sola con Roger y Luisa. 

Hicimos varias actividades, entre ellas estaba cocinar, aunque hay un problema, Roger aún no se acostumbra al tipo de comida que Luisa y yo comemos porque al momento de ver varios vegetales se negó a comer. Lo bueno es que ella y yo teníamos antojo de algo más. Nos dimos el lujo de no cocinar y salir a comer a algún lugar. 

Luisa y Skyler iban agarrando a Roger de la mano. Ese niño se veía tan feliz al lado de ellas. Lo malo de todo era que habían asistido a uno de los lugares en donde Jerry solía pasar tiempo con sus amantes, y ese día sí se encontraba en ese lugar acompañado de su nueva amante, vió pasar a Luisa quien venía con una joven y con un niño, pensó que se trataba de una sobrina y su hijo, hasta que el muy tonto recordó que ella no podía tener hijos.

No disfrutó nada la estadía de su amante sabiendo que todavía sigue sintiendo algo por Luisa. La vió pasar muy rápido, y sintió tanta pena que lo viera con la chica que tenía al lado, pero logró esconderse el rostro para que eso no pasara. No sabía cómo quitarse de encima a Nathalia. Aún teniendo una nueva esposa y siendo modelo, se dignaba a engañarla. 

-Amor, ahorita vengo, iré al tocador-Dice Nathalia con un tono de voz bastante seductor pero bastante normal para ella.

-Cómo quieras, me da igual -Responde Jerry sin verla a los ojos mientras que esta hundido en sus pensamientos.

-¿Qué tienes? ¿por qué me respondes así?

-¿Así cómo?

-Tan arrogante, antes me tratabas con más amor.

-Me aburres.

-¿Perdón?-Responde indignada esperando a que se retracte de sus palabras.

-Que me aburres, tú, tus palabras, tu voz ya me tienen harto, yo solo quería tener sexo contigo, pero hasta para ser tan fácil te haces la difícil.

-Eres un mamón, y para que quede claro, fuiste tú quien me invitó a todo esto.

-¿Qué te digo?

-Eres un tipo muy patético, compadezco a tu espos…

*Jerry abofetea a Nathalia. 

-Ya te dije que a mí no me respondes así-Jerry la abofeteó porque sentía que esa frase se la había dicho Luisa y se enojó al encontrar tanta ira en todo.

-Cómo digas -Respondió sumisamente Nathalia mientras estaba llorando, después de un minuto de silencio se fue corriendo al tocador a cuidar que sus lágrimas no le arruinaran su maquillaje, pero para su desgracia un morete se le estaba formando en la mejilla y no llevaba ninguna base de alta cobertura o algún corrector.

Ella aceptaba todo eso porque necesitaba dinero y estaba dispuesta a soportar la basura que Jerry era a cambio de unos billetes. Ser interesada era su especialidad.

Por el ruido del lugar nadie se había dado cuenta de esta escena, sólo un amigo cercano quien se quedó viendo un punto en específico y paró viendo todo el drama que había pasado entre ellos dos.

-Imbécil, ¿qué te pasa?, si te miran te pueden sacar de aquí.

-Me importa una mierda-Responde Jerry mientras su tono suena bastante quebrado.

-Qué te pasó, ¿qué te hizo Nathalia para que la golpearas?

-Es sólo que la zorra ya me tiene harto, salgo para olvidar a la estúpida de mi ex y me la encuentro.

-¿Es enserio?, ¿dónde está?-Voltea a ver hacia los lados.

-Es la que está con el niño y la muchacha-Señala hacia ellas que se encontraban lejos pero siempre estando en un punto muy visible desde su mesa.

-Wow, tan buena que se puso, a ver que día me la prestas.

-¿Qué dijiste pedazo de porquería?-Responde Jerry dejando sus pensamientos a un lado.

-El hecho que te estés dando cuenta que dejaste ir a alguien más atractiva y mejor que tu esposa actual no significa que me puedas tratar así.

-Eres un hijo de la chingada-Agarra su cuello con tanta fuerza.

-Hazme algo y te juro que en frente de todos te dejaré más morado que las mejillas de tus zorras después de hacerte algo que te enoja.

-Entonces no te metas con lo mío-Quita sus manos violentamente.

-¿Me la puedo quedar?

-Mira desgraciado, si haces algo soy capaz de utilizar todos mis alcances para hacerte la vida imposible hasta el punto que desearás jamás haber nacido.

-Eso se lo dices a todos. Yo también tengo alcances, los suficientes como para demandarte por pegarle a las mujeres.

-Eso es mi asunto.

-Con quien decido meterme también es mi asunto, no tuyo. Si yo tengo algo que me perjudica entonces tú también infeliz-Se lergó de ese lugar, no sin antes hacer de las suyas.

-Hola, supongo que eres Luisa-Habla mientras se sienta en la mesa de ellas dos haciéndo el ambiente más tenso.